El futuro del TLCAN y el tipo de cambio

Macario Schettino muestra que la amenaza de EE.UU. de retirarse del TLCAN tiene un impacto en el tipo de cambio, es decir, en la preocupación de los inversionistas.

Por Macario Schettino

Como usted sabe, las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, en inglés), continúan. La próxima semana se llevará a efecto la sexta ronda. Hasta donde sabemos, la idea de actualizar el documento e incorporar nuevas industrias no tiene oposición, y la única razón por la que siguen las reuniones es por la necedad del gobierno estadounidense de incluir cláusulas que van contra la naturaleza misma del acuerdo.

Entre esas amenazas, la del muro, y un sinfín de insultos propinados por Donald Trump, hemos sufrido mucho desde que se convirtió en candidato, hace ya más de dos años. El sufrimiento puede medirse con el comportamiento del tipo de cambio. Desde el inicio del fortalecimiento del dólar, a mediados de 2014, hasta el anuncio de la candidatura de Trump, un año después, el peso se movía frente al dólar de forma muy parecida al euro. De hecho, un poco mejor que aquella moneda. A partir de ese momento nos separamos, y nos ha ido mal. Pasamos de poco más de 15 pesos por dólar a prácticamente 22 cuando tomó posesión el actual presidente estadounidense. De ahí en adelante hemos recuperado terreno, pero con altibajos, algunos asociados con noticias que tienen que ver con los temas mencionados: NAFTA y muro, especialmente.

Sin embargo, no todo lo referido al NAFTA tiene el mismo efecto. Van cinco rondas de negociación, y para cada una he hecho la cuenta del impacto en el tipo de cambio en tres momentos: justo en la ronda de negociación, comparando las semanas previa y posterior, y ampliando la comparación a un mes entero, también antes y después de la ronda. 

En la primera ronda, en agosto, el impacto inmediato fue una depreciación de 0,4 por ciento, pero midiendo semanas y meses, el peso se fortaleció. Para la segunda ronda, a inicios de septiembre, el impacto inmediato fue similar (0,3 por ciento), pero al comparar los meses ya hay una depreciación de 0,6 por ciento. Todo iba tranquilo.

Sin embargo, en las rondas 3 y 4, ocurridas entre el 15 de septiembre y el 20 de octubre, las cosas se complicaron mucho. En la tercera, el peso perdió 2,2 por ciento durante las negociaciones, que se amplía a 2,4 por ciento al comparar las semanas, y a 5,4 por ciento al comparar los meses. Algo similar ocurre con la cuarta ronda, aunque la depreciación inmediata fue mucho menor (0,7 por ciento), la semanal (2,6 por ciento) y la mensual (5,8 por ciento) son comparables con la anterior.

Por el contrario, la quinta ronda, en noviembre, resultó bastante positiva para México: el peso se apreció 0,7 por ciento durante las negociaciones, 2,3 por ciento al comparar las semanas, y 1,1 por ciento al comparar los meses.

Con esta información, queda claro que el único momento en que las rondas de negociación tuvieron un impacto en el tipo de cambio (es decir, en la preocupación de los inversionistas) es en la tercera y cuarta rondas, cuando la amenaza de EE.UU. de retirarse fue más creíble. Pero ya no lo fue para la quinta ronda, y parece que ahora tampoco. Al cierre de diciembre, el dólar superó 19,75 pesos, pero en esta semana está un peso por debajo de ese monto. Esto, a pesar de que avanzó la reforma fiscal en EE.UU. 

La posible salida de EE.UU. del TLCAN no depende de nada, salvo de la voluntad de Trump. De ocurrir, producirá costos a todos los países integrantes, y es poco probable que genere ganancias. Dicho de otra forma, es irracional, pero puede ocurrir. Por el momento, el mercado apuesta a que eso no ocurrirá, pero puesto que se trata de una decisión irracional, es imposible preverla. En otras palabras, no se angustie demasiado por el tipo de cambio, que se moverá mucho, siguiendo el petate del loco.

Este artículo fue publicado originalmente en El Financiero (México) el 17 de enero de 2018.