EE.UU.: Adiós a la Fed

José Carlos Rodríguez reconoce el valioso aporte de Ron Paul al haber traído al debate la idea de hacer desaparecer a la Reserva Federal, institución que tiene menos de 100 años.

Por José Carlos Rodríguez

Ron Paul es un caso para estudiarlo: votó contra la guerra en Irak y hace suyos, de verdad, los valores de los padres fundadores de EE.UU. El país que querían los Madison, Jefferson, Washington y demás era una nación de hombres libres en estados libres, unidos por los tenues lazos de las instituciones federales: la presidencia, el Congreso y el Tribunal Supremo.

El presidente, en concreto, tenía como principal misión hacer cumplir la Constitución y dirigir al Ejército cuando el Congreso, único que podía hacerlo, declarase al país en guerra. Ni un asomo del enjambre de agencias que rodean al presidente. Y, desde luego, no concebían la posibilidad de haber ganado una revolución republicana para erigir, andados los siglos, un nuevo Rey.

Ron Paul ama a su país tal como se concibió. No con la tecnología del XVIII, pero sí con sus ideas. Y ha intentado acercar ese ideal a la política con el poderoso aliado de la Constitución, o lo que queda de ella. Recientemente ha pedido que se lleve a cabo la primera auditoría de la Reserva Federal (banco central), cuya política es la causa mediata de la crisis financiera. Y ha pedido en un libro que se cierre la Fed. Su propuesta se ha colocado en el segundo libro de no-ficción más vendido en Amazon.

La propuesta parece a muchos descabellada. ¿Es acaso posible? Cuando Gran Bretaña se vio atrapada entre la revalorización de su moneda y el desempleo, ciertos economistas se plantearon la posibilidad de salirse del patrón oro. Los sindicatos, estupefactos, preguntaron entonces: "Pero... ¿eso es posible?" Estamos tan habituados a ver cómo imprimen billetes los bancos centrales, tan habituados a llamar dinero a trozos de papel, que cuesta aceptar la posibilidad de que se disuelvan los bancos centrales y no explote el sistema y nos devuelva al trueque. Cuesta imaginarse un sistema monetario anterior a la Reserva Federal; pero esa institución no tiene ni un siglo de existencia.

El simple hecho de plantear el debate, de mostrar la posibilidad de que esta agencia, como muchas otras, puede suprimirse sin mayor riesgo y acaso con enormes beneficios es una gran victoria.

Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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