La doctrina comunista en su apogeo

Víctor Pavón dice que nunca en la historia de Norteamérica y Latinoamérica ha existido algo similar a lo que ocurre en Cuba y Venezuela.

Por Víctor Pavón

La guerra civil es el modo que tiene el comunismo de llevar a cabo su programa político, una guerra civil que se inicia desde el mismo momento en que se divide a la sociedad en esa dialéctica de amigo-enemigo, la expresión más miserable de la lucha de clases pergeñada por el marxismo desde su advenimiento como una nefasta idea contraria a la libertad.

El modelo comunista es el odio y la guerra, el "terror rojo" como lo sintetizaban y se ufanaban Lenín y Trotsky para exportar sus ideas a otras partes del mundo. Aquella guerra civil debe ser permanente para dividir a la sociedad en cualquier lugar del mundo, propuesta desde luego que les encanta a los comunistas  porque así y sólo así pueden gobernar o mejor dicho mandar. 

En Venezuela en realidad hay una guerra civil desde hace muchos años, cuando el "gorila rojo" Hugo Chávez inició el proceso de destrucción de la institucionalidad en aquel país y ahora con la posta en su mano por parte de su émulo, Nicolás Maduro, el mismo que es capaz de viajar al futuro y decirles a sus compatriotas que todo estará bien.  

La guerra civil contra el pueblo venezolano se inició hace tiempo, se viene asesinando a la gente, abriendo calabozos, con presos políticos por doquier, al igual que hace sesenta años ocurre en Cuba, por medio del otro sanguinario dictador, Fidel Castro, el mismo que siguiendo la herencia monárquica delegó en su hermano Raúl los designios del pueblo cubano. 

Nunca en la historia de nuestra América Latina y de Norteamérica ha existido algo similar a lo que ocurre en Cuba y hoy en Venezuela, con gente que huye del hambre y el terror de los comunistas.  La cubanización del pueblo venezolano que con heroísmo resiste la brutal embestida de la dictadura de Nicolás Maduro, se viene cumpliendo a sangre y fuego. 

La metodología del régimen venezolano es similar a la utilizada por Fidel Castro y el Che Guevara. Un propósito al comienzo no declarado, pero revelado por los hechos que hablan por sí mismos y se sintetizan en amedrentar, golpear, asesinar, confinar y acallar toda crítica contraria a la “revolución”.

La propiedad privada y la libertad de prensa —instituciones de garantía para impedir y denunciar la arbitrariedad de los gobernantes en los países— fueron sus primeras y favoritas víctimas. El objetivo del régimen bolivariano es el aislamiento de Venezuela de la comunidad internacional. Encerrar a sus ciudadanos en una feroz y temible cárcel en la que los derechos humanos queden confinados en la más obscura mazmorra del olvido.

Ni Hugo Chávez y tampoco Nicolás Maduro que, por cierto éste último llegó a decir que escuchó la voz de su líder fallecido a través del canto de un pajarito, son los ideólogos de este proyecto. Fueron y son los ejecutores de un plan. Este plan viene desde antaño, desde  Cuba y más recientemente desde el Foro de Sao Paulo, al que por fortuna el recientemente electo presidente del Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que lo destruiría. 

Para Paraguay, lo que ocurre con el pueblo venezolano no es un tema a desconsiderar. Por aquí no nos olvidamos que los comunistas quisieron alzarse con el poder utilizando al entonces presidente Lugo y a sus seguidores para convertir a nuestro país en su cabeza de playa para expandir su llamado socialismo del siglo XXI

Afortunadamente, Juan Guaidó, el que fue elegido democráticamente por el pueblo venezolano para presidente de la Asamblea (porque Maduro no fue electo democráticamente) está mostrando el camino a recorrer, aun sabiendo que en cualquier momento los matones del comunismo, como es su característica forma de actuar, lo pueden llevar a un lugar sin retorno. ¡Viva la Venezuela libre, viva la LIBERTAD!