El Talibán ha vuelto, ¿ahora qué?

Sahar Khan describe el complicado escenario regional luego de la toma del poder del Talibán en Afganistán.

Por Sahar Khan

El Talibán ha vuelto al poder en Afganistán luego de tomar el control de Kabul. El Presidente afgano Ashraf Ghani ha huido y aterrizó en Dubai. Mientras que la ofensiva del Talibán lleva meses, recientemente adquirió una fuerza que ha sorprendido al mundo. El Presidente Joe Biden se mantuvo firme detrás de su decisión de retirar a los soldados, afirmando que EE.UU. había logrado sus objetivos principales hace más de una década, los cuales eran (1) desmantelar al Qaeda y (2) encontrar a Osama bin Laden. Sin embargo, admitió que las fuerzas de seguridad afganas cayeron más rápido de lo esperado. 

El Talibán ha estado ganando terreno constantemente durante los últimos años. El colapso de las fuerzas de seguridad afganas se debe a una serie de razones, tales como una falta de capacidad, corrupción, fuerzas de seguridad en competencia (respaldadas por la CIA encima) y una falta de recursos. La inteligencia estadounidense también advirtió a la administración de Biden de un potencial colapso. Aún así, nada de eso importa ahora.

Los afganos están huyendo por sus vidas conforme su país se desmorona y los aeropuertos se han convertido en algo parecido a una zona de guerra. Ahora, muchos están observando más de cerca a Paquistán, que alberga alrededor de 3 millones de refugiados afganos, conforme más refugiados intentan ingresar. 

Las implicaciones para Paquistán

El involucramiento de Paquistán en Afganistán data desde la invasión soviética, cuando la inteligencia el país y la CIA proveyeron respaldo encubierto a los Muyahidín (combatientes guerrilleros musulmanes) que estaban luchando en contra de los soviéticos. El movimiento Muyahidín ganó popularidad en una era post-soviética de inestabilidad y eventualmente se convirtieron en el Talibán. Paquistán reconoció al Talibán como el gobierno de Afganistán en 1996. Luego de que EE.UU. invadiera Afganistán en 2001, Paquistán proveyó santuario al liderazgo Talibán, la Red Haqqani y otros grupos militantes, todo lo cual ha sido documentado en el trabajo de relaciones exteriores del periodista Ahmad Rashid, en el del escritor de política y seguridad nacional Steve Coll y en el del profesor de relaciones internacionales Hassan Abbas, para nombras a tan solo unos pocos individuos. 

Aún así, Paquistán ha dicho repetidas veces que respalda el proceso de paz liderado por Afganistán. El proceso de paz afgano empezó aproximadamente cuando el Talibán y la administración de Donald Trump firmaron un acuerdo en febrero de 2020 y continuó —aunque lentamente— con las negociaciones entre el Talibán y el gobierno afgano. 

De igual forma, la relación entre EE.UU. y Paquistán ha sido inestable desde hace algún tiempo. EE.UU. acusa a Paquistán de jugar para ambos bandos al patrocinar y albergar grupos militantes como el Talibán y la Red Haqqani. Mientras que EE.UU. acusa a Paquistán de no respaldar su guerra en Afganistán, Paquistán acusa a EE.UU. de siempre utilizarlo y negarse a reconocer los sacrificios que ha realizado desde que empezó la Guerra contra el Terror en 2001. Paquistán pagó un precio alto por ser un aliado de EE.UU. en la manera de fatalidades civiles y ataques con drones. Sin embargo, Paquistán sostiene que su influencia sobre el Talibán, que EE.UU. percibe como algo poderoso, de hecho no es tan fuerte. El gobierno de Ghani también le pidió a Paquistán traer al grupo a la mesa de negociación y que reduzca la brutalidad de sus operaciones de agresión. 

El Primer Ministro Imran Khan dice que es injusto culpar a Paquistán por la situación en Afganistán. Injusto o no, si Paquistán se niega a condenar la continua violencia del Talibán, perjudicará de manera permanente su propia reputación en el escenario mundial y el giro económico que está intentando desesperadamente. Dejando a un lado la moralidad, también está en el interés estratégico de Paquistán condenar abiertamente la manera en que el Talibán ha llegado al poder. Paquistán ha estado intentando mostrarle al mundo que no está tan estrechamente alineado con el Talibán como solía estarlo durante la década de 1990, y que no controla al grupo de ninguna manera. Si este realmente es el caso, la administración de Khan tiene la oportunidad de resaltar esta dinámica cambiada entre las autoridades paquistaníes y el Talibán. 

Lo que el Talibán quiere

El Talibán desea reconocimiento internacional —y en su búsqueda de este, el grupo ha estado ocupado presentando una imagen moderada, afirmando que permitirá que las mujeres trabajen y que las niñas vayan a la escuela. Para el Talibán, el reconocimiento es extremadamente importante dado que le permitiría al grupo tener soberanía sobre Afganistán, aunque esa soberanía implique la obligación de obedecer el derecho internacional. Por ejemplo: el Talibán tendría que respetar los derechos humanos, obedecer las normas del comercio internacional, renunciar a varias actividades ilícitas, y estar abierto a la diplomacia. Si el Talibán desea hacer algo de esto (y más) no queda claro. 

La pregunta clave es: ¿reconocerá la comunidad internacional al Talibán? La respuesta no es tan sencilla. Rusia dijo que su reconocimiento del Talibán dependerá de las condiciones en el territorio. El objetivo estratégico de Rusia después de todo es asegurar que la inestabilidad de Afganistán se mantenga lejos de Asia Central y su puerta, un deseo que es compartido por los vecinos de Afganistán. Similar a Paquistán, Uzbekistán, Tayikistán, y Turkmenistán, todos están preocupados acerca de los efectos de derrame y la inestabilidad causada por el flujo entrante de refugiados —peor aún durante una pandemia. Irán también teme una toma de poder por el Talibán, que es notablemente anti-Shia. China ha sido un poco más sociable expresando que está abierta a tener “relaciones amigables” con el Talibán. Paquistán no ha reconocido oficialmente al Talibán tampoco, pero está sentando las bases para hacerlo. 

Por ahora, las cosas se están moviendo demasiado rápido como para predecir de manera precisa que sucederá en Afganistán. Pero una cosa queda clara: los afganos inocentes están pagando el precio más alto.

Este artículo fue publicado originalmente en The News Run (EE.UU.) el 25 de agosto de 2021.