El notición mexicano
por Carlos Ball
Carlos Ball es Periodista venezolano, director de la agencia de prensa AIPE (www.aipenet.com) y académico asociado del Cato Institute.
La victoria del PAN es lo mejor que ha pasado en América Latina en varios años, poniéndosele así punto final a 71 años de corrupción, mercantilismo, nacionalismo enfermizo y la amplia difusión de malas mañas y peores influencias del PRI.
Por Carlos A. Ball
La victoria del PAN es lo mejor que ha pasado en América Latina en varios años, poniéndosele así punto final a 71 años de corrupción, mercantilismo, nacionalismo enfermizo y la amplia difusión de malas mañas y peores influencias del PRI.
México es un país por el cual los latinoamericanos sentimos especial simpatía y afecto. Nos gusta su música, su comida picante, la simpatía de su gente, sus magníficas playas, sus joyas de arquitectura colonial, sus apasionados dramas de televisión y las inolvidables películas de Cantinflas. Por otra parte, las malas mañas de sus políticos priístas han sido copiadas a lo ancho y largo del hemisferio, por lo que en muchas de nuestras constituciones y leyes están esas mismas insidiosas semillas que el PRI ha diseminado.
En mi patria, Venezuela, los socialdemócratas de Acción Democrática a lo largo de medio siglo hicieron lo posible por llevarnos las peores prescripciones inventadas por los líderes tradicionales del PRI: reforma agraria, politización de los sindicatos y de la educación, crecimiento exagerado del sector público, subsidios, aranceles y arreglos mercantilistas que favorecen a los grandes empresarios amigos del régimen, etc.
Aunque el presidente mexicano Lázaro Cárdenas puso a Venezuela en el mapa económico al confiscar y estatizar su industria petrolera en 1938, lo cual impulsó a partir de entonces a las multinacionales petroleras a concentrar sus inversiones en Venezuela, el presidente socialdemócrata Carlos Andrés Pérez imitó a Cárdenas en 1976, creando un inmenso monopolio petrolero estatal y convirtiendo la industria en la alcancía de los políticos para comprar elecciones y hacerse ricos. Pero Pérez fue aún más lejos, estatizando también al Banco Central, lo cual al cabo de poco tiempo lograría arrasar con el ahorro de los venezolanos, al destruir con inflación el poder adquisitivo del bolívar.
Parte importante de la buena noticia mexicana es que ahora es mucho más difícil engatusar al pueblo. La gente tiene considerablemente más acceso a información. En México, ya no sólo el secretario de Gobernación dejó hace años de presidir el monopolio del papel prensa –la vieja Pipsa-, sino que hay verdadera competencia entre los medios de comunicación, los cuales ahora no dependen de los avisos del gobierno para sobrevivir. Además, está la Internet y el acceso vía satélite a cientos de canales de televisión, todo lo cual debilita considerablemente la propaganda oficial del viejo monopolio comunicacional estatal, Notimex.
La victoria socialista en Chile, el asombroso servilismo de Bill Clinton hacia Fidel Castro, el desastre del gobierno de Pastrana, los juegos sucios electorales de Fujimori y la avasallante e ignorante arrogancia de Chávez habían recientemente soplado aire helado en las espaldas latinoamericanas. Por eso mismo, nos alienta la victoria del PAN. Además, el pronto reconocimiento del presidente Ernesto Zedillo de la victoria de Vicente Fox le cortó las alas a los dinosaurios de su partido, quienes no estaban dispuestos a aceptar la derrota y la pérdida de sus inmensos privilegios.
¡Viva México! ©
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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