Las restricciones comerciales sobre la fórmula para bebés

Gabriella Beaumont‐​Smith sostiene que el proteccionismo en lugar de hacer al mercado estadounidense más robusto lo ha expuesto a una escasez de fórmula para bebés.

Por Gabriella Beaumont-Smith

En los últimos meses, un productor de fórmula para bebés de EE.UU. emitió retiros de mercado tanto voluntariamente como requeridos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Estos retiros están sacudiendo el mercado de fórmula para bebés de EE.UU., haciendo que los padres enfrenten precios más altos y estantes vacíos. Tiendas como Walgreens, CVS Health y Target están limitando la cantidad de productos de fórmula por compra debido al bajo inventario. ¡Solo el mes pasado, los niveles nacionales de falta de existencias alcanzaron el 40%!

Una de las razones por las que los minoristas están luchando por recuperar los niveles de existencias son las múltiples restricciones comerciales que limitan las importaciones de fórmula infantil. EE.UU. sujeta la fórmula infantil a aranceles de hasta el 17,5% y cuotas arancelarias (TRQ); en el caso de las TRQs, cierto nivel importado está sujeto a un arancel y el excedente está sujeto a un arancel y aranceles adicionales. Unos pocos socios comerciales reciben tasas arancelarias “especiales” donde algunas importaciones de fórmula infantil están libres de aranceles o reciben aranceles y cuotas arancelarias más bajas. México es uno de los pocos socios comerciales de EE.UU. que tiene algún acceso libre de impuestos para la fórmula infantil y no es coincidencia que es el principal socio comercial para las importaciones de fórmula de EE.UU. Sin embargo, en comparación con las importaciones totales de México (con un valor de casi $400 mil millones), las importaciones de fórmula son extremadamente bajas. 

El Gráfico 1 ilustra la poca cantidad de fórmula para bebés que importa EE.UU. en comparación con su consumo interno estimado. Si bien puede que no parezca malo (e incluso muchos lo alientan hoy en día) que EE.UU. no importe mucha fórmula para bebés, es importante comprender por qué EE.UU. no está importando fórmula para bebés en medio de la escasez actual, la incapacidad de importar es perjudicial ya que los padres se quedan con pocas o ninguna opción. 

Absurdamente, se agregaron disposiciones al Tratado entre México, EE.UU. y Canadá (T-MEC) para restringir las importaciones de fórmula de Canadá, supuestamente porque China estaba invirtiendo en una planta de alimentos para bebés en Ontario, y esta nueva producción podría eventualmente ingresar al mercado estadounidense (¡Dios no lo permita!). Por lo tanto, las disposiciones del anexo de agricultura del T-MEC establecen contingentes arancelarios confusos y costosos sobre las exportaciones canadienses de fórmula infantil, y EE.UU. no importó fórmula infantil de Canadá en 2021.

Para empeorar las cosas, la fórmula infantil está sujeta a onerosas barreras regulatorias (“no arancelarias”) de EE.UU. Por ejemplo, la FDA requiere ingredientes específicos, requisitos de etiquetado y obliga a los minoristas a esperar al menos 90 días antes de comercializar una nueva fórmula infantil. Por lo tanto, si los minoristas de EE.UU. quisieran obtener más fórmula de socios comerciales establecidos como México o Canadá, las necesidades de los padres no se pueden satisfacer rápidamente debido a estos tiempos de espera. Las empresas también tienen pocos incentivos para pasar por el oneroso proceso regulatorio para vender a los minoristas estadounidenses, dadas las tarifas antes mencionadas y la duración relativamente corta de la crisis actual. 

La Unión Europea (UE) es especialmente destacable en este sentido. Muchos padres demandan fórmula de la UE no solo por la escasez actual, sino porque la fórmula europea cumple con otras preferencias, incluida una percepción de mayor calidad y más variedades, como la fórmula a base de leche de cabra. Técnicamente, es ilegal importar fórmula infantil de la UE con fines comerciales, pero los padres pueden importarla (y lo hacen) para uso personal. Recientemente, la FDA retiró algunas fórmulas infantiles europeas porque no cumplían con los requisitos de etiquetado de la FDA. Muchos expertos médicos están de acuerdo en que las diferencias entre la fórmula estadounidense y la europea son menores y no valen la pena el gasto impuesto por estas reglamentaciones. 

Las “órdenes de comercialización” de EE.UU. para la leche constituyen otro obstáculo regulatorio. Estas leyes cubren múltiples clases de leche y establecen un sistema para los productores de leche con soporte de precios e ingresos y barreras comerciales. La opacidad del sistema hace difícil concluir claramente que estas órdenes impactan en la fórmula infantil pero dado que la leche en polvo es un componente vital, se puede inferir que estas órdenes que sabemos elevan el precio de la leche, distorsionan la actividad económica en el sector lácteo lo que podría obstaculizar la capacidad de los productores estadounidenses para producir más fórmula para ayudar a compensar la pérdida de oferta. Y, por supuesto, las barreras a la importación contenidas en las órdenes reducen la demanda de los productores estadounidenses de clases extranjeras de leche, incluida la leche en polvo, lo que reduce las opciones, que son las más necesarias durante las emergencias internas. 

Es posible que el Congreso no pueda hacer mucho por la crisis actual, pero debería actuar ahora y considerar cómo liberalizar el comercio de fórmula para bebés, trabajando para reducir la opacidad de las cuotas arancelarias y las órdenes de comercialización. Mejor aún, la derogación total de las cuotas arancelarias sobre fórmula para bebés y de las órdenes de comercialización de leche podría ayudar a prevenir otra crisis de fórmula, y cualquier regulación establecida por la FDA que afecte las importaciones de fórmula debería basarse necesariamente en la ciencia. Las consecuencias no deseadas que resultan de las políticas implementadas en un vacío ilustran una vez más que el proteccionismo promueve lo opuesto a la resiliencia.

¡Cómo si ser una madre primeriza no fuera lo suficientemente difícil!

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 10 de mayo de 2022.