Los disonantes mensajes del Banxico
Isaac Katz considera que el gasto público durante la administración de López Obrador ha sido regresivo porque el gobierno está enfocado en objetivos del gobierno, distintos a aquellos que promueven el bienestar social.
Por Isaac Katz
El gasto público no está siendo “regresivo” por desatención o indolencia, sino en razón de que ha estado dirigido a la búsqueda de objetivos muy distintos al desarrollo social.
De manera sorpresiva, el exsecretario de Hacienda de la Cuarta Transformación (4T), Carlos Urzúa, reapareció públicamente en un evento convocado por el partido político Movimiento Ciudadano. De manera todavía más importante, ese exfuncionario hizo una declaración que suena casi a zafarrancho de batalla: “Pese a la narrativa oficial de 'primero los pobres', el gobierno de Andrés Manuel López Obrador es el que menos ha atendido a la población de menores recursos”.
Como buen economista técnico que dicen es Urzúa, explicó “que el gasto público está siendo regresivo como no se había visto antes…” ¿Qué intentó decir Urzúa con esta última explicación, en cristiano sencillo? Que los gastos que realiza el gobierno en obras públicas o en servicios tales como educación, seguridad o salud benefician de forma más directa a los estratos altos y medios de la sociedad.
Para ilustrar su argumento, con buena puntería analítica, el economista Urzúa se refirió al caso de las llamadas Pensiones del Bienestar para Adultos Mayores. En tal respecto, explicó el ponente, en la medida en que esas pensiones son universales para todo aquel mayor de 65 años, “inclusive los ricos pueden acceder a ellas…”. Es decir, no importa en que decil de la distribución del ingreso se encuentren los beneficiarios. Y para terminar su exposición, agregó el exfuncionario que ese tipo de prácticas le parecían “un error, ya que sólo incrementan las presiones en el gasto”.
Carlos Urzúa parece ser un buen economista analítico y crítico, pero se presenta a nuestros ojos como un conocedor pobre de la política en México. O más bien, como alguien que habiendo sido un “insider” en el grupo más cercano al poder actual, no entendió la esencia de sus motivaciones. El gasto público no está siendo “regresivo” por desatención o indolencia. El gasto público presenta la forma que él, Urzua, puede detectar, en razón de que ha estado dirigido a la búsqueda de objetivos de gobierno muy distintos a promover el bienestar social.
El profesor Carlos Urzúa debe entender de una vez por todas cuales son las finalidades del gasto público en este sexenio y en particular de los programas sociales en vigor. Primera, consolidar la hegemonía del régimen. Segunda, mantener elevado el nivel de aceptación del gobierno en las encuestas de popularidad. Tercera, la compra de votos que le aseguren el triunfo electoral el próximo 2024. ¡Así que para qué preocuparse por la regresividad del gasto público!
Este artículo fue publicado originalmente en El Economista (México) el 22 de junio de 2023.