El kirchnerismo es una cuadrilla de demolición
Roberto Cachanosky afirma que el costo que habrá que pagar por el juicio perdido con YPF sin duda es importante, pero lo más grave es el costo en términos de credibilidad que perdió el estado argentino.
El día que se haga el cálculo de lo que le costó a los argentinos la era kirchnerista, vamos a entender porque estalló la pobreza, la indigencia, las empresas que se fugan del país y por qué el país entró en una espiral de decadencia más acelerada. Estos 20 años de presencia kirchneristas en la vida política nacional de Argentina, nos costó fortunas en dilapidar recursos, pero, además, nos seguirá costando fortunas aún cuando se hayan ido del gobierno.
El juicio que acaba de perder el gobierno argentino por la estatización de YPF puede costarnos USD 20.000 millones. Si le sumamos los casi USD 5.000 millones que Axel Kicillof le pagó de más al Club de París, ya tenemos que en esos dos rubros el kirchnerismo le costo al país la mitad del préstamo del FMI.
Pero recordemos que, con el argumento de darle asado artificialmente barato a la gente, el kirchnerismo hizo que se liquidaran 10 millones de cabezas de ganado.
También recordemos que la producción de trigo se redujo a la mitad, ya que las restricciones a las exportaciones junto con el atraso del tipo de cambio hicieron que la producción bajara de 16 millones de toneladas a 8 millones.
Si vamos a la destrucción de la industria gasífera, el precio máximo que le pusieron a la extracción de gas en boca de pozo hizo que Argentina redujera en un 20% la producción de gas, pero como la gente podía acceder a un precio artificialmente barato al gas natural, subió la demanda. Es decir, pasó algo de pizarrón cuando el estado establece un precio máximo: se redujo la oferta y aumentó la demanda, con lo cual hubo que dejar de exportar gas, empezar a importar gas a un precio de USD 15 el millón BTU y se terminó pagando fortunas por algo que se podría haber conseguido a precios más bajos.
El gráfico muestra como entre 1997, cuando se privatizó el sistema energético, y 2005 hasta que Néstor Kirchner metió mano en las tarifas de los servicios públicos, aumentaban todo el tiempo las exportaciones y las importaciones de gas eran cero. La disparatada política de precios máximos para el gas hizo que se desplomaran las exportaciones a cero y se dispararan las importaciones de gas.
¿Quién no recuerda los barcos de gas licuado que importaba Julio De Vido?
El listado de destrucción económica que hizo el kirchnerismo es inmenso, estos son solo algunos de los ejemplos. El kirchnerismo fue una verdadera cuadrilla de demolición.
Pero la mayor destrucción económica está por venir y es el resultado de haber destruido la cultura del trabajo y establecer la cultura de la dádiva para tener clientelismo político y establecer una suerte de pueblo esclavo del gobierno de turno. Esclavos impositivos por un lado y esclavos que solo pueden comer si el puntero político les tira algunas migajas.
Llevaron a la población a un nivel de indignidad nunca visto en nuestro país.
La otra gran destrucción que va a costar mucho reconstruir es la confianza en las instituciones. Por instituciones me refiero a las reglas de juego.
Confiscaron ahorros en las AFJP, pusieron cepos cambiarios, destrozaron la moneda, no respetaron los contratos, destruyeron las estadísticas económicas para esconder la pobreza, la inflación y demás indicadores económicos.
El costo que habrá que pagar por el juicio perdido con YPF sin duda que es importante, pero lo más grave es el costo en términos de credibilidad que perdió Argentina como país en que el Estado se encargar de hacer respetar las reglas de juego. El kirchnerismo fue el primero en no respetar las mismas reglas de juego que ellos imponían, como, por ejemplo, cuarentena para toda la población y ellos haciendo fiestas de cumpleaños o vacunatorios VIP.
En síntesis, lo de YPF es una pérdida tangible como la de los 10 millones de cabezas de ganados, las importaciones de gas o la reducción en la producción de granos.
Lo que es más difícil de medir, pero tiene un costo enorme en términos de prosperidad, es la destrucción institucional generada por estos 20 años de atropellos institucionales. Volver a recuperar la confianza en las instituciones argentinas para que los empresarios se animen a hundir inversiones y crear puestos de trabajo, va a llevar mucho tiempo. Tiempo que implicará demorar la salida de la pobreza y de la indigencia.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae (Argentina) el 31 de marzo de 2023.