Las leyes sobre la parafernalia de drogas debilitan la reducción de daños

Jeffrey A. Singer dice que las leyes sobre la parafernalia de drogas dificultan, cuando no imposibilitan, que las organizaciones de reducción de daños relacionados a las drogas hagan su trabajo.

Por Jeffrey A. Singer

Con las muertes por sobredosis por el uso de drogas no médicas disparadas a una cifra espeluznante de 108.000 en 2021, los legisladores estatales y federales finalmente están comenzando a apreciar las estrategias de reducción de daños que pueden reducir el riesgo de muerte y enfermedad por el uso de drogas obtenidas en el mercado negro impulsado por la prohibición de drogas. Estas estrategias incluyen programas de servicios de jeringas (también llamados SSP o “programas de intercambio de agujas”), la distribución de dispositivos de prueba de drogas, como tiras reactivas de fentanilo, y la distribución del antídoto de sobredosis de naloxona (que inexplicablemente todavía está clasificado como un medicamento de uso solo con receta por la FDA). Desafortunadamente, las leyes sobre la parafernalia de drogas debilitan estos esfuerzos. 

La ley federal de drogas prohíbe principalmente la venta o distribución interestatal de una lista de artículos y dispositivos definidos por ley como “parafernalia de drogas”. Obstáculos más inmediatos para la reducción de daños son las numerosas leyes de parafernalia de drogas a nivel estatal que prohíben la venta o distribución dentro del estado de una miríada de dispositivos y objetos enumerados como parafernalia de drogas. Tales leyes dificultan –si no imposibilitan– que las organizaciones de reducción de daños, muchas de las cuales son administradas y financiadas de forma privada, realicen su importante trabajo. Algunos estados promulgan excepciones a sus leyes de parafernalia para permitir que tales organizaciones funcionen legalmente, pero a menudo vienen con condiciones y restricciones onerosas. Si los formuladores de políticas quieren adoptar seriamente estrategias de reducción de daños, un buen lugar para comenzar es eliminar las leyes de parafernalia de drogas. 

Elaboré con Sophia Heimowitz un análisis de políticas que examina y compara las leyes de parafernalia de drogas en los 50 estados y el Distrito de Columbia y recomienda propuestas de políticas. Descubrimos que Alaska es el único estado que no tiene leyes sobre parafernalia de drogas. Con el nombre de “Las leyes de parafernalia de drogas debilitan la reducción de daños: para reducir las sobredosis y las enfermedades, los estados deben emular a Alaska”, el análisis de la política se publicó el pasado 7 de junio en el sitio web de Cato. 

El 17 de junio, participé como moderador del foro virtual, “Cómo las leyes de parafernalia de drogas debilitan la reducción de daños”. Entre los panelistas estuvieron Corey S. Davis, director del Proyecto de Reducción de Daños en Network for Health Policy Law y experto en leyes de parafernalia de drogas; Robin Lutz, director ejecutivo de la Asociación de Asistencia para el SIDA de Alaska, una de las organizaciones de reducción de daños más antigua establecida en Alaska; y Haley B. Coles, directora ejecutiva de Sonoran Prevention Works, una de las organizaciones de reducción de daños más antigua de Arizona —en mayo de 2021 los legisladores de Arizona aprobaron dos leyes separadas que eliminaron las tiras reactivas de fentanilo de la lista de parafernalia de drogas prohibidas y legalizaron los SSP. Puede ver la grabación del evento aquí.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 7 de junio de 2022.