El primer recorte de la tasa del Fed
Manuel Sánchez González dice que la Fed justificó la baja debido a que la inflación está avanzando de manera sostenible hacia el 2% y los riesgos para alcanzar los objetivos de empleo e inflación están más o menos equilibrados.
En la reunión de política monetaria de la semana pasada, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) del Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió reducir en 50 puntos base el intervalo objetivo de su tasa de interés de referencia, para situarlo en 4,75-5,00 por ciento. Con ello, puso fin al ciclo de restricción monetaria iniciado en marzo de 2022, el cual llevó esta tasa a los niveles máximos de más de dos décadas.
En esta ocasión, el Fed no parece haber preparado al público para un recorte de esta magnitud, ya que la mayoría de los analistas esperaba una disminución de un cuarto de punto porcentual. La ausencia de una comunicación más efectiva probablemente obedeció a que los datos recientes sorprendieron a este banco central.
El FOMC justificó la menor tasa en términos semejantes a los planteados por el presidente Jerome Powell en el simposio de Jackson Hole de agosto pasado, a saber, que “el Comité ha adquirido mayor confianza en que la inflación está avanzando de manera sostenible hacia el 2 por ciento”, y “los riesgos para alcanzar los objetivos de empleo e inflación están más o menos equilibrados”.
Si bien en fechas recientes algunos comentaristas contemplaron la posibilidad de un recorte mayor, el último mensaje claro del Fed provenía del comentario de su presidente, posterior a la junta de julio de 2024, de que el FOMC no estaba pensando en un ajuste de 50 puntos base para septiembre.
En su conferencia de la semana pasada, Powell complementó la justificación del FOMC apelando al manejo de riesgos para cumplir con el mandato dual del Fed de máximo empleo y estabilidad de precios. Al respecto, opinó que “los riesgos al alza para la inflación han disminuido y los riesgos a la baja para el empleo han aumentado”.
Aunque es imposible conocer a cabalidad las razones de esta percepción, algunos datos parecen sustentarla. Por una parte, el Fed calculó que la inflación anual, medida con el Índice de Precios del Gasto de Consumo Personal (PCE), su indicador preferido, se ubicó en 2.2 por ciento en agosto, sólo dos décimas por arriba del objetivo.
Powell advirtió que la meta aún no se consigue y, por lo tanto, el recorte de la tasa no significa que el Fed haya declarado victoria respecto al objetivo de estabilidad de los precios. Sin embargo, consideró que el declive de la inflación ha resultado alentador.
Por otra parte, el mercado laboral parece estarse enfriando más rápidamente que lo previsto. A pesar de que en los meses recientes no aumentaron las solicitudes de seguro de desempleo ni los despidos, Powell advirtió que se ralentizó el aumento de los empleos.
Reconoció que la economía continuó cerca del "pleno empleo". Sin embargo, externó el riesgo de que la desaceleración de la apertura de puestos de trabajo pueda conducir a un incremento del desempleo. Al parecer, el presidente del Fed tuvo en mente la aparente relación estadística inversa entre la tasa de apertura de puestos (respecto al empleo más apertura de puestos) y la tasa de desempleo, conocida como la "Curva de Beveridge" por el economista británico que primero la identificó.
Powell interpretó la magnitud del recorte como señal de confianza de que “la inflación está bajando hacia el 2 por ciento de manera sostenible” y de que “con una calibración adecuada de nuestra postura monetaria, se puede mantener la fortaleza del mercado laboral”.
Según esta explicación, la decisión no se derivó de una preocupación por la situación laboral, sino de una convicción de que la convergencia de la inflación al objetivo puede lograrse con el mínimo costo de empleo. Además, Powell aclaró que el mayor recorte no fue reflejo de un rezago en actuar, sino de un compromiso por hacerlo de forma oportuna.
El presidente del Fed mencionó que la mediana de las proyecciones económicas de los miembros del FOMC apuntó a reducciones en el intervalo de la tasa de referencia, de 50 puntos base para el resto de 2024 y de 100 puntos base para 2025, pero recordó que tales pronósticos no constituyen un plan oficial, sino la visión de los participantes. Como lo ha hecho habitualmente, indicó que el ritmo de bajas de la tasa de referencia se definirá junta por junta.
Finalmente, el FOMC resolvió continuar con el programa de contracción de su balance. Powell explicó que esta determinación no contradice la de bajar la tasa de referencia, ya que las dos medidas se operan por conductos independientes y, más importante, ambas apuntan hacia la normalización de la política monetaria.
La evolución reciente de la inflación y el desempleo en Estados Unidos apunta a la posibilidad de un "aterrizaje suave". Su concreción continuará requiriendo una adecuación oportuna de la postura monetaria del Fed ante el surgimiento de posibles riesgos de ambos lados del mandato dual.