El mes del transporte obsoleto
Randal O'Toole indica que el estadounidense promedio viajó más de 16.000 millas en auto durante 2019, pero solo 164 millas en tránsito urbano.
Por Randal O'Toole
Desde California hasta Carolina del Norte, las agencias de tránsito han declarado que septiembre será “El mes de tránsito”. “Este mes se trata acerca de celebrar el rol vital del tránsito público para nuestras comunidades”, dice una agencia de tránsito, lo que significa que “lograr que los líderes electos hagan del tránsito un asunto de prioridad”.
De hecho, el tránsito juega un papel vital en una comunidad, y eso es la ciudad de Nueva York, donde más de la mitad de todos los residentes que tenían un trabajo usaban el tránsito para trabar antes de la pandemia. El tránsito también ha influenciado el desarrollo de cerca de media docena de otras ciudades grandes, principalmente, Boston, Chicago, Filadelfia, San Francisco, Seattle, y Washington. Estas ciudades tienen más de 200.000 empleos y más de 10 por ciento de los trabajadores en sus áreas urbanas toman el tránsito para ir a trabajar.
Ninguna otra parte de EE.UU. tiene dicha concentración de empleos y el tránsito traslada a menos de un 10 por ciento de los trabajadores en cualquier otra área urbana. De hecho, fuera de Nueva York y estas seis ciudades, el tránsito podría desaparecer y, mientras que unas pocas personas serían incomodadas, la principal repercusión económica sería que los contribuyentes se ahorrarían decenas de millones de dólares al año.
El estadounidense promedio viajó más de 16.000 millas en auto durante 2019, pero solo 164 millas en tránsito urbano.
El tránsito se ha vuelto obsoleto porque sigue el modelo de negocios del siglo diecinueve que asume que la mayoría de las personas trabajan en los centros urbanos de las grandes ciudades cuando, de hecho, menos de un 8 por ciento de las personas lo hacen. Como resultado de esto, el tránsito transporta a menos de 1 por ciento de los pasajeros en EE.UU.
Comparado con la conducción, la utilidad del tránsito para los pasajeros es cada vez menor. Según el Accessibility Observatory de la Universidad de Minnesota, los usuarios de automóviles en 2019 en las 50 áreas urbanas más grandes de EE.UU. podrían llegar hasta 12 veces más trabajos que pasajeros de tránsito en 60 minutos de viaje, 15 veces más en 50 minutos de viaje, llegando hasta 67 veces más en 10 minutos de viaje. De hecho, la utilidad del tránsito es tan baja que los conductores de bicicletas podrían llegar a más trabajos que los pasajeros de tránsito en viajes de 50 minutos o menos. Incluso en el área urbana de Nueva York, los conductores de autos podrían llegar al menos a cuatro veces más trabajos que los pasajeros de tránsito en viajes de cualquier duración y los conductores de bicicletas podían llegar a más empleos que los pasajeros de tránsito en viajes de 35 minutos o menos.
El tránsito también es super caro. Los estadounidenses pagan alrededor de 25 centavos por milla de pasajero conduciendo sus autos y los subsidios a las carreteras agregan otro centavo por milla de pasajero. Las agencias de tránsito, sin embargo, gastaron $1,31 por milla/pasajero transportando a personas en 2019, más de cinco veces que el costo de conducir. Los costos en 2020 es probable que aumenten a más de $3,00 por milla/pasajero.
A pesar del alto costo y baja utilidad del tránsito, el congreso planea darle a las agencias de tránsito casi $70.000 millones en fondos de “alivio” en tres leyes distintas durante la pandemia de 2020 y 2021. El uso del tránsito se redujo por más de la mitad, reduciendo las tarifas del tránsito, que constituyen tan solo un 22 por ciento del gasto en tránsito. La recaudación fiscal de los estados y gobiernos locales también cayó, pero por menos de lo que se esperaba: el Buró del Censo dice que la recaudación tributaria de los estados para 2020 cayó tan solo 2,5 por ciento en relación a 2019. En conjunto, el declive en las tarifas de tránsito y la recaudación tributaria redujeron los fondos de las agencias de tránsito en tan solo aproximadamente $10.000 millones por año entre 2020 y 2021.
Esto significa que las agencias de tránsito se ganaron un ingreso extraordinario de $50.000 millones en 2020 y 2021, efectivamente dándoles un incremento de financiamiento de 34 por ciento para transportar a menos de la mitad del volumen de pasajeros en tiempos anteriores a la pandemia. Encima de todo esto, la ley de infraestructura de Biden y el senado republicano le daría al tránsito otros $40.000 millones de tal manera que las agencias de tránsito puedan construir más trenes ligeros obsoletos que no necesitamos y cuyo mantenimiento no podrán costear.
Aún así las agencias de tránsito quieren más. La Asociación Americana de Transporte Público recientemente les envió una carta a los líderes del congreso pidiéndoles que agreguen $10.000 millones para el tránsito en la ley de infraestructura. El tránsito realmente se ha vuelto un hoyo negro.
Un estudio reciente publicado por el Buró Nacional de Análisis Económico predijo que el número de personas trabajando en casa después de la pandemia se cuadruplicará en relación al número previo a la pandemia. El único mercado de crecimiento para el tránsito antes de la pandemia era entre las personas que ganaban más de $65.000 al año, precisamente aquellos que es más probable que estén trabajando en casa. Este y otros factores reducirán el uso del tránsito en la post-pandemia a menos de un 75 por ciento de los niveles pre-pandemia. Esto hará que el costo por pasajero sea tan alto que sería literalmente menos caro darle a la mayoría de usuarios del tránsito autos nuevos que continuar subsidiando el tránsito.
La razón por la que tenemos un Mes de Tránsito y no un Mes de la Carretera es para que el tránsito sea completamente dependiente de los fondos políticos para su supervivencia. Sin subsidios, las empresas privadas de tránsito continuarían funcionando en la ciudad de Nueva York y otras zonas de alto uso en alguna otra parte, pero la mayoría de lo que es provisto hoy por el tránsito sería satisfecho a un costo más bajo por los taxis y los servicios de vehículos compartidos.
En gran medida, el tránsito es tan obsoleto hoy como las máquinas manuales de tipear, los teléfonos rotarios, y las reglas de cálculo, y el congreso debería dejar de subsidiar una forma anticuada de transporte. Para más información, vea mi reciente análisis de política pública sobre esta cuestión.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 14 de septiembre de 2021.