Corrupción en las aduanas de EE.UU.

Por Jim Bovard

Una ola de escándalos estremece al Servicio de Aduanas de Estados Unidos. La prensa reporta casos de agentes recibiendo sobornos y abusando de su posición. A la Comisión de Finanzas del Senado le preocupa lo que está sucediendo y considera llamar a audiencias públicas similares a las llevadas a cabo con la Oficina de Impuestos sobre la Renta (IRS), mientras que el Departamento del Tesoro investiga por qué funcionarios reincidentes no son sancionados.

El novedoso programa de "reciclaje" de las aduanas produjo otra reacción violenta en el Congreso. En noviembre del año pasado, los guardias aduanales se marcharon mientras se incineraba un inmenso contrabando de drogas. Alguien aprovechó la salida de los guardias para apoderarse de 500 libras de marihuana. El diario Union-Tribune de San Diego, California reporta que unas 60 toneladas de drogas pueden haber sido robadas de ese mismo incinerador y devuelto a las calles.

Al Servicio de Aduanas también se le critica por abuso de autoridad. Algunos contrabandistas se tragan condones llenos de cocaína o de heroína, por lo que agentes insisten en detener a sospechosos hasta después que vayan al baño. Gente de raza negra es a menudo escogida para estas "requisas" que pueden incluir dejarlos incomunicados y encadenados a un inodoro por hasta 48 horas.

En Chicago los agentes desnudan a más mujeres que a hombres, a pesar de que les consiguen menos drogas a las mujeres.

Muy poca "evidencia" se necesita para que un agente aduanal justifique una detención y métodos ofensivos de cateo. Un tribunal federal dictaminó en 1997 que estaba justificado hacerle ese tipo de revisión íntima a una mujer negra porque los inspectores de aduana le encontraron un pequeño frasco de vaselina en su maleta, lo cual podía haber sido utilizado para esconder drogas en su cuerpo. Y según la Associated Press, un manual del Servicio de Aduanas sugiere escoger personas para ese tipo de examen basado en ciertos factores como parecer nervioso, usar ropa infantil, aparentar enfermedad o ser inusualmente amable o discutidor. En otras palabras, actuar como ser humano puede ser altamente sospechoso.

La corrupción crece. El mismo Servicio de Aduanas admitió en un informe al Congreso: "las grandes cantidades de drogas ilegales que pasan por las aduanas terrestres, marítimas y aéreas y las inmensas cantidades de dinero que disponen los narcotraficantes para corromper a funcionarios sitúan al Servicio de Aduanas y a sus empleados en alto riesgo de corrupción". Algunos ven este tipo de autocrítica como la mejor manera de evitar ser investigados.

Raymond Kelly, el nuevo director de las aduanas ha prometido acabar con los bandidos. Pero el historial del Sr. Kelly cuando fue comisionado de la policía de la ciudad de Nueva York no da mucha confianza. Kelly fue el jefe de la policía durante los peores escándalos en muchas décadas. Su reacción al ser confrontado con pruebas de brutalidad policial y corrupción fue montar una campaña de relaciones públicas, empapelando con publicidad los autobuses, carteleras y casillas telefónicas de la ciudad con mensajes proclamando la abnegación de los policías.

La Comisión Mollen, nombrada para investigar los abusos de la policía de Nueva York, determinó en 1994: "Encontramos… espantosa la incompetencia y lo inadecuado que es el departamento mismo de policía… desde los jefes hasta los comandantes distritales y supervisores había la omnipresente creencia que revelar casos serios de corrupción dañaría sus carreras y la reputación del departamento… El departamento permitió el virtual colapso del sistema utilizado para evitar la corrupción". A lo mejor Kelly aprendió algo de esa experiencia y hará un mejor trabajo en las aduanas.

Las aduanas tienen a muchos funcionarios honestos y ejemplares, pero esperar que van a agarrar a todos los narcotraficantes equivale a que un fiscal especial agarre a Bill Clinton en todas sus falsedades. Las inmensas ganancias del narcotráfico seguirán aplastando todo mecanismo administrativo que se invente para convertir a funcionarios públicos en ángeles. Mientras el Congreso siga haciendo obscenamente lucrativo al negocio de las drogas, continuarán los escándalos de corrupción en las aduanas de Estados Unidos.

Artículo de la Agencia Interamericana de Prensa Económica (AIPE)
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