La deuda odiosa de Irak debe ser tratada por un arbitraje transparente
Los iraquíes deben tener cuidado con las soluciones a puertas cerradas del Club de París para reducir la deuda
Los iraquíes deben tener cuidado con las soluciones a puertas cerradas del Club de París para reducir la deuda
WASHINGTON—La mayoría de la deuda creada por el ex-dictador iraquí Saddam Hussein fue utilizada para oprimir al pueblo iraquí o de otra forma no utilizado en el interés público. Tal deuda debería de ser calificada como “odiosa”, de acuerdo con la doctrina legal internacional referente al tema. Un nuevo estudio del Cato Institute sostiene que el arbitraje de la deuda, el cual descansa en el estado de derecho y un proceso judicial público, debería ser utilizado para determinar que cantidad de los más de $120 mil millones en créditos otorgados a Iraq, son legalmente exigibles.
Patricia Adams, en el estudio “La Deuda Odiosa de Iraq” argumenta que el proceso para determinar la legitimidad de la deuda iraquí debería de estar abierto y basado en el arbitraje, en contraposición del proceso politizado y a puertas cerradas promovido por el grupo de gobiernos acreedores conocidos como el Club de París.
Adams, directora ejecutiva de Probe International, escribe que “El pueblo iraquí tiene derecho a ser informado en detalle, no solo en los agregados, sobre los reclamos de deuda contra ellos; tiene derecho a una audiencia justa en la que pueda tener una representación legal; y tiene derecho a una adjudicación sin sesgo de los reclamos en la cual el árbitro no tenga intereses—pecuniarios o propietarios—en el resultado”.
Los iraquíes deberían ser cautelosos de los acreedores que buscan seducirlos con el Club de Paris, dado que la organización trataría las deudas del régimen de Hussein como deudas legítimas del pueblo iraquí y buscaría evitar la rendición de cuentas por los prestamos de sus miembros. Ciertamente, la abrumadora mayoría de reclamos contra Iraq son de prestamistas gubernamentales, no privados. Adams llama al Club de Paris “la agencia de rescates financieros más importante del mundo, usando dólares de los contribuyentes occidentales para rescatar prestamos mal colocados por prestamistas públicos”.
Adams argumenta que los principios que definen la Doctrina de la Odiosa Deuda son bien conocidos y han sido aplicados en el pasado por los Estados Unidos. Aplicar hoy en día esa doctrina desalentaría los prestamos hacia gobiernos opresivos y estabilizaría las finanzas internacionales, incrementando la responsabilidad por parte de los acreedores y deudores.
Ella concluye que “Decidir la disposición de la deuda de Iraq bajo el estado de derecho, a través de un proceso judicial público que permita a los iraquíes, a la prensa doméstica e internacional y a cualquier otro a entender quien prestó que tanto a quién y para que propósito, le daría a los iraquíes la confianza de que el gobierno puede trabajar en sus intereses”.
Policy Analysis no. 526 en inglés ( http://www.cato.org/pubs/pas/pa-526es.html)
Contacto:
Patricia Adams, Probe International, 416-964-9223,
patriciaadams@nextcity.com
Jonathan M. Block, coordinador de medios, 202-789-5263,
jblock@cato.org
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