El Salvador: Lo absurdo de tener dólares y colones al mismo tiempo

Por Manuel Hinds

Hace años hubo una discusión en Suecia sobre el lado de la calle en el que deberían circular los carros. Tradicionalmente los carros habían circulado por el lado izquierdo y ahora se proponía cambiar a circular por el lado derecho. La discusión, por supuesto, se llevó a cabo entre los que favorecían un lado o el otro. A nadie se le ocurrió proponer que se permitiera circular tanto a la izquierda como a la derecha, porque para todo ser humano normal es obvio que dejar que los carros circulen al lado de la calle que quieran es la fórmula más segura para crear terribles accidentes de tráfico.

A cualquiera, sin embargo, se le ocurre proponer que en el país circulen igualmente los colones y los dólares, sin darse cuenta de que esto también es una receta para desastres económicos. La falta de conciencia del riesgo proviene directamente de ignorar lo que es una moneda y las complejas interacciones que tiene con los riesgos del sistema bancario y de la economía en general. Hay dos problemas con esa cándida ignorancia:

Primero, el pensar que el permitir que circulen billetes de dólares y de colones simultáneamente bajará los precios o disminuirá la inflación, denota total inocencia aritmética. Obviamente si la tasa de cambio entre las dos monedas es 8,75, lo que vale un dólar valdría 8,75 colones. Más aún, si asumimos que el colón no se devalúa, un aumento de precios en dólares se traduciría inmediatamente en un aumento proporcional del precio en colones. Así, si la gasolina cuesta 3 dólares y su precio se duplica a 6 dólares, el precio en colones se duplicaría también de 26,25 colones a 52,50 colones. En otras palabras, la introducción del colón no haría ninguna diferencia si la tasa de cambio entre las dos monedas se mantuviera constante.

El problema sería que en la realidad el colón tendería a devaluarse. Los precios en colones aumentarían aun si los en dólares se mantuvieran. En el ejemplo de arriba, si el colón se devaluara un 14,2%, lo que vale un dólar pasaría de valer 8,75 colones a valer 10 colones. Si su salario estuviera en colones, usted sufriría una reducción en su poder de compra.

Aquí es donde entra el segundo problema. A pesar de que mucha gente así lo cree, los billetes y las monedas son la parte menos importante del dinero que circula en una economía. Los depósitos en el sistema bancario y los sistemas de pago que se realizan a través de ellos son infinitamente más importantes. En una economía moderna se paga muchísimo más con cheques, tarjetas de crédito, transferencias electrónicas y otros movimientos bancarios, que con todos los billetes y monedas en circulación. El sistema bancario es el corazón del sistema de pagos y de las transacciones monetarias y financieras. Y es allí donde el permitir que los carros circulen en ambos sentidos es la receta del desastre.

Para entender este punto imagine que usted es un banco, es decir, usted toma dinero prestado de Pedro (Pedro hace depósitos en su banco) y lo presta a Juan. Ahora asuma que opera en dos monedas, pesos y dólares. Pedro prefiere depositar en dólares porque así no perdería poder adquisitivo si el colón se devalúa. En contraste, Juan prefiere tomar el préstamo en colones para no tener que pagar más si el colón se devalúa.

Supongamos que al principio de la historia un peso es igual a un dólar. Supongamos además que usted le debe 1.000 dólares a Pedro, que usted piensa pagar con el dinero que Juan le debe, igual a 1.000 pesos. Ahora asuma que hay una devaluación del 100 por ciento, de tal forma que un dólar sería igual ya no a uno sino a dos pesos. Usted seguiría debiéndole 1.000 dólares a Pedro. Sin embargo, como ahora los colones valdrían la mitad que antes, Juan le debería sólo 500 dólares. Su banco tendría pérdidas iguales al 50% de los depósitos, no podría pagar su deuda y quebraría en un choque sólo comparable al de dos carros colisionando de frente por ir uno a la izquierda y el otro a la derecha.

Esta historia no es imaginación. Esta fue la razón por la que los sistemas bancarios de muchos países (Uruguay, Argentina, México, Venezuela, República Dominicana, Tailandia, etc.) han quebrado en las últimas décadas. El riesgo es tan grave que el Fondo Monetario Internacional ha puesto como una de sus prioridades el convencer a los países en desarrollo de que no tengan dos monedas circulando en el sistema bancario.

Ya sabe usted, entonces, que cuando alguien propone que circulen a la vez el colón y el dólar es como si estuviera proponiendo que los carros circulen del lado que les dé la gana.

Este artículo fue publicado originalmente El Diario de Hoy (El Salvador) el 1 de noviembre de 2007.