Chile gira a la izquierda de nuevo

Ian Vásquez comenta el sorpresivo resultad de las últimas elecciones presidenciales en Chile, donde Sebastián Piñera obtuvo una mayoría mucho menor a la que esperaban las encuestas.

Por Ian Vásquez

La sorpresa de las elecciones chilenas el domingo fue que la izquierda se encuentra más fortalecida de lo que se pensaba y queda en duda la victoria en segunda vuelta de Sebastián Piñera, el candidato de centroderecha. De hecho, en vez de volver al centro después de años de mediocre desempeño bajo el gobierno de Bachelet —y del que los chilenos evidentemente se cansaron— el país parece estar más políticamente polarizado.

Las encuestas erraron tremendamente. Daban un amplio margen a Piñera, a tal punto que algunos pronosticaron que podría ganar en primera vuelta. No fue así. En vez, el candidato favorecido recibió 36,6% del voto, mientras que el oficialista Alejandro Guillier obtuvo el 22,7%. Lo más llamativo fue la votación recibida por la candidata izquierdista, Beatriz Sánchez, que obtuvo 20,3%, muy por encima del 9% que decían las encuestas. Además, el izquierdista Marco Enríquez-Ominami recibió 5,7% y el derechista José Antonio Kast, 7,9%.

El simplista ejercicio de sumar los votos de derecha e izquierda le da la ventaja a la centroizquierda. Piñera necesitaría todos los votos de los demócratas cristianos, cuya candidata obtuvo 5,9%, cosa que no es garantía de nada. El ejercicio es simplista, porque predecir votaciones en un país polarizado es más complicado de lo que suele ser. La izquierda dura del Frente Amplio no quiere al oficialismo, y los que apoyan a Kast no respetan a Piñera. En segunda vuelta, puede haber votos de protesta contra ciertos candidatos o, más probable, un ausentismo elevado.

Gane quien gane, Chile está girando a la izquierda una vez más. El oficialismo de centroizquierda ha salido golpeado. Si gana en segunda vuelta, necesitará el apoyo del Frente Amplio para gobernar. Eso empujará al país en la dirección del populismo de izquierda. Después de todo, la plataforma del Frente es más radical que la del candidato oficialista. Por ejemplo, el Frente aboga por nacionalizaciones de empresas “estratégicas” y de servicios como el agua o la electricidad. Quiere revisar y reevaluar los tratados de libre comercio que tiene Chile con el resto del mundo. Quiere, ¿por qué no?, impulsar una asamblea constituyente. Respecto a los medios, quiere crear “normas generales sobre emisión o publicación de contenidos”. Esperemos que no logre todo eso, pero es una agenda que generará incertidumbre.

La rabia de la izquierda contra el oficialismo era de esperarse. La centroizquierda gobernante se llenó la boca de retórica extrema, implementó algunas reformas en esa dirección, pero no pudo concretar toda su agenda ante la oposición que generó en la población. El pobre desempeño económico de Chile durante su gobierno y la corrupción que se destapó también impactaron en su imagen.

Si gana Piñera, Chile también girará a la izquierda. Como presidente (2010-2014), compitió con la izquierda en cuanto a políticas públicas y el debate de ideas. No supo defender los principios liberales que generaron el éxito de Chile. Más bien adoptó la retórica de la izquierda crítica del modelo económico chileno. Como era de esperarse, perdió esa competencia y todo el país giró a la izquierda. Piñera sigue con las mismas tendencias. Su plataforma propone un estado de bienestar para la clase media, distinto al asistencialismo focalizado en los más necesitados que ha caracterizado a Chile.

Por eso es que Axel Kaiser, director de la Fundación para el Progreso, dice que en Chile ahora hay “dos alternativas, una izquierda dura o una centroizquierda moderada”. Dado que Piñera contaría con solo 73 votos seguros de 155 en la nueva Cámara de Diputados, podemos esperar que su giro a la izquierda continúe.

Parece claro que la izquierda le está pasando factura a una derecha a cuyos líderes no les ha interesado defender principios liberales.

Este artículo fue publicado originalmente en El Comercio (Perú) el 21 de noviembre de 2017.