El comercio digital de servicios

Gabriela Calderón de Burgos indica que la apertura financiera le permitiría a los ecuatorianos explotar las oportunidades que ofrece la economía colaborativa.

Por Gabriela Calderón de Burgos

Desde 2021 se ha instalado la crisis de seguridad como otra excusa para postergar reformas que fomenten el crecimiento económico. También dicen que no hay consenso nacional para impulsar reformas pro-crecimiento. Pero como en este espacio no me canso de insistir: la reforma estructural más políticamente viable y económicamente beneficiosa sigue siendo la apertura financiera que le permitiría a los ecuatorianos tener acceso a un océano de ahorros en el mercado financiero mundial. Adicionalmente, les permitiría explotar las oportunidades que ofrece la economía colaborativa.

Los mercados laborales alrededor del mundo atraviesan una revolución. Atrás quedó la aspiración de trabajar para un solo empleador toda la vida y cada vez nos movemos más hacia un mundo en que los trabajadores aspiran y logran tener más control sobre el manejo de su tiempo, sufren cada vez menos el costo de la distancia y pueden contemplar oportunidades laborales que antes eran inconcebibles. En un interesante estudio Gary Winslett de Middlebury College señaló que el comercio digital de servicios a nivel mundial casi se ha duplicado desde 2010, pasando de $3,93 billones a $7,08 billones en 2022.

Winslett cuenta que en 2023 un padre de familia en Dallas contrató un tutor pakistaní de matemáticas por 5 horas semanales para su hija a través de la plataforma UpWork. En la pandemia, muchos contratamos entrenadores deportivos o clases de gimnasia en línea. Pero hoy en día esto va mucho más allá: se ha desarrollado la telemedicina, el teletrabajo para áreas antes vedadas para expertos extranjeros. Por ejemplo, hoy en día bufetes de abogados en Estados Unidos y empresas de marketing contratan a empresas en América Latina, Ecuador incluido, por prestación de servicios que pueden desempeñar trabajadores extranjeros a una fracción del costo de los nativos de ese país. 

Si los países donde se concentran las mayores oportunidades de trabajo y capitales no reforman sus sistemas migratorios lo suficiente como para nutrirse del talento en el extranjero y si las inversiones huyen de destinos percibidos como riesgosos –Ecuador entre estos— los trabajadores autónomos con una educación secundaria, superior o especializada en determinadas tareas podrían tener a su disposición ahora el mercado laboral mundial. Lo pueden hacer a través de plataformas como UpWork, Task Rabbit, Fiverr, Etsy, PeoplePerHour, entre otras o por su propia cuenta. 

En el caso particular de Ecuador es esencial realizar una reforma financiera que le permita a los trabajadores autónomos, emprendedores y consumidores ecuatorianos el acceso a plataformas internacionales de pagos sin mayores costos de transacción. PayPal, Venmo y otras plataformas de pagos en línea deberían estar al alcance de todos, incluso si no tienen una cuenta domiciliada en el extranjero. Eso sería posible si transitáramos desde un modelo de represión financiera hacia un sistema financiero internacionalizado. 56% de los bancos en América Latina ven a los proveedores de pago como su principal competencia, pero este es un grupo que tiene poco poder político como resistencia a una reforma. Además, no olvidemos la explosión de los nuevos bancos digitales como Nubank, que ya cuenta con 80 millones de usuarios en Brasil, Colombia y México.

Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 20 de septiembre de 2024.