La lucha del milenio por la libertad

por Tom G. Palmer

Tom G. Palmer es académico del Cato Institute y director de Cato University.

El acontecimiento más importante de los últimos mil años ha sido la expansión de la libertad, ya que la libertad es en sí misma importante y, además, porque ha hecho posible virtualmente todos los demás logros de la humanidad, en las ciencias, las artes y en el bienestar material.

Por Tom G. Palmer

El acontecimiento más importante de los últimos mil años ha sido la expansión de la libertad, ya que la libertad es en sí misma importante y, además, porque ha hecho posible virtualmente todos los demás logros de la humanidad, en las ciencias, las artes y en el bienestar material.

Por tal motivo, yo pienso que el primero de los sucesos más significativos de los últimos mil años ocurrió en marzo de 1075, cuando el Papa Gregorio VII proclamó el "Dictatus Papae", donde formalmente anunciaba la independencia de la Iglesia del estado, a la vez que la potestad de la Iglesia de fiscalizar al estado. El artículo 27 dice: "El Papa puede eximir de obligación a los súbditos de hombres injustos". El gran historiador Lord Acton escribió: "A esa lucha de 400 años le debemos el surgimiento de la libertad civil... el objetivo de ambos bandos era la autoridad absoluta. Y aunque la libertad no era lo que buscaban, fue el recurso mediante el cual el poder temporal y el poder espiritual convocaron el respaldo de las naciones".

En un segundo lugar en mi lista está el crecimiento del constitucionalismo europeo. Especialmente notable para la tradición angloamericana fue la promulgación de la Carta Magna, el 19 de junio de 1215. La Carta Magna explícitamente limitó el poder real, estableciendo el principio del consentimiento de los gobernados, garantizando el derecho a debido proceso, al libre comercio y otros. Más tarde, estas y otras estipulaciones fueron incluidas en la constitución de Estados Unidos. Tercero sería la invención de la imprenta en 1436 o 1437 por Johann Gutenberg.

Esta tremenda innovación rompió el monopolio de pocos sobre el conocimiento. Los libros impresos iniciaron un cambio radical en la información que todavía continúa; la Internet es el más reciente capítulo en la libertad de información, hecha posible por Gutenberg. Cuarto -para mi- fue el renacimiento del constitucionalismo, después de su eclipse bajo el absolutismo y el mercantilismo. La lucha por imponer limitaciones al gobierno y al mismo tiempo acrecentar ampliamente el goce popular de libertad se llevó dramáticamente a cabo en los siglos XVI, XVII y XVIII, en la sublevación de los holandeses contra el control de los españoles, la sublevación de los ingleses contra la dinastía de los Estuardo y la sublevación de los americanos contra el parlamento y la corona inglesa. Como escribió el historiador John Lothrop Motley: "El surgimiento de la República Holandesa debe siempre ser considerado como uno de los principales eventos de los tiempos modernos... La demanda de sus derechos por parte de las pequeñas provincias de Holanda y Zelanda en el siglo XVI, por parte de Holanda e Inglaterra unidas en el siglo XVII y por los Estados Unidos de América en el siglo XVIII conforman un mismo capítulo en el destino de la humanidad, ya que las llamadas revoluciones holandesa, inglesa y americana son eslabones de una misma cadena". O como lo expresó hace un siglo John Figgis, profesor de historia moderna de la Universidad de Cambridge: "Las frases sonoras de la Declaración de Independencia... no son un descubrimiento original sino herencia de las épocas, custodios de las emociones y de los pensamientos de 70 generaciones de cultura".

El quinto suceso en mi lista es el auge y la caída del estado totalitario. A medida que el liberalismo clásico que inspiró a la Revolución Americana comenzó a decaer, surgieron varias formas de colectivismo, especialmente nacionalismo, racismo y socialismo, retando la libertad. El periodista liberal E. L. Godkin escribió en un escalofriante y deprimente editorial el 9 de agosto de 1900: "Sólo un vestigio, conformado por hombres viejos casi todos todavía defiende la doctrina liberal y cuando ellos desaparezcan no quedará ya paladín alguno". Predijo que el siglo XX sería un siglo de guerras y estatismo: "La antigua falacia del derecho divino de nuevo se ha apoderado del poder y antes que sea nuevamente repudiado habrán luchas internacionales a escalas aterradoras". Esas luchas, contra el fascismo, el Nacional Socialismo y el comunismo, las hemos dejado atrás. Pero la lucha por la libertad no ha terminado, aunque en la alborada del tercer milenio el porvenir luce radiante, otra vez.

Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
© Todos los derechos reservados. Para mayor información dirigirse a: AIPEnet