Los cigarrillos electrónicos podrían ayudar a EE.UU. a dejar de fumar

John Burzawa indica que más uso de los cigarrillos electrónicos deriva en menos consumo de cigarrillos y que eso es algo bueno para la salud pública.

Por John Burzawa

El mes pasado, la Administración de Alimentos y Medicinas autorizó la venta de Vuse Solo, un reconocimiento inédito de que los productos ENDS (con sistema de entrega de nicotina electrónica) tienen un impacto positivo sobre la salud pública.

Según el Technical Project Lead Review, “los estudios han demostrado que el uso diario de ENDS está asociado con reducciones significativas en el uso de cigarrillo de combustión”. La opinión también sugiere que aparatos como Vuse Solo son mucho menos tóxicos que los cigarrillos, reduciendo considerablemente la exposición de los fumadores a los carcinógenos, y atraen principalmente a los individuos que usan cigarrillos.

En pocas palabras, aumenta la fuma de cigarrillo electrónico y eso es algo bueno para la salud pública. Según un estudio, si cada fumador estadounidense se cambiara a los cigarrillos electrónicos, se prevendrían entre 1,6 y 6,6 millones de muertes prematuras, dependiendo de los riesgos a largo plazo del uso del cigarrillo electrónico y el número de no-fumadores que empiecen a fumarlos.

Afortunadamente, cada vez menos personas fuman. En 2019, los CDC reportaron 13,1 millones menos de adultos fumadores que en 1995. Adicionalmente, los datos sugieren que el uso de cigarrillo también se ha desplomado entre los estudiantes de secundaria. Según una encuesta de la Universidad de Michigan, la tasa de fumar se ha reducido en dos tercios durante la última década. El estudio encontró que solo 4,2% de los encuestados usaron cigarrillos en 2020, desde 12,8% hace 10 años.

Con este nuevo reconocimiento de la FDA, la industria de los cigarrillos electrónicos puede que finalmente logren recibir algo de crédito por esta reducción. 

Desafortunadamente, las regulaciones de la FDA todavía socavan la industria de los cigarrillos electrónicos. El proceso mediante el cual las empresas deben buscar conseguir la aprobación de la FDA es prohibitivo para la innovación y perjudicial para la salud. Hasta que un producto de vaporización de nicotina recibe la autorización de pre-mercado de la FDA, este no puede ser comprado o vendido en EE.UU. Las solicitudes para recibir autorización cerraron el año pasado y el periodo de gracia para remover los productos de las perchas acabó en septiembre. En otras palabras, la industria de vapeo está en un limbo legal hasta que la FDA concluya su revisión de las solicitudes de pre-mercado.  

Estas regulaciones limitan las ventas actuales y reducen el deseo a largo plazo de innovar en la industria del vapeo. Cada nuevo producto de vapeo que llega al mercado debe entregar su propia solicitud de autorización de pre-mercado. Esto significa que incluso pequeñas mejoras a un dispositivo le costarán a las empresas de vapeo una cantidad significativa de tiempo y dinero, desalentándose así la innovación. 

Mientras que la FDA autorizó el Vuse Solo en el sabor de tabaco, la agencia rechazó la autorización de pre-mercado de varios productos de la familia Vuse sobre la base de que sus variedades de e-líquido podrían atraer a los adolescentes. El escrutinio regulatorio de los productos de tabaco con sabores empezó en 2018 cuando el Director General de Salud Pública emitió un consejo en contra de “los sabores amigables a los niños”, y la administración de Trump prohibió la venta de todos los pods de e-líquido con sistema cerrado, excepto para los productos con sabor a tabaco.

Desde ese entonces, la Encuesta Nacional de Tabaco para Jóvenes sugiere que el uso de cigarrillo electrónico entre los jóvenes ha disminuido a 11,3%, mientras que dos años atrás, el porcentaje entre los adolescentes era de 27,5%. 

No obstante, los controles más estrictos de sabores puede que no estén causando esta caída en el vapeo entre los jóvenes. Aunque las empresas ya no producen pods de sistema cerrado en sabores que no sean el de tabaco (aquellos prohibidos bajo las regulaciones de la administración de Trump), vender cigarrillos electrónicos desechables y recargables con productos de e-líquido todavía está permitido en las variedades que no saben a tabaco. Según una encuesta de los CDC, los cigarrillos electrónicos desechables eran los más atractivos para los estudiantes de secundaria en 2021, implicando que los adolescentes tuvieron acceso a productos de sabores aún cuando el gobierno intentó prohibirlos. 

De manera que si el gobierno no está deteniendo el vapeo entre los jóvenes, ¿quién lo está haciendo? Una explicación podría ser que el cohorte inicial de los jóvenes que están jugando con los cigarrillos electrónicos ya no son adolescentes. La Encuesta Nacional de Tabaco para Jóvenes solo observa a los individuos que están en secundaria. El grupo que hubiese tomado la encuesta durante el auge de 2018 ahora está en la universidad y ya no califica. Adicionalmente, la información acerca de los daños de la exposición de los adolescentes a la nicotina ha sido circulada ampliamente mediante una campaña dirigida de anuncios públicos en línea por parte de varios grupos de interés, los cuales probablemente contribuyeron al declive general en el vapeo entre los adolescentes. 

Regular de manera extensa los productos ENDS no conduce a una mejora en las tasas de fumar en EE.UU. De hecho, al regular de manera ineficiente el mercado del vapeo, el gobierno está obstaculizando la oportunidad que tiene EE.UU. de abandonar su hábito de fumar.

Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (EE.UU.) el 4 de noviembre de 2021.