La fortuna mundial: Global Fortune
por Andrés Hernández Alende
"Pero aunque el desacuerdo y la desobediencia popular han sido el motor de los cambios que vemos en América Latina, se apoyan en cimientos débiles. Los latinoamericanos han rechazado al Estado por las duras consecuencias económica de su crecimiento desenfrenado, no por la convicción ideológica de la necesidad de respetar los derechos individuales, el imperio de la ley, la propiedad privada y la economía de mercado." Martín Krause
GLOBAL FORTUNE es una repuesta intelectual contundente a la marea internacional contra el liberalismo que ha alcanzado momentos de crispación en protestas como la de Seattle y en el surgimiento de una guerrilla de relaciones públicas, la de Chiapas. El libro es un conjunto de ensayos de pensadores liberales, compilado por Ian Vásquez y publicado por el Cato Institute. Se sabe de qué tendencia es el Cato Institute, organización fundada en 1977 para adelantar principios norteamericanos tradicionales; gobierno limitado y libertad individual, es decir, un foro libertario. Podría pensarse que este libro es una serie de sermones aburridos, pero es todo lo contrario; el calibre de los escritores y la inteligencia con que exponen sus argumentos hacen de esta obra una lectura poderosa.
La tesis implícita del libro es que no hay que achacar los males del continente al capitalismo, sino a la falta de capitalismo. Esto lleva a ciertas conclusiones sorprendentes. De gran interés es la crítica contra el Fondo Monetario Internacional, blanco tradicional de los ataques de la izquierda pero que esta vez recibe una andanada del lado opuesto. Los préstamos del FMI, se aduce en el libro, han servido muchas veces para rescatar a instituciones inoperantes y para retrasar la implementación de reformas económicas.
También resulta ineludible el ensayo de Martín Krause, La Revolución Inconclusa de América Latina. Para Krause, la fatiga causada por largas décadas de experimentos estatistas ha creado una oleada continental contra el populismo. Sin embargo, la tendencia cultural de los latinoamericanos hacia el caudillismo, y su creencia de que el Estado les debe prestaciones que no quieren pagar, dificulta el avance de Latinoamérica hacia la mdernidad.
Ahora bien, el escritor mexicano Octavio Paz dijo en 1997 que " nuestro siglo (el siglo XX) termina en una inmensa interrogación." Paz se refería a la disyuntiva entre el mercado libre y el estatismo; el mercado, señalaba, es eficaz pero ciego; " ignora la fraternidad, destruye los vínculos sociales, impone la uniformidad en las conciencias y ha hecho del arte y de la literatura un comercio", además de contaminar el planeta. Pero a la vez reconocía que el Estado no es creador de riqueza; en El Ogro Filantrópico, y en otras obras, exponía los males sociales que causa el Estado paternalista y controlador. ¿ Cuál es, entonces, la respuesta? O dicho de otra manera; ¿ Hay una tercera vía?
Para los autores recopilados en Global Fortune: The Stumble and Rise of World Capitalism, esa tercera vía no existe. Es el capitalismo liberal, sostienen; el sistema que más adelantos en el orden económico, social e, incluso, moral ha dado a la humanidad. El escritor peruano Mario Vargas Llosa apunta en su ensayo El Liberalismo en el Nuevo Milenio, recogido en el libro, que la doctrina liberal ha demostrado su superioridad en un siglo de enfrentamiento contra sistemas de férreo control estatal y totalitarismos como el nazismo y el comunismo, pero que estas ventajas no deben ser rázon para dormirnos en los laureles. Hay una nueva batalla, señala Vargas Llosa, menos reñida, pero que también encierra peligros graves. Esta vez, los enemigos son los estereotipos y las caricaturas con que se intenta poner en duda el orden democrático liberal, y también los profetas apocalípticos que anuncian un nuevo totalitarismo, el de las grandes empresas mulinacionales. Para Vargas Llosa, las transnacionales deben someterse a la competencia para evitar que se conviertan en monopolios.
Deepak Lal, autor y profesor de la Universidad de California en Los Angeles, afirma que no hay una tercera vía entre el mercado libre y el socialismo, pero no cree que el desarrollo económico esté necesariamente vinculado a la democracia. Apunta que los países pobres pueden modernizarse sin occidentalizarse, y al comparar la cruzada ética que las naciones desarrolladas adelantan a nivel mundial con la colonización cultural de los imperialismos de finales del siglo XIX advierte que esa imposición puede desatar un enfrentamiento contra la globalización. Ahora bien, si la cruzada ética se descarta, ¿no queda abierto el camino hacia formas de desarrollo económico sin libertad individual, es decir, hacia tiranías prósperas? Aunque los ensayos de este libro le añaden un fuerte condimento intelectual a la polémica, no ponen fin al debate de nuestro tiempo. El socialismo fracasó, pero la doctrina liberal de Global Fortune todavía es una apuesta.
Reseña publicada en la revista Latin Trade en noviembre del 2000.