Ecuador: Los empresarios y el Estado
Gabriela Calderón de Burgos dice que "Hay empresarios [ecuatorianos] que están de luna de miel con el gobierno, aquellos que nunca han tenido tantas ganancias o que 'se hicieron' durante estos cuatro años de revolución".
Por Gabriela Calderón de Burgos
Guayaquil, Ecuador— Hay la percepción generalizada de que el gobierno es hostil con los empresarios y viceversa. Pero eso es una simplificación de la realidad. Hay empresarios que están de luna de miel con el gobierno, aquellos que nunca han tenido tantas ganancias o que “se hicieron” durante estos cuatro años de revolución.
El Premio Nóbel de Economía, James Buchanan, explicaba que conforme la envergadura y el tamaño del Estado crece, se acentúa el comportamiento de “búsqueda de rentas”. Él distingue entre los empresarios que identifican oportunidades en el mercado para crear riqueza mediante transacciones voluntarias y aquellos que buscan obtener privilegios del Estado para asegurarse una porción de la riqueza previamente existente.1
Por ejemplo, si la oferta de algo es restringida arbitrariamente —con aranceles altos a las importaciones— y se permite que el precio aumente, las rentas van directamente al bolsillo de aquellos que adquieren el derecho (exclusivo) de involucrarse en esa actividad.
Pero consideremos ejemplos de lo que ocurre hoy en nuestro país. Cuando el gobierno concede créditos baratos a varios empresarios a través de organismos como la Corporación Financiera Nacional (CFN), esos empresarios están obteniendo rentas a cuesta del resto de la sociedad. ¿Cuál es la renta? El monto ahorrado en el financiamiento. Todos quisiéramos financiamiento más barato, pero solo un grupo de empresarios califica para esa ayuda.
Y ningún gobierno durante la última década ha ayudado tanto a un grupo de empresarios como el actual. Como dice el reporte de gestión financiera para 2009 de la CFN: mientras que entre 2001-2006 se concedieron $413 millones de dólares, entre 2007-2009 se concedieron $980 millones. Es decir, “en 3 años, 2,37 veces más que en los 7 años anteriores”.3
También consideremos las compras públicas. Esto incluye desde la compra de propaganda (el Estado es considerado hoy el principal anunciante en el país)3 hasta la compra de un amplia gama de productos y servicios especializados. A través del INCOP (Instituto Nacional de Contratación Pública) el Estado ha creado nuevas fortunas y una nueva ocupación para muchos. A través de esta institución 4.700 entidades del Estado contrataron en 2010 $5.989 millones de dólares.4
De esta manera el Estado compra o llega a poseer la lealtad de un importante y creciente grupo de empresarios. Entiendo que al empresario le será difícil resistir la tentación de hacer negocios con el Estado o recibir algún privilegio de este ya que esos son los negocios donde él no asume todos los costos y riesgos, pero si las ganancias.
No obstante, es necesario que los empresarios entiendan en lo que se están metiendo y los costos reales para la sociedad de esos privilegios que el Estado les concede. Con la misma energía que exigen que se reduzcan los impuestos, deberían resistirse a recibir privilegios del Estado. No hay mejor defensa de la libre empresa que el ejemplo de aquellos empresarios que hicieron (y hacen) sus fortunas sin los privilegios del Estado.
El gobierno, si quiere ser consistente con su discurso anti-privilegios, debería dejar de subsidiarle los costos o proteger a ciertos empresarios y verán como nace una nueva clase empresarial, más responsable con sus inversiones y mucho más competitiva.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 23 de febrero de 2011.
Referencias:
1. Buchanan, James. The Logical Foundations of Constitutional Liberty, Vol. 1, 1999. Indianapolis: Liberty Fund, pp. 103-115.
2. “Estadísticas Anuales: Gestión 2009”. Corporación Financiera Nacional.
3. Ramos, Hernán. “Medios públicos y poder politico en la era de Rafael Correa” en La palabra rota. FES-Ecuador e ILDIS.
4. “Cada año el Estado sale de compras con USD$5.000 millones en el bolsillo”. El Comercio. 7 de febrero de 2011.