El Fed y el Banco de México

Manuel Suárez-Mier comenta los probables relevos de mando en la Reserva Federal de EE.UU. y en el Banco de México.

Por Manuel Suárez-Mier

Están dándose cambios casi simultáneos en los bancos centrales de México y EE.UU. en momentos delicados en ambos países, pues la presidencia de Donald Trump generó una fuerte embestida contra la estabilidad del peso y de los flujos de inversión, mientras que en su país muchos temen que atente contra la autonomía del Fed.

A finales de la semana pasada se anunció el nombramiento de Jerome Powell para suceder a Janet Yellen, quien a pesar de rumores en contrario no fue propuesta por Trump para un segundo periodo a cargo del Fed, lo que algunos explican por el gusto del Presidente de rodearse de gente como él: blancos, pudientes, veteranos y varones.

Es la primera vez en cuatro décadas que el candidato para presidir el Fed no es un economista de altos vuelos, lo que en el caso del abogado Powell no demerita su potencial para ser un buen dirigente del banco central, aunque muchos piensan que seguirá sin cambios con la política de ajuste gradualista de Yellen.

Los críticos del Fed, empezando por John Taylor, maestro de economía en Stanford y a mi juicio el mejor candidato para dirigir el banco central, cree que su política monetaria ha sido permisiva en extremo, y que fue la causa de la Gran Recesión iniciada en 2007 e impidió una más pronta recuperación de la economía.

Taylor propone que el Fed adopte reglas claras y predecibles para la conducción de su política monetaria que ciertamente resultarían en una expansión del crédito mucho menos floja, y también critica las medidas de “laxitud cuantitativa” adoptadas por el banco central cuando las tasas de interés ya eran virtualmente cero.

Salvo que la nominación de Powell sufriera un imprevisto rechazo en el Senado, la política monetaria previsible en EE.UU. seguirá el camino que hoy lleva de ajuste al alza de las tasas de interés y de venta, también muy parsimoniosa, de los abultados activos que el Fed compró para inyectar más dinero a la economía.

En México, en tanto, estamos en el umbral de la decisión presidencial para remplazar a Agustín Carstens, quien termina su gestión al frente del Banco de México el último día del mes para partir a Europa a hacerse cargo del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) con sede en Basilea, Suiza.

La especulación sobre este relevo ha sido intensa y prolongada pues Carstens anunció desde hace un año que partiría al BIS. Una decisión acertada para el Banco de México es crucial pues se anticipan tiempos difíciles con presiones inflacionarias, una elección presidencial compleja en 2018 y un gobierno por demás hostil en EE.UU.

Esta selección se ha complicado, además, pues está a punto de anunciarse la selección del candidato presidencial del PRI, lo que implicará, por fuerza, una recomposición a fondo del gabinete, en especial de su área financiera si la decisión recae, como espero, en el secretario de Hacienda José Antonio Meade.

A mi juicio, lo más atinado sería que una vez anunciada la candidatura presidencial de Meade, el Presidente Peña Nieto deje correr los tiempos para que el gobernador del Banco de México sea en automático Roberto del Cueto, que es el subgobernador de mayor edad y, por mucho, mayor experiencia de la actual Junta de Gobierno.

Así, del Cueto terminaría el periodo de Carstens en diciembre de 2021 y Peña Nieto podría nominar a Lorenza Martínez Trigueros, excelente economista y funcionaria ejemplar del sector financiero para que se sume a una muy capaz Junta de Gobierno integrada por Alejandro Díaz de León, Javier Guzmán y Manuel Ramos Francia, todos y cada uno de ellos muy buenos candidatos para la gubernatura del Banco.

No sale sobrando subrayar que del Cueto, al igual que Powell, ¡es abogado!

Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 10 de noviembre de 2017.