El acceso a la metadona es patéticamente bajo
Jeffrey A. Singer dice que un informe reciente subraya la necesidad de reformar las leyes federales y estatales sobre el tratamiento con metadona para que los pacientes puedan acceder a esta a través de médicos de atención primaria.
Perdido en todas las noticias que rodearon el debate presidencial de ayer quedó un inquietante informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) según el cual sólo el 25 por ciento de los estadounidenses con trastorno por consumo de opiáceos (OUD) reciben medicación para el tratamiento del trastorno. Deborah Dowell y sus colegas (incluida la directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, Nora Volkow) escribieron en su informe en el Morbidity and Mortality Weekly Report (MMWR) de los CDC:
En 2022, entre el 4% de los adultos estadounidenses que necesitaban tratamiento para la OUD, sólo el 25% recibió la medicación recomendada. Un porcentaje mayor (30%) recibió tratamiento sin medicamentos. Porcentajes más altos de adultos blancos que negros o afroamericanos o hispanos o latinos recibieron algún tratamiento. Recibieron medicación porcentajes más altos de hombres que de mujeres y de adultos de 35 a 49 años que de otros adultos.
Sarah Wakeman y sus colegas publicaron una investigación de eficacia comparativa en 2020 que descubrió que el tratamiento de la adicción con metadona o buprenorfina era la única modalidad que se asociaba con una reducción de las sobredosis y otra "morbilidad relacionada con los opiáceos". Los investigadores compararon seis vías de tratamiento mutuamente excluyentes: ningún tratamiento, desintoxicación intensiva combinada con rehabilitación hospitalaria, psicoterapia intensiva, metadona o buprenorfina, naltrexona y psicoterapia no intensiva. La medida de resultado fue la tasa de sobredosis relacionada con opiáceos o la necesidad de cuidados intensivos graves durante los doce meses siguientes al inicio del tratamiento.
Dowell y sus colegas declararon en el MMWR: "Es esencial redoblar los esfuerzos para que las personas con desorden por abuso de opiáceos sigan un tratamiento que incluya medicación.... Los farmacéuticos y los pagadores pueden trabajar para que estos medicamentos estén disponibles sin retrasos".
Hay un problema. A diferencia de Australia, Canadá y el Reino Unido, donde las personas pueden recibir tratamiento con metadona de los proveedores de atención primaria que se coordinan con los farmacéuticos, en este país las personas con desorden por uso de opiácesos deben hacer cola en los programas de tratamiento de opiáceos (OTP) o "clínicas de metadona" aprobados por la Administración para el Control de Drogas. Antes de 1972, los médicos de Estados Unidos también recetaban metadona para tratar a sus pacientes con desorden por abuso de opiáceos. Después de que el presidente Nixon declarara "la guerra a las drogas", el Congreso aprobó la Ley de Sustancias Controladas, que dio lugar al actual régimen de tratamiento con metadona.
Como Sofia Hamilton y yo explicamos en un análisis de política pública de Cato el año pasado, las onerosas normativas federales y estatales, las leyes estatales de zonificación y de certificados de necesidad (CON) y la actitud de "no en mi patio" se combinan para limitar el acceso al tratamiento con metadona a las personas que lo necesitan. La cineasta Helen Redmond detalló la estigmatización y el trato deshumanizado que sufren muchos pacientes en el sistema OTP en un foro de política pública de Cato el año pasado.
El informe de los CDC subraya la necesidad de reformar las leyes federales y estatales sobre el tratamiento con metadona para que los pacientes puedan acceder a él a través de médicos de atención primaria que trabajen con farmacéuticos, como hacen los pacientes en Australia, Canadá y el Reino Unido desde los años setenta. Hamilton y yo esbozamos esta propuesta en nuestro análisis de política pública.
Un grupo bipartidista de senadores y representantes han presentado proyectos de ley en cada cámara que avanzarían en esta dirección liberando a los pacientes con desorden por abuso de opiáceos para acceder al tratamiento en las oficinas de especialistas en adicción certificados por un organismo especializado. La han denominado Ley de Modernización del Acceso al Tratamiento de los Opiáceos (MOTAA, por sus siglas en inglés). Lamentablemente, como explica nuestro análisis de políticas, no hay suficientes especialistas en adicciones certificados para satisfacer la demanda, suponiendo que todos puedan aceptar nuevos pacientes.
Esperemos que el nuevo informe de los CDC infunda un sentimiento de urgencia entre los legisladores para hacer de la reforma del tratamiento con metadona una prioridad.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 28 de junio de 2024.