El ataque al Capitolio, un año después
Andy Craig recuerda los disturbios en el Capitolio hace aproximadamente un año y considera que estos merecen una condena por inequívoca por constituir un ataque directo y sin precedente a la Constitución de EE.UU.
Por Andy Craig
Hace un año, una turba de partidarios de Donald Trump irrumpieron en el Capitolio en un intento fracasado de detener la certificación de los resultados de las elecciones de 2020. Este fue un ataque sin precedente a la Constitución, instigado por el rechazo del presidente en funciones de aceptar que los estadounidenses habían optado por removerlo de su cargo. Fue un milagro que más personas no murieron conforme el Congreso y el vicepresidente fueron forzados a huir en medio del caos y la violencia. El ataque se dio luego de semanas de esfuerzos por fuera de la ley para subvertir el resultado de la elección, que Trump continúa sosteniendo que le fue robada.
Inmediatamente después y desde ese entonces, los académicos de Cato han trabajado tanto para condenar la violencia y las mentiras que la provocaron, y para resaltar las reformas requeridas para evitar ataques futuros contra la transferencias pacífica de poder.
En un Cato Daily Podcast grabado el 6 de enero, David Boaz, el vicepresidente ejecutivo de Cato, explicó “lo que vimos en nuestras pantallas de televisión era un ataque directo al Estado de Derecho…Nos recordó a algo que citamos mucho en Cato, que es Milton Friedman diciendo ‘la libertad es frágil; no podemos considerarla garantizada’”.
El día después del ataque, el presidente y Director Ejecutivo de Cato Peter Goettler escribió:
“La disrupción violenta de los procesos constitucionales es inaceptable y debe ser rechazada de manera inequívoca. El gobierno de la turba no es el camino hacia la libertad. Intentar mantener a la fuerza en el poder a un presidente derrotado ataca el corazón de las provisiones de la Constitución para proteger los derechos y libertades del pueblo estadounidense”.
El Director de la Junta de Cato Robert A. Levy observó que el Presidente Trump “peligrosamente erosionó la confianza de los electores en nuestro sistema electoral y sus fundamentos republicanos. En su desesperación, puso sus intereses personales por encima de aquellos de la nación”.
Gene Healy, vicepresidente y autor de trabajos acerca de la presidencia y las destituciones presidenciales, también abordó preguntas acerca del papel de Trump y el posterior proceso de destitución. En un video para ReasonTV, ofreció su perspectiva: “La pregunta de si la incitación a un disturbio es una ofensa que justifique la destitución es relativamente simple. Claramente, sí”. Healy además discutió el segundo proceso de destitución de Donald Trump en un episodio del Cato Daily Podcast. Más recientemente, Healy escribió en un Cato Policy Report acerca de cómo un poder ejecutivo abrumador alimenta dicha polarización desastrosa.
Walter Olson y yo hemos discutido los eventos de ese día y las ventajas y desventajas de las propuestas de reforma electoral posteriores al 6 de enero en varios artículos y podcasts, incluyendo la creciente presión para alterar la Ley de Conteo Electoral. Paul Matzo, editor de tecnología e innovación, escribió en libertarianism.org acerca de las corrientes ideológicas subyacentes que instigaron ese ataque. Emily Ekins estudió la división partidista en las opiniones acerca de la moderación en redes sociales, incluyendo la decisión de prohibir la cuenta del presidente Trump en Twitter y Facebook. Alex Nowrasteh y Neal McCluskey exploraron datos acerca del trasfondo educativo y migratorio de los cientos de partidarios del 6 de enero. Patrick G. Eddington le siguió la pista a las mal concebidas demandas de nueva legislación en contra del terrorismo doméstico, las cuales eventualmente se desinflaron.
En medio de todo eso, la expresión más fundamental de Cato acerca de los evento del 6 de enero empezó muchos años antes, y ha continuado sin interrupción. Tenemos el orgullo de haber publicado y distribuido millones de nuestras copias de bolsillo de la Declaración de la Independencia y de la Constitución de EE.UU., “para alentar a las personas en todas partes a entender y apreciar mejor los principios de gobierno que fueron establecidos en los documentos de la fundación de EE.UU.” Quizás no hay una mejor forma de conmemorar el aniversario que se cumplió la semana pasada que detenerse un momento para compartir esa apreciación.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 6 de enero de 2022.