La ganadora del Premio Nobel Claudia Goldin

Vanessa Brown Calder destaca las contribuciones de Claudia Goldin, ganadora del Premio Nobel de Economía en 2023, al entendimiento de la compleja brecha salarial entre hombres y mujeres.

Por Vanessa Brown Calder

La semana pasada se anunció que Claudia Goldin, catedrática de Economía Henry Lee de la Universidad de Harvard, será la ganadora del Premio Nobel 2023. El trabajo de Goldin abarca diversos temas, como la participación de la mujer en el mercado laboral y la historia económica, la educación, la inmigración y el cambio tecnológico. Pero entre los innumerables temas por los que es conocida, destaca la brecha salarial entre hombres y mujeres.

Goldin ha aplicado el ojo empírico de un economista y un enfoque equilibrado a su investigación sobre la brecha salarial, junto con una inusual humildad en lo que respecta a las recomendaciones políticas. En el proceso, ha sacado a la luz varias ideas esenciales sobre las causas y las implicaciones de la brecha.

El trabajo de Goldin sobre las diferencias salariales entre hombres y mujeres comenzó hace décadas. En su libro Understanding the Gender Gap: An Economic History of American Women, Goldin examinó los resultados de hombres y mujeres en el mercado laboral y argumentó que la persistencia histórica de la disparidad salarial y de nivel de empleo no podía atribuirse únicamente a la discriminación sexual o a factores estructurales subyacentes en el mercado laboral.

En línea con esto, su trabajo posterior encuentra diferencias mensurables en la experiencia y el comportamiento en el mercado laboral que dan lugar a diferencias salariales entre hombres y mujeres. En Dynamics of the Gender Gap for Young Professionals in the Financial and Corporate Sectors, Goldin y sus coautores comparan la élite de los licenciados en Administración de Empresas y descubren que los hombres y las mujeres que obtienen un MBA ganan casi lo mismo después de graduarse. Sin embargo, la maternidad precipita interrupciones en la carrera profesional, reducciones de jornada y preferencias crecientes por la flexibilidad que ayudan a explicar el aumento de la brecha de género entre las MBA femeninas y los MBA masculinos.

Esta conclusión concuerda con investigaciones posteriores que confirman que la maternidad y los cambios que conlleva en el mercado laboral son una explicación importante de la brecha salarial en general.

En A Grand Gender Convergence: Its Last Chapter, Goldin resume su extenso trabajo sobre la brecha salarial y destaca algunas conclusiones dignas de mención: la brecha de género tiende a ampliarse a medida que las personas envejecen, varía considerablemente según la ocupación y los rendimientos no lineales de las horas trabajadas en determinadas profesiones determinan la brecha. Sugiere que la intervención de los gobiernos no ofrece una respuesta fácil a la brecha salarial, sino que las empresas privadas deberían reducir el coste de la flexibilidad para los trabajadores, como ya han hecho empresas de sectores como la sanidad, la banca y el sector inmobiliario.

Estas ideas son importantes. Por ejemplo, si la discriminación inherente o los prejuicios contra las mujeres son la causa de la brecha salarial, cabría esperar que las mujeres cobraran comparativamente menos durante toda su vida laboral. Sin embargo, Goldin constata que la diferencia aumenta con la edad, lo que sugiere que el sexismo no es un factor determinante. Además, la constatación de Goldin de que en muchos trabajos se paga más por jornadas más largas y continuas, con mayor disponibilidad las 24 horas del día, ayuda a explicar por qué la brecha aumenta tras la maternidad: a las madres les resulta más difícil estar disponibles en esas funciones o eligen otras oportunidades.

En su libro más reciente, Career and Family: Women's Century-Long Journey toward Equity, Goldin describe las compensaciones que hacen hombres y mujeres al enfrentarse a la realidad del rendimiento no lineal de las horas trabajadas. La decisión subsiguiente de especializarse en la carrera profesional o en la familia para maximizar los ingresos familiares significa sacrificar tiempo con la familia o sacrificar oportunidades de promoción profesional con un coste real para ambas partes. La autora sugiere que la adopción de políticas de trabajo flexible y a distancia durante la pandemia ofrece algunos motivos para el optimismo.

A pesar de la acalorada retórica política sobre la brecha salarial, Goldin sigue interesada en extraer conclusiones cuidadosas de los datos. De hecho, investigaciones económicas posteriores han llegado a conclusiones similares.

Un capítulo de próxima aparición sobre la diferencia salarial entre hombres y mujeres en un nuevo libro del Cato Institute, The War on Prices, también cita el trabajo de Goldin. En él se llega a la conclusión de que la diferencia salarial entre hombres y mujeres no se debe principalmente a la discriminación en el lugar de trabajo, sino a la forma en que hombres y mujeres combinan sus obligaciones profesionales y personales, entre otros factores.

Por tanto, la brecha salarial es más compleja –y no tan fácil de modificar o tan obviamente problemática– como indica una lectura superficial. En este ámbito y en otros, hay que agradecer a Goldin que aporte mayor claridad a un tema tan destacado.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 11 de octubre de 2023.