La tragedia de Venezuela, resultado del capitalismo de compadres y el socialismo
Fred McMahon señala que el declive de Venezuela antecede por muchos años la llegada de Chávez al poder y se debe tanto al capitalismo de compadres como al socialismo que le sucedió.
Por Fred McMahon
Imagínense una ciudad donde los menús no imprimen los precios porque la inflación los eleva diariamente; donde las calles están fantasmagóricamente vacías luego de que cae el sol y la tasa de homicidio es la más alta del mundo; donde la gente hace colas por horas para obtener una oferta escasa de medicinas y alimentos, dejando a muchos hambrientos y enfermos; donde los agricultores no llevan sus productos al mercado porque las vías son peligrosas y la policía es corrupta.
Imagínese una nación, cuya mujer más rica, con miles de millones guardados, es la hija del ex presidente, y cuya familia es dueña de 17 haciendas en su estado natal; donde las élites “socialistas” viven en mansiones y tienen acceso oportuno a la oferta subsidiada por el gobierno, oferta por la cual otros hacen cola desde la madrugada hasta la puesta del sol.
Bienvenidos a una de las ciudades más bellas del mundo, Caracas, en la Venezuela bendecida por recursos naturales. Los secuestros son tan frecuentes que una víctima alabó frente a mi a sus secuestradores. Las negociaciones por rescates habían sido razonables y solo le rompieron un dedo. Pero el homicidio es cada vez más común una vez que se paga el rescate.
Este es el resultado de la Revolución Bolivariana Socialista, liderada por el difunto Hugo Chávez, cuya hija es la multimillonaria anteriormente mencionada. Vi la tragedia de cerca en una reciente visita a CEDICE, un centro de investigaciones venezolanos impresionante y valiente que lucha por construir un mejor futuro.
Esto no se trata solo acerca de Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro. Venezuela ha estado cayendo por más de cuatro décadas.
En 1970, Venezuela tenía las políticas más aproximadas a un libre mercado en Sudamérica y era la nación más rica en términos de PIB per cápita. Notablemente, Venezuela era más pobre en 2014, los datos más recientes, que en 1970. Durante el mismo periodo, el PIB per cápita global se ha más que duplicado. Algunos culpan al petróleo de las desgracias de Venezuela, pero en 1970, un barril de petróleo costaba $20 en dólares corrientes versus los cerca de $100 que costaba en gran parte de 2014. Incluso hoy, siendo Venezuela un desastre económico y humanitario, los precios del petróleo en términos reales duplican aquellos de 1970.
Entonces, ¿qué sucedió?
Venezuela, como gran parte de América Latina, fue afligida por el capitalismo de compadres, quienes detestan los mercados libres tanto como los socialistas compadres y degradaron al mercado libre mucho antes de que llegase Chávez. “Las élites en el sector privado tienen hambre de...políticas destructivas de los mercados porque es su costumbre y parte de su cultura acumular riqueza mediante conexiones políticas”, argumenta un estudio del Instituto Fraser recientemente publicado.
El compadrazgo restringió los mercados, debilitó el Estado de Derecho, socavó el crecimiento, adoptó muchas políticas izquierdistas “populistas” para mantener el poder, y favoreció a sus partidarios en todos los niveles de ingreso, excluyendo a otros y generando la frustración que condujo hacia Chávez.
¿Podemos estimar el declive? La mejor medición disponible de los mercados libres es el Índice de Libertad Económica del Instituto Fraser. En 1970, Venezuela se ubicaba en la posición No. 10 a nivel mundial en cuanto a su libertad económica; para cuando Chávez llegó al poder luego de más de 30 años de capitalismo de compadres, el país había caído a la posición No. 109; en los datos más recientes, 2014, Venezuela se encuentra en la posición No. 159 de entre 159 jurisdicciones. Chávez y los partidarios del capitalismo de compadres atacaron a los mercados libres.
En la década de 1960, en virtud de las políticas de libre mercado, Venezuela experimentó un crecimiento estable, a pesar de precios reales del petróleo que estaban cayendo. Luego de 1970, conforme se deterioraron los mercados libres y aumentaba el capitalismo de compadres, la economía venezolana tambaleó. El desastre de hoy tiene décadas de historia, pero Chávez llevó las malas políticas a sus extremos.
Los partidarios del socialismo y de gobiernos todopoderosos intentaron justificar los fracasos de dichos regímenes. Pero el fracaso es sistemático. La cabalgata de excusas bordea la fantasía y revela mentes cerradas.
Regímenes como el de los Castro en Cuba o el de Chávez en Venezuela, concentran un nivel absurdo de poder en la élite “socialista” que gobierna. Las instituciones que protegen a las personas, particularmente el sistema legal, son sometidas al gobierno, cuando no completamente destruidas. La economía es nacionalizada y politizada. Los “gerentes” son elegidos ideológicamente. Si las empresas desperdician recursos, difícilmente producen algo, y producen cosas de mala calidad, la situación se vuelve difícil y el pueblo puede sufrir.
Comparado con el socialismo de compadres, el capitalismo de compadres suele ser menos extremo y permite algo de competencia pero todavía es destructivo. Los verdaderos mercados libres generan prosperidad y reducen la pobreza donde sea que han sido encontrados, ya sea en Europa, Norteamérica o Asia.
Los venezolanos están llegando a comprender la naturaleza de la tragedia pero la oposición está dividida con pocas propuestas de política pública. El régimen actual no puede durar en su estado actual —los alimentos se están acabando y las fuerzas armadas podrían estar ya en control.
Venezuela no saltará al nivel de libertad económica de Canadá, o Suecia, o Dinamarca. El capitalismo de compadres está incrustado en el sistema. Pero ojalá, conforme el desastre sea inminente, Venezuela puede empezar a transitar hacia un camino lejos de tanto el capitalismo de compadres como del socialismo.
Este artículo fue publicado originalmente en Globe and Mail (Canadá) el 13 de agosto de 2016.