India: El fracaso del gobierno y el rescate del sector privado

Por Swaminathan S. Anklesaria Aiyar

Korea, Taiwán y Singapur se convirtieron en economías milagrosas —creciendo a un 8% anual— mediante la apropiada división de trabajo con la cual los sectores público y privado se concentraron en lo que cada uno hacía mejor. El gobierno se concentró en la ley y la justicia, una revolución verde, y la infraestructura. El sector privado mejoró las industrias de manufactura y de servicios.

Cuando India inició sus reformas hace 15 años, yo anticipé una división de labor similar. Eso no ha ocurrido. El sector privado de India ha hecho más de lo que se esperaba. La industria de software de India tiene una reputación buena alrededor del mundo. La industria de manufacturas del país por fin se volvió competitiva: las exportaciones han crecido por una tasa de más de 30% al año durante tres años. Las compañías del país están realizando adquisiciones extranjeras por doquier y se están convirtiendo en corporaciones multinacionales —Tata Steel, Bharat Forge y Ranbaxy son algunos ejemplos.

Sin embargo, el gobierno ha fracasado miserablemente en la nueva división del trabajo. La corrupción y la violencia han empeorado. Los criminales han llegado en manada a las legislaturas centrales y estatales como también a los Gabinetes. Las cortes fueron incapaces de condenar a cualquier persona con recursos a algo más que una apelación. Rasad Mehta (quien lideró el fraude del mercado de capitales de 1992 en India) y el anterior Primer Ministro Narasimha Rao murieron por la vejez antes de que sus casos concluyeran.

El estancamiento de la agricultura es un problema serio. India solía exportar trigo pero ahora lo importa. Y la infraestructura, a pesar de un mejoramiento considerable, está muy por detrás de aquella que se encuentra otros países comparables.

¿Cómo, entonces, es que India ha logrado un crecimiento económico récord en los últimos años? Porque el sector privado se ha hecho responsable de cosas que tradicionalmente han sido responsabilidades estatales y ha rescatado la situación.

Por mucho tiempo la energía fue un monopolio estatal y las Juntas de Electricidad Estatales estaban en bancarrota cuando las reformas comenzaron en 1991. Ellos buscaron productores independientes de energía tales como Enron, pero estos se degeneraron y resultaron en un fiasco. ¿Cómo es que India produce suficiente energía para su impresionante crecimiento económico?

Bueno, las viejas estaciones de energía mejoraron su factor de carga. Pero la principal razón es que las corporaciones decidieron que ellos no podían depender de la oferta estatal, y generaron 20.000 MW de energía cautiva, más un excedente para vender. Al asignarse el rol originalmente desempeñado por el gobierno, las industrias florecieron.

Consideren a los puertos. Tradicionalmente, las cargas eran administradas de manera ineficiente en los puertos estatales. El tiempo de carga era 10 minutos más que en Singapur, y los barcos esperaban hasta 25 días para descargar. Hoy, el tiempo de carga y espera han sido reducidos porque a las corporaciones, tanto nacionales como extranjeras, se les ha permitido construir terminales para contenedores en puertos importantes, transformando la eficiencia. Mientras tanto Gujarat ha facilitado el desarrollo de 40 puertos de menor importancia, en gran parte son privados, y otros estados están siguiendo ese ejemplo. Los puertos cautivos de las grandes corporaciones han revolucionado el escenario de las cargas. El puerto cautivo de Reliance Industries procesa más carga que cualquier otro puerto de importancia con la excepción de Vishakapatnam.

Las telecomunicaciones son el ejemplo mejor y más sorprendente de cómo el sector privado se ha asignado responsabilidades tradicionalmente estatales de manera exitosa. En los 1980s, usted tenía que esperar hasta siete años para que el gobierno le asigne un teléfono. La competencia privada hoy le provee una conexión instantáneamente. India está añadiendo cinco millones de usuarios de teléfono celular al mes, y sus tarifas de telecomunicaciones son las más bajas del mundo.

Las corporaciones ahora están modernizando los aeropuertos de Mumbai y Delhi, y construirán otros aeropuertos también. Las compañías privadas ahora están construyendo varias carreteras de peaje, con los contratos siendo asignados al postor que requiera el menor subsidio de peaje. Pero ahora algunos postores están dispuestos a pagar por el contrato en vez de pedir subsidios.

Una segunda revolución verde está siendo fomentada por el sector privado, no el sector público. Reliance Industries lidera esta revolución en las áreas rurales en Punjab con una operación “de la granja al tenedor”—comprende desde la administración de la cadena de semillas y de cultivos hacia el procesamiento y ventas a hipermercados. ITC (un conglomerado indio grande) se ha diversificado desde la venta de cigarrillos a e-choupals, kioscos computarizados rurales para la información agrícola y para comprar alimentos. Los Mahindras, Tatas y Shrirams están construyendo supermercados rurales. Triveni, un grupo de azúcar, paga por la caña de azúcar directamente en cuentas bancarias agrícolas, y emite tarjetas de débito para que los agricultores puedan viajar sin dinero a los mercados, esto ha sido un éxito en el estado Uttar Pradesh, el cual es afligido por pandillas. Estas compañías están proveyendo semillas y árboles pequeños de calidad a los agricultores, con una garantía de comprárselos de nuevo a un precio asegurado. Por lo tanto, las compañías desempeñan la función de garantía de precio que el gobierno inició una vez mediante los mercados administrados por el estado.

Estas iniciativas afectan solo una pequeña parte del país. Pero están produciendo islas de dinamismo en un lago que de otra manera fuera libre de movimiento.

De esta manera, las corporaciones han rellenado el vacío creado por el fracaso del sector público en su rol tradicional. Pero en el área clave de la ley y la justicia, esto no parece ser posible. Yo sospecho que la licitación competitiva para actividades policíacas, condicionadas por indicadores de desempeño, realmente mejoraría los resultados. Pero el poder total de los políticos fluye del control de la policía y de la administración, tradicionalmente utilizadas para fines ilegítimos, y ellos se oponen a cualquier reforma de un sistema corrupto y moribundo.

La única justicia rápida en India proviene de grupos maoístas que en muchos distritos tienen sus propias cortes y pronuncian veredictos e imponen penas en el acto. Ese no es el tipo de privatización que yo favorezco. Pero parece ser el único tipo que recibiremos.

Traducido por Gabriela Calderón para Cato Institute.