Cómo Leszek Balcerowicz lideró la transformación de Polonia
James A. Dorn considera que "Al realizar la transición desde organizar seminarios académicos hacia dirigir la estabilización y liberalización de Polonia y liderar el partido de libre mercado más grande (la Unión de Libertad, 1995-2000), Balcerowicz se convirtió en el Ludwig Erhard de Polonia y ayudó a cambiar el curso de la historia".
Por James A. Dorn
El arquitecto de la transición de Polonia desde la planificación central al estilo soviético hacia una economía de mercado, recibió esta semana el Premio Milton Friedman por la Libertad en Nueva York. El premio de $250.000 que otorga el Cato Institute cada dos años reconoce a individuos que han realizado una contribución importante al avance de la libertad económica y personal.
A principios de 1989, Leszek Balcerowicz era un economista joven de 42 años que había obtenido su PhD. de la Escuela Central de Planificación y Estadísticas (CSPS por sus siglas en inglés) en Varsovia y había sido miembro del Partido de Trabajadores Polacos Unidos (PUWP por sus siglas en inglés), partido que abandonó en 1981. Nunca había ocupado posición alguna de liderazgo ni había tenido intenciones de incursionar en la política. De hecho, esperaba que persistieran el dominio soviético y sus instituciones de gobierno de partido único junto con el control estricto de la vida económica.
Todo eso cambió cuando el Partido Solidaridad obtuvo estatus legal en abril de 1989 y Tadeusz Mazowiecki, el primer ministro designado de Polonia durante el primer gobierno poscomunista, le preguntó si sería su “Ludwig Erhard” a fines de agosto de 1989. Balcerowicz aceptó y se convirtió en el Viceprimer Ministro y Ministro de Finanzas en septiembre (tan solo un año antes, había pasado varios meses en Alemania Occidental estudiando las reformas de 1948 de Ludwig Erhard, que liberalizó los precios, acabó con la escasez y estabilizó la moneda).
Anteriormente en sus estudios, Balcerowicz había leído a Ludwig von Mises y a F.A. Hayek acerca del “debate sobre el cálculo socialista”, y él llegó a reconocer la importancia de los derechos de propiedad privada y mercados libres para generar precios racionales. Él percibió el experimento con la propiedad estatal y la planificación como un fracaso trágico y reconoció la importancia de la libertad para mejorar la vida de las personas.
Balcerowicz formó un grupo informal de economistas interesados en las reformas mientras que él estaba en el Instituto de Marxismo y Leninismo del CSPS entre 1978-80. El “Equipo Balcerowicz” inicialmente propuso trabajar dentro de las restricciones políticas en virtud del régimen comunista para intentar mejorar la eficiencia al introducir más competencia. Luego de que se impuso una ley marcial en diciembre de 1981, su grupos discutió reformas más radicales —pero como un “hobby” no como un plan realmente posible.
Cuando el momento de realizar reformas fundamentales llegó, Balcerowicz estaba listo. Ya tenía una visión de qué pasos eran necesarios para ejecutar la transición desde la planificación hacia el mercado y tenía un equipo confiable. Una lección importante, de acuerdo a Balcerowicz, “es que uno debería estar preparado para la oportunidad al insistir en lo que parecería ser un hobby inútil” —en otras palabras, pensar acerca de los cambios institucionales necesarios para que la libertad sea posible.
La esencia del “Plan Balcerowicz” la constituían veloces medidas para lograr la estabilización, la liberalización y el cambio institucional de tal manera que se limitara al Estado y se ampliara el espacio de libertad individual. Para 1991, había controlado la hiperinflación, reducido el gasto público, liberado los precios, acabado con la escasez, y removido obstáculos que habían inhibido la emergencia espontánea del sector privado.
En lo que él denomina la “era de política extraordinaria” (1989-91), fue capaz de lograr que se implementara su plan de reformas radicales (Polonia fue el primer país poscomunista en implementarlo). Las reformas tímidas y el gradualismo estaban descartados. La economía planificada estaba destruida y necesitaba ser reemplazada con un sistema sólido de libre mercado basado en la propiedad privada —no estatal.
Él rechazó la ortodoxia keynesiana y eligió promover las políticas que estimulaban la producción en lugar de estimular artificialmente la demanda agregada aumentando el gasto público e incurriendo en grandes déficits fiscales. Se cometieron algunos errores. Él admitió que no debió haber hecho caso al consejo del FMI de establecer un impuesto progresivo sobre el ingreso en lugar de un impuesto uniforme (Balcerowicz si intentó introducir un impuesto uniforme como parte de una reforma tributaria integral en 1998-2000 durante su segundo periodo como Viceprimer Ministro y Ministro de Finanzas pero no lo logró).
Al diseñar un programa de reformas radicales, Balcerowicz siguió normas generales y no intentó realizar predicciones específicas acerca de los resultados. Sin embargo, si sabía en base a sus estudios que organizar la vida económica mediante los mercados libres y privados serviría mejor a los intereses de las personas que la propiedad y el control estatales.
A principios de 2000, Balcerowicz fue designado gobernador del Banco Nacional de Polonia. Cuando dejó el Banco en enero de 2007, la inflación se había reducido de más de 10 por ciento a alrededor de 2 por ciento. Su “política monetaria relativamente restrictiva” ayudó a Polonia a evitar los efectos negativos de la burbuja de bienes raíces y la recesión de 2008.
Él atribuye el crecimiento económico sólido de Polonia a la liberalización radical y las sensatas políticas monetaria y fiscal. El testimonio de su éxito es que el PIB real de Polonia se ha más que duplicado desde 1989.
Al realizar la transición desde organizar seminarios académicos hacia dirigir la estabilización y liberalización de Polonia y liderar el partido de libre mercado más grande (la Unión de Libertad, 1995-2000), Balcerowicz se convirtió en el Ludwig Erhard de Polonia y ayudó a cambiar el curso de la historia.
Por esto él merece ser considerado un héroe de la revolución de libre mercado y un merecido recipiente del Premio Milton Friedman por la Libertad en 2014.
Este artículo fue publicado originalmente en Forbes.com (EE.UU.) el 19 de mayo de 2014.