Hiperinflación: Mugabe vs. Milosevic
Por Steve H. Hanke
Los episodios de hiperinflación son extraños: solo han ocurrido cuando la oferta del dinero ha sido gobernada por estándares discrecionales del papel moneda. Ninguna hiperinflación se ha dado cuando el dinero ha sido fundamentado en un commodity o cuando el papel moneda ha sido convertido en un commodity. La primera hiperinflación ocurrió durante la Revolución Francesa (1789-1796). Como indica la tabla siguiente, el episodio francés fue seguido por 28 hiperinflaciones adicionales —todas en el siglo XX.
Tal vez, la más conocida fue la gran hiperinflación alemana de la década de los 20. Cuando la tasa de inflación anual llegó a aproximadamente al 30.000% en octubre de 1923. Las dos más virulentas hiperinflaciones que han sido registradas —Hungría (1945-1946) y Yugoslavia (1992 -1994)— curiosamente siguen siendo muy poco conocidas. Tal vez porque el pico de la tasa inflacionaria mensual era tan alto como incomprensible. Sin embargo, este problema puede solucionarse pensando en términos de inflación diaria. En esa medida la tasa inflacionaria más alta jamás registrada fue en Hungría en julio 10 de 1946 cuando lo tasa diaria fue de 348,46%.
El siguiente cuadro muestra la destrucción del marco alemán en relación al dólar estadounidense durante la hiperinflación más conocida del siglo XX a nivel mundial. También enseña la caída del dinar yugoslavo en relación al dólar estadounidense durante la última gran hiperinflación del siglo XX. En el gobierno de Slobodan Milosevic, Yugoslavia registró la segunda tasa inflacionaria mensual más alta en la historia, un enorme 313 millones por ciento en julio de 1946. Mientras que era mucho más alta que el pico de la tasa mensual alemana, la tasa yugoslava era mucho más baja que la tasa mensual récord de Hungría en 1946. Esto nos lleva a la trigésima —y primera en este siglo— hiperinflación mundial. Zimbabue, con Robert Mugabe en el poder, ha estado sumergida en una hiperinflación desde marzo de 2007.
Por carecer de datos actuales no sabemos exactamente cuál es la tasa de inflación el día de hoy. Sin embargo, sí sabemos el curso del dólar zimbabuo en relación al dólar estadounidense (ver cuadro). La destrucción del dólar de Mugabe está alcanzando lo que experimentó el marco alemán en la década de los 20 pero no está cerca todavía a la ruina del dinar yugoslavo de Milosevic. Todos sabemos que las tasas inflacionarias altas infligen un daño terrible a la economía y dejan en la miseria a los ciudadanos afectados. La inflación de Zimbabue ha empujado a sus habitantes hacia la pobreza y ha forzado a millones de zimbabuos a emigrar. Entre 1997 y el 2007 la inflación acumulada era de casi el 3.800 millones por ciento, mientras el nivel de vida se cayó en un 38 %. La fuente de la hiperinflación de Zimbabue es el Banco de Reserva de Zimbabue (RBZ, por sus siglas en inglés), el cual parece ser una máquina de dinero. El gobierno gasta y el RBZ financia los gastos imprimiendo el dinero.
El RBZ, en la práctica, no tiene la facultad para oponerse a las demandas del gobierno de dinero en efectivo. Por lo tanto, el RBZ no es probable que este recupere la credibilidad enseguida. Para detener la hiperinflación, Zimbabue tiene que, inmediatamente, adoptar un sistema monetario diferente.
Tres opciones
Cualquiera de las tres opciones puede rápidamente filetear la tasa inflacionaria y restablecer la estabilidad y el crecimiento en la economía zimbabua. La primera es la “dolarización”. Esta opción sustituiría el dólar de Zimbabue, desacreditado por las divisas, con el dólar de los EE.UU. o el rand sudafricano. La segunda es una junta monetaria. Bajo este sistema, el dólar zimbabuo sería confiable porque estaría totalmente apoyado por una moneda extranjera de reserva y sería convertible libremente a la moneda de reserva a una tasa fija al ser demandada.
La tercera opción es permitir la emisión de monedas por entidades privadas. Esta opción permitiría a bancos comerciales emitir sus propias notas privadas y sus pasivos con poca regulación estatal. Tener un banco central es el único sistema monetario que ha creado hiperinflación e inestabilidad en Zimbabue. Antes de haber un banco central, Zimbabue tuvo una experiencia monetaria positiva en la que el sistema bancario libre y el sistema de una junta monetaria funcionaron bien. Es tiempo de que Zimbabue adopte uno de estos sistemas monetarios que ya se han desempeñado bien y descartar los experimentos con una banca central que han fracasado.
¿Ocurrirá esto pronto? La respuesta no es clara. Es sorprendente cuánto tiempo puede el perpetrador de una hiperinflación mantenerse en el poder. La hiperinflación en Yugoslavia alcanzó su punto máximo en enero de 1994 pero los yugoslavos sufrieron cerca de ocho años más una inflación alta hasta que Milosevic, de mala gana, aceptó su derrota después de las elecciones de septiembre del 2001.
La experiencia yugoslava con la destrucción de la moneda, la hiperinflación y un dictador determinante nos enseña mucho. Aquellos que creen que la hiperinflación sacaría a Robert Mugabe rápidamente probablemente están, lamentablemente, exagerando su optimismo.
Con esto dicho, todavía se puede decir algo positivo: la vida de muchos gobernantes que usaban las imprentas para crear hiperinflación ha sido mucho más corta que la de Milosevic. Y hay remedios comprobados para detener abruptamente a las hiperinflaciones.
Este artículo fue publicado originalmente en Global Asia en la edición de agosto de 2008.