La visión de libre mercado de Peter Bauer

por James A. Dorn

James A. Dorn es Vice-presidente para Asuntos Académicos de Cato Institute y especialista en China y coautor de China's Future: Constructive Partner or Emerging Threat? (El Futuro de China: ¿Socios Constructivos o Amenaza Emergente?).

Hoy en día, no es inusual escuchar que se sugiera que la mejor esperanza para los países en desarrollo está en la propiedad privada, la economía de mercado y el estado de derecho. Pero un tiempo atrás, esta propuesta hubiera escandalizado a muchas personas. Peter Bauer es una razón fundamental de este cambio.

Por James A. Dorn

Hoy en día, no es inusual escuchar que se sugiera que la mejor esperanza para los países en desarrollo está en la propiedad privada, la economía de mercado y el estado de derecho. Pero un tiempo atrás, esta propuesta hubiera escandalizado a muchas personas. Peter Bauer es una razón fundamental de este cambio.

El Señor Bauer, hijo de un impresor de Budapest, fue a Inglaterra en 1934 para estudiar economía en la Universidad Gonville and Caius, en Cambridge, donde más tarde se convirtió en ayudante. Su trabajo pionero en economías de desarrollo, que comenzó con su estudio de la industria del caucho en el sudeste asiático en los años 40 y su libro clásico de 1954, West African Trade (El comercio en Africa Occidental), lo llevaron a hacerse una pregunta, y luego modificar muchas de las creencias sostenidas por los expertos populares del desarrollo. Este trabajo fue realizado en primera instancia en la London School of Economics and Political Science, donde dio clases de 1960 hasta 1983 y donde actualmente es profesor emerito de Economía. En 1982, se convirtió en par y compañero de la Academia Británica.

El trabajo de Bauer se caracteriza por una cuidada observación de cómo los países pasan de la subsistencia a las economías de intercambio, con una aplicación simple de principios económicos, y una comprensión clara del rol de las variables no económicas en la promoción de avance material. Tal como lo destacó en su libro Dissent on Development (Disentimiento en el Desarrollo), "los logros económicos dependen en primera medida, de la habilidad y actitud de la gente, y también de sus instituciones sociales y políticas. Diferencias en estos determinantes o factores explican claramente las diferencias en los niveles de logros económicos y tasas de progreso material".

Lo observado por Bauer fue que las personas de los países pobres responden a los incentivos de precios de la misma manera que la gente de los países ricos. Asimismo destacó que cuando la gente tiene la libertad de poseer propiedad y comerciar, y cuando el gobierno se limita a la protección de dichos derechos, tiene mayores chances de lograr prosperidad.

El clima intelectual de fines de los 50 no fue muy hospitalario con la crítica de Bauer a la política del desarrollo en manos del Estado. En 1956, el economista sueco Gunnar Myrdal, más tarde ganador del Nobel, escribió, "los consejeros especiales para los países subdesarrollados que se han tomado el trabajo de ocuparse del problema... todos recomiendan la planificación centralizada como primera condición de progreso".

La postura persistió bastante durante los 60 y sólo recientemente han sido suplantados por una postura más amigable al mercado. No fue hasta después del colapso del comunismo en Europa Oriental y la Unión Soviética que el Banco Mundial admitió, en su reporte sobre el desarrollo de 1997, "la intervención del estado enfatiza las fallas del mercado y otorga al mismo el rol central de corregirlas. Pero las asunciones institucionales implícitas en esta postura mundial eran, tal como nos damos cuenta hoy, demasiado simplistas".

Bauer reconoció, tal como lo sostiene en su libro Reality and Rhetoric (Realidad y Retórica), que "los críticos que proponen reemplazar el sistema de mercado por decisiones políticas, raramente se señalan a sí mismos para tales cuestiones cruciales como la concentración del poder económico en manos políticas, las implicaciones en la restricción de la elección, los objetivos de políticos y administradores y la calidad y cantidad de conocimiento en una sociedad y sus métodos de transmisión".

Observando la realidad económica y adhiriendo a la lógica del sistema de precios, Bauer refutó las propuestas clave de la economía ortodoxa de desarrollo, la más básica de las cuales era la idea de "un círculo vicioso de pobreza". Los países pobres eran considerados pobres porque su gente tenía bajos ingresos y no podía ahorrar lo suficiente para permitir la acumulación de capital, uno de los prerequisitos para el crecimiento económico, tal como lo sostenían los modelos centrales. Bauer destacó que mucha gente y muchos países habían pasado de la pobreza a la prosperidad y que inversiones de capital de gran escala no son ni necesarias ni suficientes para el avance material. Su estudio acerca de pequeños emprendimientos en la industria del caucho en la actual Malasia y su observación acerca de la importancia de los pequeños comerciantes en Africa Occidental lo convencieron de que la realidad del desarrollo era distinta que la descrita por los retóricos expertos en el tema.

Un aspecto fundamental del círculo vicioso se basa en que los países pobres no pueden hacerse ricos sin la ayuda externa de países desarrollados. Sin embargo, las naciones que se han vuelto ricas no tenían acceso a ninguna ayuda extranjera, mientras que aquellos que recibieron una sustancial colaboración externa, en su mayor parte, siguen siendo pobres, como es el caso de Africa. Entonces Bauer sostuvo que la asistencia externa es más probable que perpetúe a la pobreza antes que aliviarla. Y así lo demuestra la historia.

Asimismo, Bauer estuvo fuertemente en desacuerdo con la postura ampliamente difundida que sostenía que el crecimiento de la población llevaba al desarrollo. En su ensayo "Population Growth: Disaster or Blessing?" (Crecimiento de la Población: ¿Desastre o Bendición?") escribió que "los logros económicos y el progreso dependen de la conducta de las personas, no en su número". Al contrario de muchos expertos que querían utilizar al gobierno para "ayudar al pobre", Bauer pensó que los pobres podrían salirse solos de la pobreza gracias a sus propios esfuerzos, si tan sólo los gobiernos cuidaran tanto la libertad económica como la personal. Cuando la gente es libre de elegir y hacerse responsable de sus elecciones, tal como sucede en un sistema de propiedad privada y libre mercado, serán más capaces de mejorarse a sí mismos y colaborar con sus familias -como así también tener más incentivos para hacerlo, que si dependen del Estado.

POLITIZANDO LA VIDA

Bauer fue uno de los primeros economistas en ver claramente que las políticas de desarrollo en manos del Estado y la demanda de "justicia social" politizaría a la vida económica, desigualaría la libertad individual, y fallaría en el intento de alcanzar la prosperidad para la mayor parte de la gente. También sostuvo que aquellos países que tenían los menores contactos comerciales con el Oeste eran los menos desarrollados. Así, reconoció los logros dinámicos del libre comercio. En su libro más reciente, "From Subsistence to Exchange and Other Essays" (De la subsistencia al intercambio y otros ensayos"), escribió, "los contactos por intermedio de comerciantes y del comercio son los agentes más importantes en la difusión de nuevas ideas, comportamientos, y métodos de producción. Contactos de comercio exterior suelen primero sugerir la posibilidad de cambio, incluso de mejora económica". Seguramente la experiencia de la gente en Japón, Corea del Sur, Taiwan, China y Hong Kong apoya esta observación.

El énfasis de Bauer en el mérito individual, carácter cultural, derechos de propiedad y comercio, y su desconfianza en los grandes gobiernos, ayuda extranjera, y estado benefactor, lo colocaron en la tradición liberal clásica. Su trabajo se colocó en el amplio contexto de la política económica, no en los confines técnicos estrechos de las economías modernas de desarrollo o en el espacio aún más estrecho del modelo económico formal.

La clara comprensión de Bauer acerca de cómo los individuos y las naciones se vuelven ricos viene de la experiencia práctica combinada con pura teoría económica y un profundo conocimiento de la historia. Su trabajo ha sobrevivido al paso del tiempo. Por esta razón, él es ampliamente reconocido como un héroe de la revolución en economías en desarrollo.

Este artículo, originalmente publicado en la revista Ideas on Liberty, es una adaptación de un artículo que aparecerá en la futura Encyclopedia of Libertarianism.

Traducción de Hernán Alberro.