Esta no es una guerra santa

por Alan Reynolds

Alan Reynolds es Académico Titular de Cato Institute.

Se ha convertido en rutina para los terroristas racionalizar su locura basándose en el "fundamentalismo islámico", así como lo fue una vez para los aspirantes a dictadores culpar a Karl Marx por sus ambiciones violentas.  Incluso algunos americanos pueden llegar a creer en esta excusa religiosa para realizar actos de violencia al azar, la cual causa una ansiedad comprensible entre los habitantes islámicos, tanto fuera como dentro de los Estados Unidos (como en Turquía y Jordán).

Por Alan Reynolds

Se ha convertido en rutina para los terroristas racionalizar su locura basándose en el "fundamentalismo islámico", así como lo fue una vez para los aspirantes a dictadores culpar a Karl Marx por sus ambiciones violentas.  Incluso algunos americanos pueden llegar a creer en esta excusa religiosa para realizar actos de violencia al azar, la cual causa una ansiedad comprensible entre los habitantes islámicos, tanto fuera como dentro de los Estados Unidos (como en Turquía y Jordán).

Los terroristas que utilizan el Islam como una excusa para llevar a cabo sus actos terroristas en contra de judíos y cristianos no son fundamentalistas sino heréticos.  Para averiguar por qué, solo hay que leer el Corán (o Qu'ran).  Hay que considerar los siguientes pasajes del Corán, los cuales tienen al final una referencia a la traducción Shakir cerrada entre paréntesis:

Antes que nada, el Corán demanda respeto hacia todas las religiones monoteístas:  "Aquellos que son judíos, y los cristianos que crean en Alá (Dios) y en que el último día es bueno, el Señor les dará su recompensa" (II:62).  El Corán, al mismo tiempo, habla favorablemente de las "iglesias y sinagogas y mezquitas en las cuales el nombre de Alá es recordado." (XXII:40).

Segundo, todos los profetas deben ser respetados, incluso Abraham, Moisés y Mahoma:  "nosotros no hacemos ninguna diferencia entre ellos." (II:136) "Nosotros (musulmanes) no hacemos ninguna diferencia entre sus apóstoles." (II:285)  "Cada uno de ellos era de Dios.' (VI:85) "El Mesías, hijo de María es un apóstol." (V:73), ya que Dios "puso bondad y piedad en los corazones de aquellos que lo seguían." (LVII:27)  El Tora "en el cual encontramos dirección y luz" es considerado parte "del Libro de Alá" (V:70), así como también son considerados el Corán y la Biblia (IX:111).

Incluso, en algunos casos el Corán aconseja tolerancia religiosa:  "No existe compulsión en la religión." (II:256)  "Tu puedes tener tu religión y yo puedo tener la mía." (CIX:6) "No debes ser innecesariamente extremista en tu religión." (V:73).

El Corán nunca excusa la Guerra Santa o Jihad en contra de otros monoteístas, cristianos o judíos, solamente en contra de esos que adoran ídolos (idólatras) o varios dioses (politeístas).  Aún en el caso de los idólatras, el Corán honra acuerdos de paz.  "Asesinen a los idólatras en cualquier lugar donde los encuentren excepto a aquellos entre los idólatras con los cuales hayan realizado un acuerdo." (IX:4-5)  "Si ellos rompen sus juramentos después de realizado el acuerdo y (abiertamente) denigran su religión, entones pueden pelear." (IX:12).  "Peleen en contra de ellos hasta que no haya persecución (del Islam) pero si desisten, entonces no debe de existir hostilidad salvo en contra de los opresores." (II:193)  "Y si ellos se inclinan hacia la paz, entonces ustedes también se deben de inclinar hacia ella y confiar en Alá." (VIII:61)  Este lenguaje no es del tipo dócil "hay que poner la otra mejilla", pero tampoco implica que los ataques furtivos sean sagrados, que esa guerra sea preferible a la paz, o que los cristianos o judíos seann enemigos religiosos.

Cuando hablamos de cristianos "fundamentalistas" y judíos "ortodoxos", nos referimos a aquellos que siguen estrictamente las enseñanzas del Nuevo Testamento o del Tora.  Si ser "fundamentalista islámico" significa, de igual forma, una adherencia estricta al Corán, entonces esta frase no puede ser apropiadamente aplicada a aquellos que intentar aterrorizar a cristianos y judíos.  El Corán demanda respeto hacia todas las religiones monoteístas (judaísmo, cristianismo e Islam), y no perdona una guerra en contra de alguna de ellas, mucho menos si se llevan a cabo actos cobardes de terrorismo.

Dictadores y aspirantes a dictadores están furiosos con Estados Unidos porque esta nación limita su deseo por poder y tierras.  Pueden tratar de encubrir sus ambiciones y su brutalidad en una retórica religiosa, pero están mintiendo.  La religión no puede justificar atrocidades en contra de Estados Unidos, así como tampoco puede justificar actos de vandalismo en Irlanda del Norte.   Asesinar es asesinar y no tiene nada de religioso.

Traducido por Constantino Díaz-Durán para Cato Institute.