El ojo deseoso
por José Piñera
José Piñera es ex ministro del Trabajo y Previsión Social en Chile y copresidente del Proyecto del Instituto Cato sobre la Seguridad Social.
Por José Piñera
La fortaleza de Estados Unidos radica, en gran medida, en las instituciones e ideas que le legaron sus padres fundadores. Ni siquiera el caso de un presidente que se ve obligado a confesar por televisión un bochornoso abuso de poder y una falta a la verdad bajo juramento, es capaz de producir una crisis. Por el contrario. Es posible que este penoso incidente acreciente la confianza de los norteamericanos en un sistema democrático en que todos son iguales ante la ley, y en el cual ella es aplicada con rigor aún al hombre más poderoso de la tierra.
Entre esos padres fundadores, destaca Thomas Jefferson, el autor de la "Declaración de Independencia", fundador de la Universidad de Virginia y dos veces presidente de los Estados Unidos (e incluso arquitecto y constructor de su legendaria casa, "Monticello").
Jefferson descubrió dos grandes verdades que están plenamente vigentes. La primera: "La tendencia natural de las cosas es que el gobierno gane terreno y que la libertad se bata en retirada". Así estableció la permanente tensión entre el poder y la libertad, y conminó a los ciudadanos a que si valoraban esta última, había que permanecer en "eterna vigilancia".
Pero ese gran hombre también comprendió que para que una república sobreviva y prospere, se requieren líderes políticos de verdad.
Y observó: "Cada vez que un hombre coloca un ojo deseoso en un cargo público, una podredumbre comienza en su conducta".
La frase clave es aquella del "ojo deseoso". Es fundamental y enaltecedor que hombres capaces y honestos postulen a cargos públicos, siempre que lo hagan motivados por el deseo de hacer el bien, en otras palabras, con un ojo limpio y sin el "ojo deseoso".
Pero si alguien lucha por el poder principalmente para logra satisfacciones personales, entonces es inevitable que esa corrupción de las intenciones contamine el resto de su actuación.
En Chile está comenzando nuevamente una carrera por alcanzar cargos públicos. Al evaluar cada propuesta que se hará en esta campaña y cada actor público que solicitará la confianza de los votantes, todos debiéramos recordar las dos grandes verdades del sabio de Monticello.
P.S. La frase original es: "Whenever a man cast a longing eye on public office, a rot begins in his conduct". En los días en que buscaba la mejor traducción de "longing eye" (¿ojo ansioso, ávido, codicioso?), asistí a una función de la ópera "La Boheme" en Washington. En aquel maravilloso segundo acto en el Café Momus, Musetta canta su famosa aria "Quando m'en vo" y utiliza, para describir la manera como la miran los hombres, una palabra italiana que fue traducida como "longing" . Me fui al día siguiente a una librería en Georgetown para encontrar el texto del aria en italiano e inglés. Puccini había escrito: "Cosi l'effluvio del desio tutta m'aggira, felice mi fa". Ahí estaba, "desio", "deseo", "ojo deseoso".