“Controlar el poder y limitarlo es clave para esclarecer los casos de corrupción en nuestros países”
Mariella Herrera entrevistó a Martín Krause acerca de la propuesta liberal frente a los escándalos de corrupción en Argentina y Brasil.
Por Martín Krause
El académico destaca la actuación de la justicia en Brasil y de la prensa argentina en los procesos Lava Jato y los "cuadernos de la corrupción". Invitado a Chile por la Fundación para el Progreso, el defensor del liberalismo comenta, además, cómo la opción bolivariana debiera ir en retirada en la región.
Frases como “cuestionar incluso el monopolio del Estado y la existencia del mismo”, son las que sitúan a Martín Krause como uno de los referentes del liberalismo en la región. Esta semana estuvo en Chile para participar en el seminario “Liderazgos para el progreso en el siglo XXI”, organizado por la Fundación para el Progreso y que se llevó a cabo en Santa Cruz, VI Region.
En conversación con El Líbero, el economista argentino aborda los casos de corrupción destapados hace unos días en su país. Y profundiza, además, aspectos del liberalismo que considera que deberían tenerse en cuenta, como la no dependencia del Estado. “Hay muchos problemas que los soluciona la sociedad misma. Meter al Estado es como meter al elefante en el bazar, se generan más problemas de los que quieres solucionar”, plantea.
- En Argentina, se destapó el caso “cuadernos de las coimas” que afecta a la ex Presidenta Cristina Fernández, y a parte de su entorno. Además, su vicepresidente se encuentra preso por otra acusación. En Brasil, Lula Da Silva tras las rejas por Lava Jato ¿Eso lo ve como algo positivo en el sentido que las instituciones funcionan? ¿O negativo al parecer que es destino de los países de la región?
Claramente es algo bueno. Lo que están mostrando todos estos casos, no solo el de Argentina, es que hay algunos elementos que han funcionado, que podríamos llamar “la calidad institucional”. Es básicamente control al poder, lo cual está en las esencia de las ideas liberales. Controlar el poder y limitarlo. Eso es clave para esclarecer los casos de corrupción en nuestros países.
- ¿A qué se refiere con la “calidad institucional”?
La calidad institucional se ve a través de distintos mecanismos, muchos de los cuales conocemos hace tiempo como la división de poderes, la independencia de la justicia, de la prensa, etc. Y, de alguna forma, todo lo que está ocurriendo tiene que ver con alguno de estos elementos. Por ejemplo, en el caso de Brasil, el Lava Jato es el resultado de reformas en el sistema judicial brasileño que le dieron un poco más de independencia al Poder Judicial y como resultado tuviste a un juez que dijo “voy a seguir investigando esto” y hoy tienes a un ex Presidente preso. Y en Argentina, no hubo un “juez Moro” pero sí periodistas que hicieron un trabajo espectacular y notable. Años atrás con Lanata, luego otras investigaciones y ahora está la de los cuadernos que es fruto de una larga tarea de un periodista que juntó material, fue a la justicia, le dio tiempo a ellos para que confirmaran los datos. Y cuando la justicia va a lanzarse a meterlos presos, ahí pública en su medio.
- ¿Esos serían los factores para frenar estos casos?
Hay otro elemento que se ve en estos escándalos latinoamericanos, que es la “competencia entre jurisdicciones” que es una consecuencia de este mundo globalizado. Muchos negocios internacionales pueden elegir cuál es la sede donde hacen sus contratos. Entonces, en el comercio y las finanzas personales la justicia está en competencia también. Los inversores se van donde hay mejores servicios de justicia, y entra en competencia algo que se veía monopólico como la justicia de cada país. Y ahora empiezan a surgir casos que tienen alto impacto, pero que en realidad surgieron por las investigaciones en otros países. Por ejemplo, cae el Presidente de Perú o el vicepresidente de Ecuador, no por algo que haya hecho la justicia de esos países, sino por lo que ocurrió en Brasil. O caen en Argentina unos tipos porque se destapó el FIFA Gate en EE.UU. y en Suiza. Y muchos caen en países donde tú no hubieras esperado que se hiciera esa investigación. Ahora en Argentina vamos a ver qué nos trae el Lava Jato porque en estos días se han completado los acuerdos entre la justicia brasileña y argentina para compartir información.
- ¿Por qué aún Cristina Fernández tiene apoyo en el electorado?
En el caso de Argentina hay un 25% que apoya a Cristina Kirchner. A esa gente no es algo que le importe estos casos de corrupción. Normalmente son los militantes kirchneristas duros o son gente pobre que vive de recibir algún tipo de programa público. Ver los cuadernos o ver las valijas con dinero no les produce nada, no cambian de opinión. El resto de la población ve esto con repulsión y está esperando que de una vez por todas se haga algo. La típica opinión que encuentras en Argentina es “a ver si alguna vez van presos”. Hay varios ya presos del gobierno anterior, ministros, vicepresidente. Los tiros llegan cada vez más arriba y si esto sigue así, van a llegar. Va a ser histórico cuando se vaya Cristina presa.
- Usted hablaba de la fortaleza de las instituciones. En Chile cada cierto tiempo se habla de la modernización del Estado. ¿Cómo cree que se puede avanzar en eso? ¿O primero hay que repensar el rol del Estado?
Hay que discutir la función del Estado como tal. Después que definas si hace falta que haga algo, bueno ahí es mejor hacerlo de manera más eficiente. Esa es la visión que al principio tuvo el gobierno de Macri. “Venimos a hacer este Estado más eficiente y más moderno”. Perdón, pero lo que pasa es que acá hay muchas cosas que el Estado no debería estar haciendo. ¿Para qué vas a hacer más eficiente algo que no habría que hacer? Yo, personalmente, estoy dispuesto a llegar hasta el final.
- ¿Qué significa hasta el final?
-A cuestionar incluso el monopolio mismo y la existencia del Estado. No creo que sea algo que vaya a ver en mi vida, pero no me asusta la idea.
- Cuándo usted señala que el Estado no debería existir, ¿qué ocurre por ejemplo, cuando cumple una función de ayudar a quienes no tienen ciertos beneficios?
La primera actitud que le aconsejaría a la gente tener es la de no hacer el salto inmediato de que porque hay un problema el Estado debe solucionarlo. No es así, hay muchos problemas que los soluciona la sociedad misma, nosotros mismos. Meter al Estado es como meter al elefante en el bazar, se generan más problemas de los que quieres solucionar. Las políticas públicas yo las usaría al final, otras pueden ser soluciones cooperativas, voluntarias, comunitarias. Primero, ver cómo se puede solucionar un problema y recién al final discutir algún tipo de política si no hay ninguna solución satisfactoria.
Si bien no me gusta imponer soluciones tal vez deberíamos avanzar en un camino de la descentralización. De que haya muchos experimentos posibles y que veamos cuál funciona. Por ejemplo, ¿por qué debe haber una política nacional de salud? Puede ser distintas por regiones, por ciudades, y veamos cuál funciona. O en Educación, uno querrá escuelas públicas, otro todos privados. En otras si quieren que enseñen Marx solamente. Está bien, júntense ahí y exprópiense entre ustedes, y los demás querrán otra cosa. Y así se verá cuál se acomoda más. Pero que no se impongan políticas a todos por igual porque somos distintos.
- Si por un lado es positivo lo que está pasando con el esclarecimiento de casos de corrupción, por otro lado hay gobiernos en Latinoamérica donde no se respetan los derechos, las libertades, como lo que está pasando en Venezuela, Nicaragua… ¿En qué etapa cree que se encuentra la región?
Hay olas en América Latina en las que coinciden ciertos rumbos. Coincidieron en los 80 políticas de altas inflaciones, coincidieron después en los 90 las políticas de privatización y luego de esas olas, se abrieron dos caminos en América Latina. Uno fue el camino del Pacífico, con Chile, Perú, Colombia (y también Uruguay aunque no sea en el Pacífico) y, por otro lado, los bolivarianos. Y es interesante esta oportunidad de contrastar resultados. Parecería ser, claramente que el lado bolivariano está en retroceso. Está en retroceso en Argentina, en Ecuador, vamos a ver qué pasa en Nicaragua, debería retroceder si no hay frenos dictatoriales. Debería claramente en Venezuela.
Esta entrevista fue publicada originalmente en El Líbero (Chile) el 11 de agosto de 2018.