Doing Business en México
Arturo Damm Arnal dice que México obtiene una calificación mediocre en competitividad.
La semana pasada nos enteramos que el Banco Mundial suspenderá la publicación del informe de Doing Business, por haber encontrado irregularidades en los datos de los informes 2018 y 2020, en los cuales se colocó a China en posiciones que no le correspondían, haciendo creer que tenía mayor competitividad de la que realmente tenía.
En el informe de Doing Business se mide, para 190 países, qué tan fácil o difícil resulta abrir, operar y liquidar un negocio, sobre todo desde el punto de vista de las regulación gubernamentales que enfrentan los empresarios para hacerlo (abrir, operar y liquidar), y de la obtención de todo lo requerido para lograrlo (abrir y operar). Lo que se mide es la competitividad de los países, su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, de las que dependen la producción de satisfactores, la creación de empleos y la generación de ingresos, competitividad de los países que también mide el Foro Económico Mundial en su Reporte de Competitividad Global.
El Banco Mundial mide la competitividad a partir de diez variables, que son: qué tan fácil o difícil resulta (i) abrir un negocio; (ii) obtener permisos para construcción; (iii) registrar propiedades; (iv) obtener electricidad; (v) obtener crédito; (vi) conseguir protección jurídica para los inversionistas minoritarios; (vii) pagar impuestos; (viii) realizar comercio transfronterizo; (ix) hacer cumplir los contratos; (x) obtener la resolución de insolvencia.
Estos fueron los lugares de México, entre 190 países, en 2019 y 2020: (i) facilidad para abrir un negocio, 94 y 107, retroceso; (ii) facilidad para obtener permisos para construcción, 93 y 93, sin cambio; (iii) facilidad para registrar propiedades, 103 y 105, retroceso; (iv) facilidad para obtener electricidad, 99 y 106, retroceso; (v) facilidad para obtener crédito, 8 y 11, retroceso; (vi) facilidad para conseguir protección jurídica para los inversionistas minoritarios, 72 y 61, avance; (vii) facilidad para pagar impuestos, 116 y 120, retroceso; (viii) facilidad para realizar comercio transfronterizo, 66 y 69, retroceso; (ix) facilidad para lograr el cumplimento de los contratos, 43 y 43, sin cambio; (x) facilidad para lograr la resolución de insolvencia, 32 y 33, retroceso.
Comparando 2020 con 2019 en siete de las diez variables hubo retroceso, en dos no hubo cambio, y solo en una hubo avance. En 2019 ocupamos la posición 54/190 con una calificación de 72,1/100. En 2020 la posición ocupada fue 60/190 y la calificación obtenida 72,4/100.
Así está México en materia de competitividad, perdido en la mediocridad, tanto en posición como en calificación, competitividad de la que dependen las inversiones directas, la producción, el empleo y el ingreso y, por ello, el bienestar de la gente.
Este artículo fue publicado originalmente en Asuntos Capitales (México) el 22 de septiembre de 2021.