De Hoover a Trump

Sergio Sarmiento señala que Donald Trump no es el primer político estadounidense que busca resolver los problemas del país recurriendo al proteccionismo, la historia se remonta a Herbert Hoover.

Por Sergio Sarmiento

"La filosofía del proteccionismo es una filosofía de guerra".
-Ludwig von Mises

No es la primera vez que un político de EE.UU. busca resolver los problemas de su país recurriendo al proteccionismo. El principal precedente tuvo lugar en 1930 con el también presidente republicano Herbert Hoover quien promulgó la Ley Smoot-Hawley. Muchos países respondieron con leyes igualmente proteccionistas y el resultado fue un desplome dramático del comercio internacional. El proteccionismo profundizó y prolongó la gran depresión.

Los ánimos proteccionistas estaban presentes en EE.UU. antes de la depresión. En 1922, en pleno auge económico, el país elevó sus aranceles con la Ley Fordney-McCumber. Hoover hizo campaña en 1928 prometiendo elevar aún más los aranceles agropecuarios. La iniciativa fue presentada en 1929 en la Cámara de Representantes por los republicanos Reed Smoot de Utah y Willis Hawley de Oregon y fue aprobada en mayo antes del crack bursátil del 24 de octubre, aunque el Senado no la ratificó hasta marzo de 1930, ya en la gran depresión. Muchos economistas advirtieron sobre las consecuencias negativas de la ley, pero Hoover, aunque tuvo dudas, la promulgó el 17 de junio.

Muchos productos fueron sometidos a aranceles de hasta 59 por ciento. Otros países, empezando por Canadá, impusieron en represalia altos aranceles a los bienes estadounidenses. Las exportaciones de la Unión Americana se desplomaron 61 por ciento entre 1929 y 1933, mientras que las importaciones lo hicieron en 66 por ciento. La economía, en lugar de mejorar, se hundió en la mayor depresión registrada en la historia.

Si Donald Trump crea hoy un "impuesto fronterizo" de 35 por ciento no solo estaría violando las reglas del Tratado de Libre Comercio y de la Organización Mundial de Comercio sino impulsando una repetición de lo ocurrido en los años treinta.

Las principales empresas estadounidenses operan en todo el mundo. Las que forman parte del índice S&P 500 realizaron en 2015 el 44,3 por ciento de sus ventas en el extranjero (S&P 500 Foreign Sales Report). Una guerra comercial tendría consecuencias muy negativas para éstas y muchas más. Se registraría un desplome de su actividad y un aumento del desempleo.

Trump puede retirar a EE.UU. del TLCAN y eliminar el arancel 0 de los bienes mexicanos, pero esto sólo significaría que los productos industriales mexicanos tendrían que pagar, según las reglas de la OMC, un arancel promedio de 1,9 por ciento y los agropecuarios 6,4 por ciento. Así no se detendría la importación de productos mexicanos a la Unión Americana. Los productores estadounidenses tendrían una situación más difícil. Los bienes industriales podrían ser sometidos en México a aranceles de 7,7 por ciento y los agropecuarios a 38,4 por ciento (Luis de la Calle). Un arancel estadounidense de 35 por ciento sería ilegal.

México, que capta 16 por ciento de las exportaciones de la Unión Americana, es el tercer comprador de productos estadounidenses, un poco atrás del 18 por ciento de Canadá y la misma cifra de la Unión Europea (De la Calle). Si los países europeos se consideran individualmente, México sería el segundo mercado para productos estadounidenses. La pérdida de este comprador costaría cientos de miles o quizá millones de empleos en EE.UU.

Los proteccionistas no lo entienden. Smoot, Hawley y Hoover, en su simpleza, pensaban que si aumentaban los aranceles crecería la actividad económica y el empleo. No se dieron cuenta que estaban provocando una gran depresión económica. La gente, aunque tarde, sí se dio cuenta. En las elecciones de 1932 fueron derrotados los dos legisladores y el Presidente.

Impuestos y normas

Trump prometió ayer a las empresas automotrices reducir impuestos y normas ambientales. Esto sería más eficaz para generar inversiones que un impuesto fronterizo.

Este artículo fue publicado originalmente en Reforma (México) el 25 de enero de 2017.