EE.UU.: Se necesita una auditoría de la Reserva Federal
Mark A. Calabria dice: "Lo que necesita comprenderse es que la independencia de la Fed, en un sentido operacional, se supone que debe ser de la rama ejecutiva. Aunque durante los últimos años la Fed ha coordinado sus acciones de manera relativamente cercana con el Departamento del Tesoro, erosionando así cualquier independencia real".
Por Mark A. Calabria
A fines de enero el Senador Rand Paul (Republicano de Kentucky) introdujo la legislación S.264, una ley para auditar a la Reserva Federal, mientras que en el primer día de sesiones del Congreso el Representante Thomas Massie (Republicano de Kentucky) ofreció una legislación similar, H.R.24, en el Congreso. Con el Senador Mitch McConnell (Republicano de Kentucky) como líder de la mayoría, los prospectos de que este proyecto de ley llegue a la Casa Blanca son buenos.
Pero auditar la Fed es un asunto que genera un debate álgido. No según las alineaciones partidarias, sino que es algo que coloca a los defensores de la transparencia del gobierno en contra de los partidarios de una “independencia” política de la Fed. De manera que, ¿de qué se trata realmente esto de “auditar a la Fed”? Primero que nada, la Fed está actualmente sujeta a una auditoría financiera. Pero esto no se trata de eso. En este contexto, auditar significa evaluar el programa. Hay cuatro breves provisiones bajo la actual ley que restringen a la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés) de auditar cualquier cosa relacionada a la política monetaria de la Reserva Federal. Eso incluye las deliberaciones del cuerpo que determina la política de la Fed, el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés), las comunicaciones del FOMC para implementar la política decidida, y las mismas transacciones realizadas por la Fed de Nueva York para implementar la política.
Las dos leyes para “Auditar la Fed” derogan esas cuatro restricciones y le piden a la GAO que complete lo que es una auditoría más programática antes que una auditoría o reporte financiero para el Congreso acerca de lo que ellos descubran.
Cuando las restricciones fueron originalmente agregadas durante la década de 1970, la GAO testificó ante el Congreso diciendo, respecto de las provisiones, “no vemos cómo podemos auditar de manera satisfactoria al Sistema de la Reserva Federal sin autoridad para examinar la categoría más importante de transacciones financieras y activos que tiene”.
La GAO existe por la muy sencilla razón de que ningún miembro del Congreso, o de su personal, entiende completamente el funcionamiento de las diversas agencias del Estado. La GAO existe para informar. Como alguien que anteriormente fue miembro del personal del Comité del Senado para la Banca, permítame decirle que hay pocas áreas menos comprendidas por el Congreso que la política monetaria y la macroeconomía. De manera que hay pocas áreas con mayor necesidad de una auditoría por parte de la GAO que la Fed.
Someter la función de política monetaria de la Reserva Federal a una auditoría de la GAO para educar al Congreso no somete la Fed a “interferencia política de corto plazo” como la gobernadora de la Fed Janet Yellen sugiere. Tal afirmación no es solamente insultante para la GAO, sino que es irrespetuosa del mismo concepto de supervisión por parte del Congreso.
Como alguien que ha interactuado repetidas veces y de manera regular con la GAO durante la última década, incluso habiendo servido como intermediario del personal del Congreso para reportes requeridos por la GAO, he presenciado la actuación independiente, libre de sesgos y despolitizada de la GAO en el desempeño de sus deberes. No siempre he estado de acuerdo con las conclusiones de la GAO, pero nunca he sentido que dichos desacuerdos fuesen el resultado de la política o de algún sesgo.
La objeción común de que la auditoría de la Fed por parte de la GAO “comprometería” la independencia de la Fed y sujetaría sus acciones a la influencia política también confunde la naturaleza misma de la independencia de la Fed. La autoridad de la Fed de regular el valor del dinero es un poder delegado a ella por el Congreso. Como el Congreso puede, y así lo ha hecho, legislar cambios a la Fed, debería quedar claro más allá de cualquier duda de que la Fed no es “independiente” del Congreso. Es una creatura del Congreso.
Lo que necesita comprenderse es que la independencia de la Fed, en un sentido operacional, se supone que debe ser de la rama ejecutiva. Aunque durante los últimos años la Fed ha coordinado sus acciones de manera relativamente cercana con el Departamento del Tesoro, erosionando así cualquier independencia real. La conexión, tanto a nivel de la política y de las carreras, entre la Fed y el Departamento del Tesoro socava la independencia operacional más que cualquier auditoría de la GAO. Y lo mismo se puede decir acerca de la conexión entre Wall Street y la Fed.
Una auditoría de la GAO, en lugar de socavar la independencia, podría poner de relieve estas relaciones, ayudando a insular la Fed de la interferencia contínua por parte del Departamento del Tesoro y de la indebida influencia por parte de los bancos grandes.
El debate acerca de auditar la Fed en realidad se trata acerca de una supervisión informada por parte del Congreso. Las medidas extraordinarias que la Fed tomó durante la crisis financiera, su prolongada posición de sostener una política monetaria acomodaticia —algo sin precedentes en la historia de la banca central, una hoja de balance de $4.5 billones (“trillions” en inglés), y los continuos desacuerdos entre los funcionarios de la Fed acerca de lo que es apropiado en la política de normalización siete años después de la crisis demuestra la necesidad de un análisis objetivo e independiente.
Una auditoría continua de las funciones de política monetaria de la Reserva Federal por parte de la GAO es una medida que podría ayudar en ese esfuerzo o por lo menos ayudar al Congreso, y a la gente, a entender mejor las acciones de la Fed. La GAO provee información acerca de complejos asuntos y problemas del Estado. Si la política monetaria no califica para este tipo de análisis, entonces, ¿qué califica?
Este artículo fue publicado originalmente en The Hill (EE.UU.) el 3 de febrero de 2015.