La Organización Mundial del Comercio cumple 30

Clark Packard y Alfredo Carrillo Obregón dicen que el éxito de la liberalización que se ha logrado a través de la Organización Mundial del Comercio se trata de una historia humanitaria que merece la pena destacar.

Por Clark Packard y Alfredo Carrillo Obregón

En abril se cumplió el trigésimo aniversario de la firma del Acuerdo de Marrakech y de la culminación de la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales, que convirtió el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) en la Organización Mundial del Comercio (OMC) [1]. En la actualidad, la OMC cuenta con 164 miembros (se ampliará a 166 al aprobarse la adhesión de Comoras y Timor Oriental en la Decimotercera Conferencia Ministerial celebrada en Abu Dhabi en febrero), que abarcan el 98% del comercio mundial.

Como señaló Larry Summers en una ocasión, "la Ronda Uruguay fue la mayor rebaja fiscal de la historia del planeta Tierra". De hecho, como muestra el Gráfico 1, desde la fundación de la OMC, los aranceles y otras barreras se han reducido sustancialmente, facilitando que el comercio mundial se quintuplique con creces entre 1994 y 2023. En el mismo periodo, el comercio mundial como porcentaje del PIB mundial ha pasado del 19,9% al 29,9%.

A medida que el comercio mundial ha aumentado considerablemente, con más exportaciones de países de renta baja y media, la pobreza mundial se ha reducido precipitadamente. Una reciente entrada de blog de la Secretaría de la OMC señala que el porcentaje de ciudadanos del mundo que viven en la pobreza se redujo del 38,1% en 1996 al 10,6% en 2022, como se muestra en el Gráfico 2. Se trata de una historia humanitaria que merece la pena destacar.

Se trata de una historia humanitaria que merece la pena destacar y en gran parte se debe a la liberalización multilateral del comercio lograda a través de la OMC.

A pesar de estos enormes logros, la globalización se enfrenta a sus retos más serios desde antes de la Segunda Guerra Mundial. El proteccionismo está claramente en alza: las dos mayores economías del mundo, Estados Unidos y China, llevaron su pugna comercial fuera del sistema de la OMC y se impusieron aranceles masivos mutuamente. Además, las políticas industriales que distorsionan el comercio vuelven a estar de moda en todo el mundo.

El pasado otoño, Cato puso en marcha su proyecto Defendiendo la Globalización, cuyo objetivo es disipar el ruido sobre la globalización y, al mismo tiempo, defender una mayor integración. Como parte del proyecto, nuestro colega de Cato Jim Bacchus, antiguo presidente del Órgano de Apelación de la OMC, escribió un excelente ensayo en el que disipa algunos mitos comunes sobre la OMC, demostrando que el sistema no socava la soberanía de Estados Unidos, no está sesgado en su contra y no perjudica a la economía estadounidense. Sobre este último punto, por ejemplo, un estudio de la Fundación Bertelsmann de Alemania concluyó que la pertenencia a la OMC incrementó el PIB estadounidense en aproximadamente 87.000 millones de dólares entre 1995 y 2020, beneficiándose así económicamente del sistema más que ningún otro país.

Se necesita desesperadamente una mayor liberalización multilateral y plurilateral (con algunos miembros de la OMC, pero no con todos) para ayudar a restaurar la centralidad de la OMC en el comercio mundial, en particular mejores disciplinas sobre subvenciones y comercio digital. Asimismo, la reforma del sistema de solución de diferencias de la OMC debería ser una prioridad. Pero en un momento de crecientes críticas al sistema multilateral de comercio y de proteccionismo progresivo, la OMC ha desempeñado y sigue desempeñando un papel vital en la economía mundial. Y eso merece ser celebrado.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 26 de abril de 2024.