El progreso sucede

David Boaz considera adecuado que la Universidad de Princeton remueva el nombre de Woodrow Wilson de su Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales.

Por David Boaz

Hace cinco años argumenté que la prestigiosa Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales Woodrow Wilson de Princeton y un complejo residencial en dicha universidad, honraban a un ex presidente de la institución que no merecía esa distinción. No solo era Wilson un racista que alababa al Ku Klux Klan y volvió a segregar la fuerza laboral, también tomó la peor decisión de política exterior en la historia de EE.UU. Su decisión de entrar en un conflicto europeo, la cual probablemente logró que se convirtiera en la Primera Guerra Mundial, la cual a su vez probablemente condujo a la toma del poder de los comunistas en Rusia, al Nacional Socialismo en Alemania, a la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría. Wilson fue irrespetuoso de la constitución, prefiriendo un gobierno sin pesos y contrapesos y con un “poder incansable”. 

La semana pasada la Universidad de Princeton anunció que removería el nombre de Wilson tanto de la escuela como de la facultad. Hace 19 años, urgí a los electores de Mississippi para que removieran las imágenes de la confederación de su bandera estatal, escribiendo:

“La actual bandera de Mississippi  —tres barras de rojo, blanco y azul junto con la cruz de la confederación— no puede ser considerada como representativa de los valores del millón de ciudadanos negros de Mississippi; es activamente ofensiva para muchos de ellos”.

Y la semana pasada la legislatura votó para hacer precisamente eso.

Incluso podría notar que hace 32 años, en el New York Times, argumenté que EE.UU. debería acabar con la guerra contra las drogas, que había causado tanto crimen, corrupción y encarcelamiento. Esa recomendación ha tomado más tiempo en llegar a fruición y la guerra contra las drogas de ninguna manera se ha terminado. Pero 33 estados y el Distrito de Columbia ahora han legalizado la marihuana de alguna manera, y la opinión pública ha cambiado tanto que el Partido Republicano está denunciando a Joe Biden por su duradero respaldo a la guerra contra las drogas. Quizás en 2021 ambos partidos se pondrán de acuerdo acerca de que ya es hora de realizar una verdadera reforma.

Es fácil señalar las cosas que van mal y que están empeorando. Según muchas medidas el estado se ha vuelto más grande. Ahora mismo estamos abrumados con una pandemia, las cuarentenas, el abuso policial, pero una visión de plazo más largo mostraría la realidad del progreso moral y los avances en el bienestar humano. Como dije en un discurso reciente:

Hemos extendido las promesas de la Declaración de la Independenciala vida, la libertad, y la búsqueda de la felicidad— a personas alrededor del mundo a las cuales por mucho tiempo les fueron negadas. Más personas en más países que nunca antes en su historia gozan de libertad religiosa, libertad personal, un gobierno democrático, la libertad de poseer e intercambiar propiedad, la oportunidad de empezar un negocio, la igualdad de derechos, el respeto, y una mayor expectativa de vida.

La guerra, las enfermedades, la violencia, la esclavitud, y la inhumanidad han sido reducidas de manera dramática. 

Este fin de semana vimos algunos ejemplos de eso.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato at Liberty (EE.UU.) el 29 de junio de 2020.