El peligro de apostar por bajadas de tipos
Daniel Lacalle dice que el problema con apostar a una baja de los tipos de interés es que los bancos centrales saben que es mejor un periodo breve de restricción monetaria que una década de estanflación.
Por Daniel Lacalle
Asistimos con preocupación a una narrativa peligrosa que se ha hecho popular en el mercado. Pensar que los bancos centrales bajarán tipos a partir de julio y, sobre todo, tomar esa estimación como una apuesta alcista para los mercados.
Esta apuesta es peligrosa por dos razones:
Por un lado, es apostar contra lo que todos los bancos centrales están anunciando. La presidente del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha tenido que repetir de nuevo que las subidas de tipos seguirán su curso y, sobre todo, que se subirán y mantendrán los tipos el tiempo que sea necesario para combatir la inflación. Los miembros de la Reserva Federal y del Banco de Inglaterra no paran de recordar que los tipos deben subir y luego mantenerse, no bajar en tan poco tiempo tras lo que, para mí, ha sido una subida modesta e insuficiente. Si algo debiéramos haber aprendido en 2022 es a no apostar a que los bancos centrales no se van a atrever a hacer lo que han anunciado que van a ejecutar.
Por otro lado, deberíamos comprender lo que significa apostar a que los bancos centrales bajen tipos tan pronto. La única razón por la que los bancos centrales bajarían tipos es si se diese una caída de la demanda agregada. Teniendo en cuenta que los estados no están reduciendo el gasto ni en su mayoría el déficit anual, y que pesan entre un 40% y un 60% del PIB en las economías desarrolladas, la única manera en la que se reduciría la demanda agregada es con un desplome de la demanda del sector privado. Es decir, si usted está apostando a que los bancos centrales bajarán tipos en julio, está apostando a una recesión sin precedentes, porque si el 50% del PIB no reduce su gasto –los estados–, entonces el desplome del otro 50% tiene que ser muy significativo.
Nos hemos metido en un problema enorme por el exceso monetario y los bancos centrales saben que solo pueden pasar dos cosas: Una reducción de la demanda agregada real o un disfraz de la forma de calcular el IPC. La segunda parte ya está pasando y, a pesar de ello, la inflación subyacente sigue a máximos de tres décadas.
La oportunidades en el mercado deben buscarse sin esperar que se reactive el gas de la risa monetario. Los bancos centrales están en pérdidas, y eso hace muy difícil que se lancen a disparar de nuevo su balance. De hecho, tienen que reducir su balance y ese efecto no puede estar desligado de nuestras decisiones de inversión.
Lo peor del entorno actual es que se intente crear la narrativa de que “si quitas los precios que suben, los precios están bajando”. A ustedes les parece que es una ridiculez, pero no paramos de leer que si quitas los alquileres, el IPC de EE.UU. es muy bajo y cosas así.
Los tipos deben subirse y mantenerse, No lo digo yo, lo dicen todos los bancos centrales. Además, tienen que reducir un balance a todas luces desproporcionado. Los bancos centrales saben que es mejor un periodo corto de restricción monetaria que una década de estanflación. Por eso, es mucho mejor tener una actitud prudente como inversores en vez de lamentarse por tomar exceso de riesgo. Las oportunidades para crear carteras están ahí.
Cuidado con lo que deseas. Si apuestas por una bajada de tipos en julio, estás apostando a una recesión del sector privado de niveles no vistos recientemente, porque el gasto público no va a bajar. Prestemos atención a la demanda agregada, porque es la clave.