Chávez, el bolívar y el dólar

Por Manuel Hinds

A principios de la semana pasada el Presidente Hugo Chávez de Venezuela apareció en los medios de comunicación de todo el mundo demandando que los países de la OPEP coticen el petróleo en una moneda distinta al dólar. Inmediatamente después él anunció el fin del poder del dólar y, con éste, del poder económico y político de los Estados Unidos. Como era lógico esperar, con la excepción de a Irán ninguno de los otros países de la OPEP apoyó su idea de cotizar el petróleo en una moneda distinta al dólar. Era lo que podía esperarse porque la moneda en la que se cotiza un producto no hace ninguna diferencia a su precio real. Si usted quiere saber el precio del petróleo en euros, sólo tiene que dividir el precio en dólares por la tasa de cambio de los dólares a euros. Y ya usted sabe cual es la regla que sigue Chávez en cuanto a fijar los precios del petróleo: lo más que se pueda, aunque revienten los países pobres. Es decir, el cotizar el petróleo en monedas distintas al dólar no haría ninguna diferencia.

Pero, ¿qué tal su anuncio de que el poderío económico del dólar y los Estados Unidos han llegado a su fin?


Fuente: International Financial Statistics, Fondo Monetario Internacional.

Da la impresión de que Chávez se ha emborrachado tanto de poder que ha perdido el sentido de las proporciones. Oyéndolo parece que cree que el Bolívar está triunfando sobre el dólar y Venezuela sobre los Estados Unidos, sin ponerse a pensar (quizás sin saberlo) que la economía de los Estados Unidos sigue siendo la más grande del mundo, que es prácticamente 100 veces más grande que la de Venezuela y que debe su poder no a un golpe de suerte de la naturaleza (tener petróleo) sino a fuentes mucho más poderosas y permanentes: su educación, tecnología y competitividad. Con respecto al Bolívar, déle una mirada a la gráfica adjunta, que muestra los cambios en los precios del dólar y del Bolívar y la tasa de cambio entre las dos monedas, expresada como porcentaje de lo que eran cuando Chávez tomó en poder en Febrero de 1999. Note usted que los precios en Estados Unidos en septiembre de 2007 eran 127% de los de febrero de 1999, lo que indica que han crecido 27% desde esa fecha. Los precios en Venezuela eran el 441% de los de febrero de 1999 y el tipo de cambio se había devaluado con respecto al dólar (que Chávez dice se ha acabado) al punto que era 377% del de febrero de 1999. Es decir, si el dólar estuviera acabado, el Bolívar estaría cuatro veces acabado. Si alguien tiene el techo de vidrio es Chávez, que tiene la tasa de inflación más alta del continente americano, por bastante (15% a Septiembre de 2007).

Pero la borrachera de poder de Chávez es más evidente en que no realiza cuán dependiente es él de la economía de Estados Unidos. Si fuera cierto que ésta colapsara, su proyecto de dominar Latinoamérica se vendría inmediatamente al traste. Presa de la miopía de la ignorancia, él no realiza que Estados Unidos consume uno de cada cuatro barriles de petróleo que se consumen en el mundo, ni mide que sus exportaciones totales (2,2 millones de barriles diarios) es apenas un 10% de lo que Estados Unidos consume (21 millones de barriles diarios). Es decir, Chávez no se da cuenta de que él es una fritanga pequeña ni de que si los Estados Unidos colapsaran la demanda de petróleo caería catastróficamente y con ella sus precios y la riqueza que Chávez ahora usa para comprar voluntades en toda Latinoamérica. Pobre Chávez. No sabe de quién come. Come de los Estados Unidos.

Este artículo fue publicado originalmente en el Diario Hoy (El Salvador) el 23 de noviembre de 2007.