Los académicos de Cato respecto de las políticas de vacunación

David Boaz explica algo que muchas veces no se entiende: el Instituto Cato como tal no adopta posiciones institucionales sobre cuestiones particulares de políticas públicas, sus académicos hablan por sí solos y tienen la libertad de llegar a sus propias conclusiones.

Por David Boaz

El Instituto Cato está comprometido con ser un centro de pensamiento liberal: la libertad individual, el gobierno limitado, los mercados libres, y la paz. Pero una cosa que muchas veces no se entiende es que Cato como tal no adopta posiciones institucionales acerca de cuestiones particulares de políticas públicas. Los académicos de Cato hablan por sí solos y tienen la libertad de llegar a sus propias conclusiones, particularmente en cosas que son motivo de discusión entre liberales. 

Recientemente hubo un ejemplo de esto conforme dos académicos de Cato aparecieron en importantes medios de comunicación para expresar sus puntos de vista distintos acerca de las vacunas y cómo aplicar los principios liberales en el contexto de la pandemia del COVID-19. Uno de nuestros académicos titulares, Todd Zywicki, escribió en el Wall Street Journal el 6 de agosto para explicar por qué el está demandando a George Mason University, donde es un profesor de derecho, por su política que requiere la vacunación contra el COVID-19. En particular, él se niega a aplicar la política a personas que como él ya se han recuperado del COVID, y por lo tanto ya tienen algún grado de inmunidad natural

Otro académico adjunto de Cato, también un profesor de derecho de George Mason University, Ilya Somin, apareció en MSNBC el 11 de agosto para discutir por qué el ve los requisitos de vacunación como algo potencialmente justificado y preferible a otras opciones de políticas públicas. Sobre la base de principios liberales, él argumentó que una enfermedad como el COVID involucra un daño potencial a otras personas. Somin señaló que los mandatos de usar mascarilla, las cuarentenas, y las restricciones a los viajes internacionales todavía son medidas mucho más entrometidas que las relativamente ligera imposición de recibir una vacuna segura y eficaz. Hay un caso liberal particularmente sólido de que las instituciones privadas, e incluso el estado cuando actúa como empleador, pueden fijar políticas adjuntas a lo que son relaciones voluntarias: los empleados, clientes, estudiantes, etc. El reciente intento de Florida de prohibir que los negocios privados como las líneas de cruceros adopten requisitos de vacunación ya ha sufrido una derrota en las cortes y es un ejemplo de los ataques a las sensibilidades liberales. 

En este caso como en otros asuntos, no requerimos la uniformidad ni suprimimos los puntos de vista distintos entre nuestros académicos. Y cualquier opinión de un académico no es necesariamente “la posición de Cato” en esa cuestión. Esa diversidad de puntos de vista y la libertad intelectual es parte de la razón por la que Cato ha sido capaz de proveer una voz efectiva a favor del liberalismo clásico y el liberalismo a lo largo de todo el rango de asuntos de políticas públicas. Los estándares que mantenemos son de rigor intelectual y un fundamento sólido en los buenos datos, especialmente cuando de trata de los trabajos publicados por Cato. Nuestros académicos también frecuentemente escriben, publican y participan en la promoción de ideas afuera de Cato, cosa que nosotros alentamos felizmente. Es esa reputación de honestidad intelectual y de tener una involucramiento serio con puntos de vista opuestos la que ha ayudado a ubicar a Cato frecuentemente cerca de los puestos más altos en los rankings de los centros de pensamiento más influyentes de EE.UU., marcando la diferencia por la libertad en las capitales de los estados, en el Capitolio, y en la Corte Suprema, donde el destacado programa amicus de Cato está empatado con la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) entre las posiciones más altas de los rankings por presentar opiniones del lado ganador en importantes casos de políticas públicas.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 13 de agosto de 2021.