La tercera revolución industrial
Entrevista de Revista Española a William Niskanen
La tecnología digital revolucionará nuestros hábitos de trabajo, de ocio, de compra. No habrá prácticamente una sola parcela de nuestro quehacer cotidiano que no vaya a experimentar alguna alteración, en mayor o menor medida. Es una tercera revolución industrial que cambiará nuestro modo de vivir. Según William A. Niskanen, sus consecuencias se dejarán ver en la política, en la cultura, en la enseñanza, en la sanidad ...
-¿Cómo será el mundo de aquí a 20 años?
Es algo que no se puede predecir. Pero es ahora cuando conviene tomar posiciones para poder beneficiarse de las ventajas que nos ofrecerá el rápido desarrollo de las tecnologías, que nos brindará grandes e interesantes oportunidades. A pesar de la amenaza que suponen las nuevas tecnologías para determinados grupos.
-¿Para quién pueden ser una amenaza las nuevas tecnologías?
Para los que no saben utilizar los ordenadores, por ejemplo, para las empresas anquilosadas en tecnologías obsoletas y para las personas especializadas en tareas que, en principo, no requieren el uso de la tecnología. También para quienes perciben las nuevas tecnologías como una preocupación más, sin tener en cuenta la ayuda que pueden ofrecerle.
-¿Qué caracteristicas tendrá el futuro digital?
Habrá muchísima más competencia en el mercado de trabajo. La competencia será gobal, prácticamente por definición. Tener un negocio en Internet, por ejemplo, es tener un negocio global. Y como la competencia favorece la innovación, el medio ambiente estará cambiando constantemente a gran velocidad. Será un mundo en el que la gente tendrá que reciclarse continuamente. Cada vez más. Y eso hay que hacerlo ya, ahora. Es algo que a algunas personas les hace sentirse incómodas porque se sienten presionadas. Por ello, desde el punto de vista educacional, es muy importante que los niños aprendan a utilizar los ordenadores. Para que de mayores puedan encontrar empleo. Los que no lo aprendan, difícilmente lo conseguirán. En cualquier caso, la era digital favorece muchísimo la libertad individual.
-¿Deberá cambiar el sistema educativo para amoldarse a las exigencias del mundo laboral?
Pienso que se producirán cambios fundamentales en la enseñaza, sobre todo en cuanto a la forma de aprendizaje. Las personas, estén donde estén, y gracias a la tecnología digital, podrán tener acceso a los mejores profesores y a las bibliotecas más importantes del mundo. Esto no quiere decir que todo el proceso educativo se vaya a llevar a cabo de esta forma. Habrá situaciones en las que los estudiantes tendrán que reunirse personalmente con sus profesores, o en las que tendrán que trabajar con sus compañeros. El sistema educativo tendrá que tener en cuenta las oportunidades que ofrece la tecnología.
-¿Podrían llegar a desaparecer las universidades?
Hay muchísimos estudiantes que podrían tener acceso a la universidad on line, mediante el ordenador e Internet. En Estados Unidos cuesta entre 20.000 y 30.000 dólares enviar a un joven a la universidad, en muchos casos, con resultados bastante insatisfactorios. Pero yo creo que las principales universidades del mundo no llegarán a verse amenazadas.
-La revolución digital ya ha comenzado. ¿Hasta cuándo durará?
Durará siempre. Creo que los límites se empezarán a comprender dentro de unos 20 años, pero no los límites a sus aplicaciones. Las aplicaciones se estarán desarrollando durante largo periodo de tiempo. Algunas tecnologías se verán aventajadas por otras. El telégrafo, por ejemplo, no es tan importante ahora como lo era antes, aunque todavía se utiliza. Ocurre como en los medios de transporte: unos han ido sustituyendo a otros. El mundo ha ido cambiando como consecuencia de la evolución de las primeras tecnologías. Sin embargo, no puedo imaginar un mundo que vaya más allá de la tecnología digital, que la vaya a reemplazar. Podrá enriquecerla, pero no sustituirla.
-Entonces, ¿qué vendrá después de la revolución digital?
Hay otra revolución que es tan importante como ella: la revolución biogenética. Cuando seamos capaces de manipular nuestro código genético para vivir más tiempo, por ejemplo, habrá estallado esta nueva revolución, que ya esté en marcha. Algunos expertos en biotecnología opinan que dentro de un par de generaciones probablemente llegará el fin del homo sapiens. Porque, para entonces, se aplicará a las personas la ingeniería genética. Antes de eso, se habrá encontrado un tratamiento para el cáncer que destruya, exclusivamente, las células malignas, sin perjudicar al resto del organismo. La cuestión es si la gente vivirá más tiempo permancciendo joven, o cuando ya es mayor. Porque si la posibilidad que ofrece la tecnología es la de ser joven durante más tiempo se planteará un problema social. La otra posibilidad, que implicaría vivir durante largo tiempo en un hospital, no es muy atractiva. En cualquier caso, la revolución genética no sería posible sin la revolución digital.
Entrevista a William Niskanen, Presidente de la Junta de Directores del Cato Institute, publicada por la revista española Dinero el 3 de junio de 1999.