La libertad económica funciona
Hernán Bonilla evalúa el desempeño de Uruguay en el Índice de Libertad Económica a través del tiempo.
Por Hernán Bonilla
En la última edición del Índice de Libertad Económica del Fraser Institute de Canadá, copublicado por el Centro de Estudios para el Desarrollo, que además realiza un informe especial sobre la evolución de Uruguay. Como cada año, es interesante analizar como se relaciona la libertad económica con los indicadores de bienestar en un país, así como los cambios que se registran al interior de los países.
El Índice mide 42 indicadores que se agrupan en cinco áreas; tamaño del Estado, el sistema legal y el derecho de propiedad, la estabilidad monetaria, la libertad de comercio internacional y la regulación. La metodología fue desarrollada hace unas tres décadas por un grupo de destacados especialistas liderado por Milton Friedman y que integró nuestro compatriota Ramón Díaz.
Como en ediciones anteriores se verifica que los países con mayor libertad económica son los más prósperos. En efecto, el cuartil con los puntajes más bajos del Índice tiene un ingreso por habitante de 6.542 dólares, mientras que los que integran el cuartil con los mayores puntajes presentan un ingreso por habitante de 48.251 dólares, a paridad de poder de compra.
No existen grandes variaciones en cuanto al porcentaje del ingreso total que tiene el 10% mas pobre de cada país, más aún, en el cuartil de mayor libertad ese porcentaje es 2,92% frente al 2,69% del cuartil de menor libertad. Pero sí se verifica una diferencia impresionante en cuanto al ingreso del decil más pobre en cada país dependiendo de su grado de libertad económica. En los países con menor libertad económica el ingreso de los habitantes que se encuentran en el decil de menores ingresos es 1.736 dólares, mientras que en los países con mayor libertad económica ese mismo grupo tiene un ingreso de 14.204 dólares.
También se verifica que en los países más libres la expectativa de vida es mayor, la mortalidad infantil es menor, la tasa de escolaridad es más alta, así cómo el índice de felicidad de Naciones Unidas. En definitiva, la libertad económica es una variable determinante para saber si un país es próspero o no, para saber cómo viven sus habitantes y para conocer que posibilidades tienen de mejorar su condición a lo largo de su vida.
A su vez, existe una clara relación entre la libertad económica y la libertad política –pese al sonsonete que repiten muchas personas de que son liberales en lo político pero no en lo económico. La posibilidad de disponer de los recursos propios es clave para todas las demás libertades, incluida la posibilidad de formas asociaciones de la sociedad civil, partidos políticos o medios de prensa, y un sistema de libertad política en que se garanticen los derechos de las personas es fundamental para garantizar la libertad económica.
Uruguay obtiene una puntuación de 7,06 en al índice que va de cero a diez, dónde este último valor representa la mayor libertad económica, y se ubica en el puesto 69 entre 165 países evaluados. Los datos son del año 2020, por lo que prácticamente todos los países del mundo tuvieron un descenso en el año de irrupción de la pandemia. El puntaje de Uruguay ha sido muy estable en las últimas dos décadas, mientras la puntuación promedio a nivel global iba en ascenso. Incrementarlo en los próximos años es necesario para lograr mejorar nuestros indicadores económicos y sociales.
Este artículo fue publicado originalmente en El País (Uruguay) el 20 de septiembre de 2022.