Ecuador: La compra patriótica
Gabriela Calderón de Burgos dice que el proteccionismo genera trabajo, "Pero es de ese tipo de trabajo en exceso que tenía el pobre Robinson Crusoe, teniendo que producirse todo lo que necesitaba mientras vivía solo en una isla, sin comerciar. Claro, su balanza comercial estaba en equilibrio, pero su bienestar era sumamente deplorable".
Por Gabriela Calderón de Burgos
El gobierno ha sido exitoso en difundir la idea de que la dolarización requiere del proteccionismo para funcionar. Pero esto asume dos cosas: (1) que la política monetaria es capaz de estimular la economía devaluando y, (2) que la dolarización no funciona ante condiciones externas negativas. Sobre lo primero, estamos viendo en Argentina y Venezuela, para mencionar tan solo los ejemplos más notorios en la actualidad, que la manipulación del tipo de cambio no les está funcionando. Sobre lo segundo, cabe recordar que durante los primeros cinco años de dolarización no hubo crisis sino un crecimiento sólido a pesar de que el barril de petróleo costaba en promedio $24.
Además, ya que estamos en épocas de promover las exportaciones declarándole la guerra a las importaciones, vale la pena recordar que entre 2000-2005, con un barril de petróleo barato y en ausencia de la muralla a las importaciones que está montando el gobierno, las exportaciones ecuatorianas crecieron en promedio 14,6% al año (frente al promedio de 6,6% durante los noventa, cuando continuamente se devaluaba).1
Pero el proteccionismo es una de esas ideas que se resisten a morir. Tanto políticos como empresarios pueden comulgar con eso de la compra patriótica.
Por supuesto que la compra patriótica genera trabajo, por eso agrada a los políticos. Pero es de ese tipo de trabajo en exceso que tenía el pobre Robinson Crusoe, teniendo que producirse todo lo que necesitaba mientras vivía solo en una isla, sin comerciar. Claro, su balanza comercial estaba en equilibrio, pero su bienestar era sumamente deplorable.
La compra patriótica aparentemente afectará hasta lo más íntimo y cotidiano de nuestras vidas. Así debe ser, si usted considera que los ecuatorianos somos tan tontos a veces que compramos, como dijo el presidente recientemente, “importaciones inútiles”2, y necesitamos alguien, supuestamente omnisciente, que nos guíe. Por eso es que el gobierno busca restringir la importación de “bienes suntuarios” como la leche de fórmula para los bebés, entre otros 293 productos. De manera que cuándo escaseen en los supermercados productos que usted consideraba de mejor calidad y/o precio para su familia o los encuentre a un mayor precio, no se moleste, llénese de un inmenso patriotismo y acérquese a pagar (si puede).
Del otro lado de la transacción estará un selecto grupo de empresarios, muy contentos de llenarse los bolsillos con la plata de clientes cautivos como usted y recibiendo privilegios que nunca recibirían en un mercado libre como aranceles, barreras no-arancelarias, créditos baratos y ahora, hasta la publicidad financiada por el Estado.3 Los más esquilmados serán los más pobres, quienes no podrán viajar o encargarse por cuenta propia del exterior los productos mejores y a un menor precio que deseen.
Esto es el mercantilismo que sigue vivo desde cuando éramos una colonia. Una de las principales explicaciones detrás de la persistente desigualdad en Ecuador y América Latina es el proteccionismo. Las reglas del juego históricamente han estado sesgadas a favor de un selecto grupo al que se le han otorgado privilegios que han perennizado fortunas ganadas en mercados aislados.4 Los justificativos cambian, pero los resultados siempre son los mismos. La paradoja es que esto sea continuado en el gobierno de la “revolución”, que supuestamente pretendía promover la igualdad.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 14 de febrero de 2014.
Referencias:
1. Cálculos de autora y cifras de CORDES: “30 años de democracia y progreso”. 2009.
2. “El gobierno busca frenar el ingreso de bienes ‘suntuarios’”. El Comercio. 19 de enero de 2014.
3. “Campaña del gobierno por la producción local”. El Universo. 10 de febrero de 2014.
4. Hidalgo, Juan Carlos. “Los liberales ante la desigualdad en América Latina”. El País. 11 de febrero de 2014.