Líbano experimenta la hiperinflación

Steve H. Hanke considera que el Líbano debería adoptar una caja de convertibilidad que emita una moneda doméstica libremente convertible a una moneda ancla con un tipo de cambio fijo.

Por Steve H. Hanke

El 22 de julio quedará marcado como un día oscuro en la historía de Líbano. Este es el día en que Líbano ingreso en la Tabla Mundial Hanke-Krus de Hiperinflación. Cuando medí la tasa de inflación de Líbano ayer, era de un candente 52,6 por ciento mensual. Ese fue el día consecutivo No. 30 en que la inflación mensual de Líbano excedía 50 por ciento. De manera que el 22 de julio de 2020 Líbano ingresó a los récords con la dudosa distinción de registrar el episodio No. 62 de hiperinflación en el mundo —el único episodio que alguna vez se ha dado en el Oriente Medio y el Norte de África. Ahora hay dos hiperinflaciones en curso: la de Líbano, donde la tasa de inflación anual es de 462 por ciento, y la de Venezuela, donde la tasa anual de inflación es de 2.219 por ciento.

¿Cómo es que Líbano ha llegado a encontrarse en una posición tan poco gloriosa? Durante años, el gobierno libanés, el banco central (Banque du Liban), y los ahorradores jugaron un juego. El gobierno gastaba más de lo que recaudaba en impuestos y financiaba sus déficits resultantes pagando tasas de interés altísimas sobre la deuda emitida. El banco central compró parte de la deuda y mantuvo el tipo de cambio oficial entre la libra y el dólar de EE.UU. anclado en 1.500. El ancla estaba diseñada para que aquellos que comprasen deuda del gobierno tuviesen confianza de que esta retendría su poder de compra en términos del dólar de EE.UU. cuando llegase a su madurez. Los bancos ofrecían tasas de interés relativamente “altas” a los depositantes y esto también era parte del juego. Durante un periodo de tiempo sorpresivamente largo, el dinero de los ahorradores domésticos, de la diáspora libanesa y de otros inversores en el extranjero seguía fluyendo. Todos estaban persiguiendo un rendimiento y estaban cegados ante la naturaleza del juego. 

Eventualmente, no obstante, se volvió aparente que la montaña de deuda se ha vuelto tan grande que la porción denominada en dólares no podía ser pagada en su totalidad. También se volvió evidente que el gobierno ni siquiera podía pagar la porción denominada en libras en su totalidad a menos que la libra fuese oficialmente devaluada. En ese momento, el gobierno se enfrentó a una huelga de inversores y se vio obligado a declarar un default en torno a un bono extranjero que le tocaba pagar el 9 de marzo. El default desató una marcada depreciación de la libra en el mercado negro y un auge de la inflación. 

El juego se había terminado. La confianza en el ancla de la libra se esfumó. Todos los que perseguían los rendimientos estaban corriendo en busca de una salida, y conforme lo hicieron, la libra colapsó en el mercado negro. 

De hecho, desde enero, la libra ha perdido 82 por ciento de su valor en relación al dólar en el mercado negro. Respecto del tipo de cambio oficial, los libaneses pueden olvidarse de la libra. Sus ahorros están congelados en los bancos de Líbano. Los bancos no tienen dólares para intercambiar y han impuesto controles de capitales (léase: límites severos sobre los retiros) para evitar el colapso. Esta no es una imagen agradable. 

¿Qué se puede hacer para acabar con la crisis de moneda en Líbano? Líbano debería hacer exactamente lo que yo hice en 1997 en Bulgaria, donde fui el principal asesor del presidente Peter Stoyanov. La hiperinflación esta rugiendo a una tasa mensual de 242 por ciento mensual. Diseñé un sistema de caja de convertibilidad, que el gobierno búlgaro luego propuso ante el Fondo Monetario Internacional. El FMI aceptó la propuesta de manera inmediata y una caja de convertibilidad se instaló el 1 de julio de 1997. La inflación fue aplastada y la estabilidad se estableció de un día para otro. 

Una caja de convertibilidad es una institución monetaria (o una serie de leyes que gobiernan a un banco central) que emite una moneda doméstica que es libremente convertible a una moneda ancla con un tipo de cambio fijo. Por lo tanto, bajo el marco de una caja de convertibilidad, no hay controles de capitales. La moneda doméstica, que es emitida por la caja de convertibilidad, está respaldada en un 100 por ciento con reservas de su moneda ancla. 

Durante más de 170 años, las cajas de convertibilidad han tenido un récord perfecto de establecer y mantener la confianza en la moneda. En total, han habido más de 70. Hoy, la caja de convertibilidad más importante y notable es aquella de Hong Kong. Líbano sería un lugar perfecto para instalar una caja de convertibilidad. Una caja de convertibilidad libanesa establecería confianza y estabilidad de manera inmediata. Mientras que la estabilidad puede que no lo sea todo, todo es nada sin la estabilidad.

Este artículo fue publicado originalmente en The National Review (EE.UU.) el 23 de julio de 2020.