La sumisión de Conassif y Supén

Juan Carlos Hidalgo indica que el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia de Pensiones (Supén) están enviando señales de estar al servicio de la avidez fiscal del gobierno.

Por Juan Carlos Hidalgo

El Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y la Superintendencia de Pensiones (Supén) son entes técnicos que se supone son independientes del Poder Ejecutivo. Fueron creados para velar por la solidez de las entidades financieras –en el caso de la Supén, los fondos de pensiones–. No obstante, sus jerarcas están enviando señales inequívocas de estar al servicio de la voracidad fiscal del gobierno.

El 15 de diciembre del 2015, Luis Carlos Delgado del Conassif y Álvaro Ramos de la Supén, se reunieron con los gerentes de las operadoras de pensiones para solicitarles que aumentaran sus inversiones en el gobierno. Según Hermes Alvarado de BN Vital, los jerarcas fueron explícitos en su motivo: “Hacienda tiene necesidad de dinero y nosotros tenemos recursos”. La petición resultó harto anómala, puesto que ni a Delgado ni a Ramos les corresponde andar de agentes de ventas de la Tesorería. Además, era imprudente desde el punto de vista financiero. José Manuel Arias del BAC Pensiones la calificó como “una locura”.

Delgado y Ramos no aceptaron el no. Este año el Conassif –a petición de la Supén– facultó a las operadoras a aumentar del 50% al 80% la proporción de sus carteras que pueden invertir en bonos del gobierno, aun cuando comprarle más papel a Hacienda es hoy un peor negocio que hace tres años. Los fondos de pensiones reportaron rendimientos negativos en noviembre, en gran parte debido a su alta exposición a bonos del gobierno que están perdiendo valor.

De ahí la segunda jugarreta de Delgado y Ramos: cambiar la regulación para que las operadoras puedan reportar el valor de sus inversiones no a precios de mercado, sino a valor de adquisición. Esto les permitiría ocultarle al público el mal desempeño que están teniendo sus colocaciones, removiendo así el factor que las disuadía de aumentar su tenencia de bonos del gobierno. Ramos incluso engañó a los diputados de la Comisión de Económicos diciéndoles que el cambio es un requisito de la OCDE, algo que ese organismo salió a desmentir.

Aquí no hay coincidencias. La ministra de Hacienda está en actas mencionando un posible cambio en la regulación de las operadoras como fuente de recursos para pagarle las Letras del Tesoro al Banco Central. Esto demuestra que Delgado y Ramos buscan servirle la mesa a Hacienda para que engulla a los fondos de pensiones complementarios, a contrapelo de los intereses de los ahorrantes. Por eso, deberían renunciar.

Este artículo fue publicado originalmente en La Nación (Costa Rica) el 19 de diciembre de 2019.