Desbloqueen la industria del cannabis para las instituciones financieras
Nicholas Anthony dice que las instituciones financieras se han quedado fuera de la industria del cannabis debido a un régimen de vigilancia que parece haber hecho poco para detener a los verdaderos delincuentes.
Por Nicholas Anthony
En todo el país, la gente se está preparando para celebrar todo lo relacionado con el cannabis el 20 de abril, pero es poco probable que los bancos y otras instituciones financieras tengan la ocasión marcada en sus calendarios. A pesar de que los estados continúan legalizando el cannabis, la ley federal no ha cambiado, y eso significa que las instituciones financieras reguladas por el gobierno federal deben mantener su distancia.
Para ser claros, las instituciones financieras están legalmente autorizadas a hacer negocios con la industria del cannabis. El problema, sin embargo, es que deben lidiar con una vertiginosa variedad de requisitos reglamentarios que a menudo los disuaden de trabajar con negocios de cannabis.
Este “distanciamiento regulatorio” no es exclusivo del cannabis: los engorrosos requisitos regulatorios también han sido una fuerza impulsora para que las instituciones financieras abandonen la frontera sur y el Caribe. Como señaló el representante Patrick McHenry (Republicano de Carolina del Norte.) en una audiencia del Congreso sobre la banca con el Caribe el año pasado, el problema es que la sanción por no cumplir con las regulaciones contra el lavado de dinero “puede ser tan devastadora para las instituciones financieras, especialmente las pequeñas y bancos medianos, que recurren a enfoques defensivos para garantizar el cumplimiento”. Uno de estos enfoques defensivos es evitar por completo los mercados “riesgosos”.
McHenry tiene razón, pero no son solo las sanciones las que son devastadoras. Cumplir con la Ley de Secreto Bancario –la ley responsable de gran parte de este régimen de vigilancia financiera– le costó a las instituciones financieras en EE.UU. un estimado de $45,9 mil millones en 2022.
A pesar de lo preocupantes que pueden ser estos costos en general, servir a la industria del cannabis es un asunto completamente diferente. Además de todos los costos de cumplimiento habituales asociados con la Ley de Secreto Bancario, la Red de Ejecución de Delitos Financieros (FinCEN) ha dado instrucciones a las instituciones financieras para que no solo verifiquen que las empresas de cannabis tengan licencia del estado, sino que también revisen sus solicitudes y la documentación relacionada para asegurarse de que el estado no haya cometido un error. Yendo más allá, la institución financiera necesita solicitar toda la información en poder del estado para cotejar el negocio nuevamente. Una vez que todo está en orden y la empresa obtiene acceso a una cuenta, FinCEN dice que las instituciones financieras deben mantener un seguimiento continuo de la actividad de cada empresa, qué venden, quiénes son sus clientes y las posibles fuentes de información adversa.
En otras palabras, los empleados bancarios están obligados a actuar como detectives en nombre del gobierno federal.
Sin embargo, la parte más atroz de esta historia podría no ser que las empresas legales se hayan mantenido fuera del sistema financiero, que se gasten decenas de miles de millones de dólares en el cumplimiento o que la industria financiera haya sido designada como investigadora encargada de hacer cumplir la ley.
La parte más atroz es que todo eso ha ocurrido y, sin embargo, no hay señales de que los delincuentes estén siendo detenidos en el proceso.
Durante años se le ha pedido a FinCEN que ofrezca estadísticas agregadas sobre la efectividad de este régimen de informes. Sin embargo, una y otra vez, las solicitudes han llegado vacías. Incluso un mandato del Congreso no ha sido suficiente para que estos números estén disponibles.
Sin embargo, estudios anteriores han ofrecido algunas ideas. Un estudio del 2018 del Bank Policy Institute encontró que solo el 3,65% de los informes de actividades sospechosas (SAR, por sus siglas en inglés) y el 0,44% de los informes de transacciones monetarias (CTR, por sus siglas en inglés) requerían algún tipo de seguimiento por parte de las fuerzas del orden público.
En resumen, las instituciones financieras se han quedado fuera de la industria del cannabis debido a un régimen de vigilancia que parece haber hecho poco para detener a los verdaderos delincuentes. La ley solo parece tener éxito en apuntar a los directores ejecutivos de las compañías de cannabis, los empleados de las tiendas y los consultores. Incluso los políticos han quedado atrapados en el punto de mira después de que las contribuciones de campaña de la industria del cannabis señalaran al comisionado de agricultura de Florida como demasiado arriesgado.
Algo tiene que cambiar.
Desde la legalización federal hasta excepciones regulatorias, hay mucho para elegir en términos de dar pasos hacia un mejor sistema financiero. Aaron Klein, miembro sénior de Brookings Institution, ha explicado que el Tesoro podría eximir a las instituciones financieras de reportar negocios de marihuana con licencia estatal. Dado que el Tesoro estableció las reglas del camino después de la aprobación inicial de la Ley de Secreto Bancario, sería muy apropiado que arreglara los baches.
Sin embargo, el Congreso también tiene un papel que desempeñar. Para solucionar el problema a largo plazo (y para todos), el Congreso debería derogar la Ley de Secreto Bancario –o al menos, derogar las secciones que han requerido que las instituciones financieras informen constantemente sobre los clientes al gobierno federal.
En conjunto, estas estrategias garantizarían que los banqueros puedan participar en las festividades el próximo año y durante muchos años más. Entre la industria del cannabis que obtiene acceso a los servicios financieros, la industria bancaria que ahorra miles de millones en costos de cumplimiento y los estadounidenses que recuperan su privacidad financiera, es seguro decir que todos tendrán algo que celebrar.
Este artículo fue publicado originalmente en Reason (Estados Unidos) el 19 de abril de 2023.