EE.UU.: La misteriosa ausencia de Fannie Mae y Freddie Mac
Johan Norberg cuestiona que la Comisión de Investigación de las Causas de la Crisis Financiera del Congreso estadounidense no haya examinado detenidamente el rol qué jugaron las empresas patrocinadas por el Estado: Fannie Mae y Freeddie Mac.
Por Johan Norberg
La Comisión de Investigación de la Crisis Financiera empezó su trabajo con una muy publicitada audiencia de dos días en Washington, DC. Esta Comisión supuestamente debe descubrir las causas de la crisis financiera, pero parece que está intentando reproducir Hamlet sin el Príncipe de Dinamarca. Entre todos los banqueros y reguladores en el escenario durante las audiencias, no había ni un solo representante de los gigantes emisores de hipotecas patrocinadas por el gobierno, Fannie Mae y Freddie Mac, ambas siendo grandes causantes de la burbuja de bienes raíces.
La razón para la omisión es preocupantemente obvia. Cuando el Congreso creó la Comisión ellos querían una narrativa de la crisis con banqueros ambiciosos y reguladores pasivos. En otras palabras, querían colocar la culpa en otro lugar. Fannie Mae y Freddie Mac son criaturas del Congreso y fue éste el que las presionó para que socavaren los criterios para conceder hipotecas y para que aumentaran los préstamos a personas de bajos ingresos mientras retardaron una reforma.
Fannie y Freddie regularmente permitieron que miembros del Congreso anunciaran grandes proyectos de vivienda para personas de bajos ingresos a cambio de un respaldo político y financiero; a lo largo de la última década estas dos empresas patrocinadas por el Estado gastaron alrededor de $200.000 millones en lobbies y contribuciones para ambos partidos, pero principalmente para el partido Demócrata, la actual mayoría. Los políticos querían a unos chivos expiatorios en el escenario, los representantes de Fannie y Freddie hubiesen desempeñado la función de un espejo.
Fannie y Freddie tenían una garantía implícita del Estado que les permitía prestar a una tasa más baja que otras instituciones financieras y con esos miles de millones de dólares compraron hipotecas de prestamistas primarios, de tal manera que estos recuperasen su dinero y pudiesen prestar todavía más a otros potenciales compradores de casa.
En 2004, casi al tope de la burbuja, la administración de Bush aumentó los objetivos ambiciosos de la administración de Clinton para los préstamos de las empresas patrocinadas por el Estado. Dijo que dentro de cuatro años el 56% de las hipotecas de Fannie y Freddie deberían ir a hogares de ingresos bajos y 28% de las hipotecas a aquellos con “un ingreso muy bajo”. En otras palabras esto significa que los hogares que no podrían costear la hipoteca al momento en que la tasa de interés retorne a un nivel más realista. Lo único que escuchamos del Congreso fueron demandas para aumentar la concesión de créditos de manera más agresiva.
Fannie Mae y Freddie Mac fueron pioneras en la aseguración de hipotecas, operación mediante la cual los préstamos eran re-empaquetados y vendidos a inversionistas. La creciente presión política de atender a personas de ingresos bajos derivó en que ellos pronto empezaron a comprar valores respaldados por hipotecas también. Luego de 2004 el mercado podía conceder casi cualquier tipo de préstamo, sabiendo que las empresas patrocinadas por el gobierno los comprarían. Cerca del 40% de los préstamos eran chatarra. “En realidad no sabíamos lo que estábamos comprando”, admite el ex director de Fannie Mae.
Los banqueros de inversión han sido públicamente reprendidos por la Comisión por asumir demasiado riesgo, con una razón entre deuda y patrimonio de 30 a 1. ¿No deberían preguntarse cómo Fannie Mae y Freddie Mac acabaron con un ratio entre deuda y patrimonio de 60 a 1?
Como resultado de sus pérdidas, Fannie y Freddie reventaron en septiembre de 2008 y fueron en efecto nacionalizadas. El Departamento de la Tesorería implementó un límite (que recientemente ha sido removido) a la ayuda para cada empresa de $200.000 millones. La peor consecuencia de remover los límites no es el costo potencial al contribuyente de cientos de miles de millones de dólares, sino el efecto en el resto del mercado. Las empresas patrocinadas por el gobierno mostraron que los préstamos chatarras de Wall Street fueron promovidos por el gobierno; hicieron lucrativo para los prestamistas el hecho de realizar malos préstamos para luego venderlos; y empujaron hacia arriba los precios de las viviendas al abrir el mercado de propietarios de vivienda a personas que anteriormente habían alquilado.
A la Comisión de Investigación de la Crisis Financiera no le podría importar menos esto. Por supuesto, las empresas patrocinadas por el gobierno son mencionadas en 21 de las 22 áreas de investigación de la Comisión, pero incluso ahí hay un pensamiento tardío: “instituciones financieras” es el objeto general del estudio en el área número 21. Y, como se mencionó anteriormente, ningún representante de Fannie o Freddie fue invitado a la audiencia.
Hoy, los anteriores ejecutivos de ambas empresas dicen que las empresas hicieron tantos malos préstamos porque el Congreso constantemente dependía de ellos para comprar más hipotecas de los prestamistas de bajos ingresos. No debería sorprender que el Congreso no quiera que alguien escuche ese mensaje. Pero sí hace una burla de su presunción de examinar todas las causas posibles de la crisis incluso de una manera justa y objetiva.
Un ex empleado de una de las empresas patrocinadas por el estado recientemente dijo, haciendo una auto-crítica: “No se requirió de mucha sofisticación para darse cuenta de lo que estaba pasando con la calidad de los préstamos. Cualquiera lo hubiera podido ver. Pero nadie fuera de aquí estaba siquiera preguntándonos acerca de la calidad”.
Aparentemente, el mundo de afuera todavía no les está preguntando.
Este artículo fue publicado originalmente en Forbes.com (EE.UU.) el 15 de enero de 2010.
Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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