La sabiduría económica de Nigel Lawson

Ryan Bourne destaca el legado económico del político conservador británico Nigel Lawson, el cual considera en general positivamente transformador.

Por Ryan Bourne

El ex diputado conservador británico Nigel Lawson falleció esta semana. Lawson fue el Ministro de Hacienda que más tiempo ocupó el cargo de Margaret Thatcher (1983-1989), y su legado económico es complejo. Aunque sus políticas a finales de los ochenta condujeron a un ciclo de auge y caída, agravado por la decisión equivocada de entrar en el mecanismo europeo de tipos de cambio, su impacto general fue positivamente transformador, orientando al país hacia una política económica de libre mercado y gobiernos más pequeños.

El ingenio de Lawson salió a relucir en la oposición, cuando negoció con los rebeldes laboristas una enmienda a la Ley de Finanzas de 1977. De este modo, se garantizaba que los umbrales del impuesto sobre la renta se incrementasen cada año en función de la inflación, creando así un nuevo obstáculo para evitar que los gobiernos gravasen furtivamente a los hogares cuando la inflación era alta.

Al principio de su mandato en el gobierno de Thatcher, Lawson fue uno de los impulsores de la abolición del control de cambios. Como secretario de Energía, fue el cerebro de la acumulación de carbón. Este movimiento estratégico permitió al gobierno de Thatcher enfrentarse al sindicato combativo de esa industria, lo que permitió al país llevar a cabo reformas del mercado laboral. De forma impresionante, Lawson también sentó las bases para la privatización de industrias nacionalizadas como British Gas, British Airways y British Telecom.

Como Canciller, Lawson supervisó una economía británica en crecimiento que alcanzó a sus homólogas europeas. La combinación de fuerte crecimiento y contención del gasto público hizo que el Estado se redujera del 42,8% del PIB en 1983/84 al 34,7% en 1989/90. Los recortes fiscales provocaron una caída de los ingresos en relación con el PIB. Los recortes fiscales hicieron que los ingresos en relación con el PIB cayeran también, del 39,5 al 34,7% del PIB. Cuando Lawson dimitió, el país tenía un presupuesto equilibrado.

La conferencia Mais de Lawson de 1984 sigue siendo la mejor articulación del cambio económico del thatcherismo, que se aleja del consenso keynesiano británico de la posguerra. Después de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos habían intentado utilizar la política macroeconómica para lograr el crecimiento y la política microeconómica para manipular los precios y los salarios. Lawson dijo que esto era "precisamente lo contrario" de su "papel adecuado". En su lugar, la política monetaria y fiscal debería tratar de mantener la inflación bajo control, mientras que la reforma reglamentaria y fiscal debería centrarse en eliminar las distorsiones del mercado que perjudican el crecimiento, la inversión y el empleo.

En cuanto a esto último, Lawson promulgó varias reformas favorables al crecimiento, entre ellas la reducción del impuesto de sociedades, la supresión de un impuesto en cada presupuesto anual y la puesta en marcha de reformas reglamentarias cruciales para sectores específicos, como la desregulación Big Bang de la City londinense. Su presupuesto de 1988 suprimió todos los tramos del impuesto sobre la renta excepto dos: el 25% y el 40%.

Aparte de su legado político, Lawson desempeñó un papel importante en la propagación de conceptos económicos de libre mercado a través de sus escritos y discursos. He aquí una selección de sus mejores citas:

  • "Es el redescubrimiento de la cultura empresarial, operando en el marco de mercados progresivamente liberados de rigideces y distorsiones, lo que proporcionará la única respuesta a la maldición del desempleo, y el único verdadero generador de nuevos puestos de trabajo".
  • "...el verdadero mal del gasto público excesivo, y de la fiscalidad excesiva que debe necesariamente acompañarlo, no reside en la probabilidad de una presión inflacionista, sino en la certeza de una mala asignación de los recursos, del debilitamiento económico y social, del excesivo poder del Estado y –lo que no es menos importante– de la erosión de la libertad personal".
  • "Si trabajas más que yo en el mismo puesto y recibes una recompensa proporcionalmente mayor, eso es 'justicia'. Si luego te quitan la recompensa extra en impuestos, entonces eso es 'justicia social'. Conceptos que pretenden sonar muy parecidos son más bien polos opuestos: utilizar así el lenguaje es pervertirlo".
  • "Se suele pasar por alto que el efecto desalentador de un tipo impositivo marginal elevado depende no sólo del tipo en sí, sino de su persistencia. La razón de que un tipo marginal del 83% sea una carga tan pesada no es sólo el tipo en sí, sino que, una vez que el contribuyente lo alcanza, no hay forma de escapar de él".
  • "El capitalismo funciona –y funciona mucho mejor que cualquier otro sistema– porque la disciplina del mercado mantiene a raya la codicia, la insensatez y la incompetencia".
  • "Mientras que en el sector privado es probable que la persistencia en el fracaso conduzca finalmente a la quiebra o al menos a graves pérdidas financieras, el incentivo para la autocorrección por parte del Estado es mucho más débil: de hecho, nada es más difícil que la admisión del fracaso en el ámbito político".
  • "lejos de justificarse una intervención cada vez mayor del Estado en virtud de las imperfecciones admitidas del mercado, se justifica una mayor confianza en los mercados en virtud de las imperfecciones prácticas de la intervención estatal".

En sus últimos años, realizó varias intervenciones destacadas en política. La más llamativa fue su temprano apoyo al Brexit. Lawson fue nombrado presidente de Vote Leave, el grupo de campaña que ganó el referéndum sobre la pertenencia a la UE.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 6 de abril de 2023.