Centros de Progreso, Parte 3: Mohenjo-Daro (saneamiento)
Chelsea Follett destaca la innovación del alcantarillado y de la gestión de las aguas residuales en la ciudad de Mohenjo-Daro en el tercer milenio AEC.
Por Chelsea Follett
Hoy presentamos la tercera parte de una serie de artículos publicados por HumanProgress.org denominada Centros de Progreso. ¿Dónde se da el progreso? La historia de la civilización es de muchas maneras la historia de la ciudad. Es la ciudad la que ayudó a crear y definir el mundo moderno. Esta columna proveerá una breve introducción a los centros urbanos que fueron los sitios de avances cruciales en la cultura, la economía, la política, la tecnología, etc.
Nuestro tercer Centro de Progreso es Mohenjo-Daro, una ciudad en el Paquistán actual que fue pionera con nuevos estándares de saneamiento. La ciudad se cree que fue construida alrededor de 2.500 AEC, aunque el sitio ha sido habitado desde alrededor de 3.500 AEC. Mohenjo-Daro era el centro urbano más grande de la antigua civilización del Valle del Indo, cubriendo casi 500 hectáreas, y una de las primeras ciudades importantes del mundo.
El pueblo de la civilización del Valle del Indo inventó nuevos dispositivos para la oferta y saneamiento del agua que fueron los primeros de su tipo. Estos incluían las tuberías y un complejo sistema de alcantarillado. Los túneles debajo de Mohenjo-Daro cargaban los desperdicios de la ciudad hacia un estuario cercano. Casi todas las casas de la ciudad tenían baños y letrinas internas con drenajes, y la ciudad también mostraba su dedicación a la limpieza con un baño público grande utilizado para baños rituales. National Geographic ha considerado que su civilización gozaba de “el mejor alcantarillado del mundo antiguo”, de muchas maneras superando el sistema de alcantarillado de luego crearía la civilización romana.
Desde que la humanidad abandonó la caza y la recolección para vivir en asentamientos permanentes, nuestra especie se ha enfrentado a retos sanitarios relacionados con la higiene y la gestión adecuada de los deshechos. Desde la llegada de las ciudades, la humanidad ha permanecido vulnerable frente a las enfermedades que se propagan rápidamente, porque las enfermedades se propagan con mayor velocidad en poblaciones concentradas. Es particularmente cierto que sin un saneamiento adecuado y ante las enfermedades transmitidas por agua —como cólera, diarrea, disentería, hepatitis A, tifoidea, y varias enfermedades gastrointestinales— estas una vez fueron una causa común de muerte.
Los avances en el saneamiento han permitido a la gente que vivir cerca de otros en las ciudades con menos riesgos para su salud que en el pasado. En particular, la gestión segura de los deshechos para salvar la oferta de agua de la contaminación ha demostrado ser una innovación que realmente cambió el juego. Algunos han argumentado que los plomeros son los héroes desconocidos de la civilización.
Hoy, Mohenjo-Daro es un sitio arqueológico impresionante en la provincia Sindh de Paquistán. El nombre del sitio significa “Montículo de los Muertos” en Sindhi. Solo una parte de la ciudad antigua ha sido excavada y gran parte de ella permanece escondida. Mohenjo-Daro ha sido designada como un sitio Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ubicada en la ladera derecha del Río Indo, Mohenjo-Daro es la ciudad en ruinas más impresionante que permanece de la civilización del Valle del Indo. Las estructuras sobrevivientes de Mohenjo-Daro están hechas de ladrillos formados con arena roja, barro y piedras, prestándole a las ruinas un tono rojizo.
La civilización del Valle del Indo surgió en el territorio que se inundaba por los ríos Indo y Sarasvati, en lo que ahora es el Noroeste de la India y Paquistán, hace alrededor de 5.000 años. Los ríos inundaban los territorios dos veces al año de manera predecible, haciendo que la tierra sea fértil y permitiendo que el pueblo del Indo cultive todo desde el algodón hasta dátiles para respaldar a su creciente población.
Su prosperidad también fluía de evitar conflictos y de sus amplias redes comerciales. Establecieron una de las primeras relaciones comerciales de larga distancia en el mundo al intercambiar productos con los mesopotamios ubicados a casi dos mil millas al oeste, desde tan temprano como 3.000 AEC. Las exportaciones del Indo incluían especies como las cabezas de clavo de olor, productos de lujo como las cuentas de cornalina –artísticamente talladas con ácido, y posiblemente incluso ganado –como el búfalo de agua. Las importaciones de los mesopotamios incluían textiles y varios símbolos y leyendas artísticas —incluyendo aspectos de la leyenda que luego llegaría a ser conocida como la Épica de Gilgamesh. El pueblo del Indo también tenía lo que es considerado como un lenguaje escrito, ahora llamado escritura del Indo, la cual todavía debe ser descifrada por los académicos.
Si hubiese podido visitar Mohenjo-Daro en su época, hubiese visto una ciudad ordenada y densa, con hogares de varios pisos y techos planos, todos formados de ladrillos de tamaño uniforme, parados en una grilla de calles perpendiculares. Las casas más grandes tenían hasta doce cuartos. Hubiese visto personas recolectando agua en jarrones decorados de cerámica en algunos de los numerosos pozos públicos y conversando, quizás discutiendo el arte.
La evidencia arqueológica sugiere que los residentes de Mohenjo-Daro gozaban de formas de arte que van desde la escultura metálica hasta la danza. Usted podría haber observado a los niños jugando juegos, incluyendo juegos con dados, los cuales muchos historiadores creen que la gente del Indo inventó.
La población de la ciudad puede haber llegado a un pico máximo de 40.000 personas, similar a la población actual de Annapolis en Maryland. Los hombres probablemente portaban tela alrededor de sus cinturas, tal vez cosidos de una manera que se parece a los modernos pantalones dhoti, mientras que las mujeres usaban largas faldas o batas. La gente rica de ambos sexos portaba joyas con marfil, lapislázuli, cornalina, y cuentas de oro, así como también peinados y tocados elaborados.
Caminando a través de la ciudad, hubiera observado que Mohenjo-Daro no tenía grandes templos, palacios, monumentos o tumbas reales. La sociedad de Mohenjo-Daro parece haber sido mucho menos jerárquica que las ciudades de los mesopotamios con quienes comerciaban. La gente de Mohenjo-Daro puede que no haya tenido rey o, si lo tuvieron, este tuvo poca autoridad. La falta de estructuras reales ciertamente sugiere la ausencia de un gobernante poderoso, aunque sigue siendo desconocido el tipo de sistema que gobernó la ciudad.
En lugar de un palacio, la estructura más grande en la ciudad fue un baño público inmenso y elevado. El Gran Baño de Mohenjo-Daro medía casi 900 pies cuadrados, con una profundidad máxima de casi 8 pies. Fue construido de ladrillos, con un piso de piscina elaborado de tres capas: ladrillos serruchos fijados en un mortero de gypsum, luego un sellado de asfalto, seguido de otra capa de ladrillos serruchos en un mortero de gypsum.
El status del baño público como la estructura más grande e imponente de la ciudad sugiere que la gente de Mohenjo-Daro apreciaba sumamente la limpieza. Toda su ideología puede que haya estado basada en la limpieza, según el historiador Gregory Possehl de la Universidad de Pennsylvania.
El baño público puede que haya sido un lugar sagrado, y los académicos creen que probablemente fue utilizado para los baños rituales. La gente no necesitaba usar el baño público para la limpieza diaria, porque cada una de las casas de la ciudad tenía lo que en ese entonces era una característica notable y pionera: prácticamente cada casa en la ciudad, desde la más grande hasta la más humilde, tenía un baño.
Estos cuarto solían ser pequeños, y cuadrados o rectangulares. En cada baño, el pavimento de ladrillo del piso era cuidadosamente construido para tener una pendiente hacia la esquina que contenía una letrina simple y un drenaje, así como también un área de limpieza con drenaje.
Los pisos inclinados ayudaban a asegurar el drenaje adecuado, y los ladrillos eran fijados de manera estrecha para prevenir que haya fugas. Alrededor de cada hoyo de drenaje los ladrillos estaban tan meticulosamente apretados entre sí que las uniones son casi invisibles. En algunos casos, los ladrillos estaban revestidos de una cama de escombros de cerámica para asegurar todavía más la resistencia a las fugas.
Las casas con baños en los pisos altos eran construidas con tuberías verticales terracota que enviaban los deshechos hacia el nivel de la calle. Las tuberías de barro horneado fueron fundidas con alquitrán para que no se filtre el agua. El pueblo del Indo fue el primero en tener tuberías internas, quizás desde tan temprano como 3.000 AEC. Las tuberías estaban posicionadas de tal manera que las aguas residuales fluían hacia las zanjas de drenaje que corrían a lo largo de cada avenida en la ciudad, y luego hacia los túneles subterráneos. Gracias a la invención de las zanjas de drenaje, la limpieza de las calles de la ciudad fue notable para el mundo antiguo.
Conforme creció la población de la ciudad y la cantidad de deshechos que procesaba aumentaba, la gente mantuvo sus zanjas de drenaje funcionales elevando los muros de ladrillo alrededor de estas —para prevenir que los deshechos fluyan hacia las calles. La evidencia arqueológica sugiere que los muros crecieron gradualmente en tamaño para satisfacer las necesidades de la ciudad. Las zanjas y los túneles subterráneos de alcantarillado conectados a estas llevaban los deshechos lejos de la ciudad, protegiendo la oferta del agua de pozo de la contaminación.
Justo como los baños modernos, los baños de Mohenjo-Daro fueron utilizados para múltiples actividades de higiene personal, incluso para bañarse. Los artefactos sobrevivientes sugieren que sus habitantes se echaban agua con jarros de barro para ducharse, y utilizaban cepillos de cerámica similares a los estrígiles greco-romanos para limpiarse. En estos cuartos también utilizaban herramientas de cerámica de raspado para remover las cutículas y formar sus uñas. Algunas ruinas de baños contienen lo que parece ser residuos de aceite, sugiriendo que el baño también era el lugar donde los residentes de Mohenjo-Daro humectaban su piel con aceites.
Algunas tradiciones parecen ser atemporales. Por ejemplo, la evidencia sugiere que los niños de Mohenjo-Daro jugaban con juguetes de baño igual que los niños de hoy. En lugar de patos de hule y botes de plástico, sus figuras de juguetes estaban hechas de cerámica. “Juzgando a partir de los números de modelos de cerámica que han sido encontrados en los drenajes, parecería que el hábito infantil de llevar cosas de juego al baño ha persistido durante miles de años”, según el arqueólogo británico Ernest Mackay, quien lideró la excavación de Mohenjo-Daro en las décadas de 1920 y 1930.
Los niños eran probablemente los beneficiarios más importantes de la dedicación de Mohenjo-Daro a la higiene, aunque los baños de la ciudad y su sistema de alcantarillado fueron esenciales para la salud de toda su gente. Mientras que puede ser difícil de recordar para aquellos de nosotros que somos lo suficientemente afortunados como para dar por sentado el saneamiento moderno, los estándares de higiene a lo largo de gran parte de la historia de la humanidad han sido terribles. Las enfermedades asociadas con esta condición fueron responsables de las altas tasas de mortalidad, especialmente entre los niños.
El alcantarillado avanzado de Mohenjo-Daro sirve como un recordatorio de que el progreso no es constante o lineal. Muchas personas que vivieron miles de años después soportaron condiciones mucho menos higiénicas que aquellas que gozaron los habitantes de Mohenjo-Daro en el tercer milenio AEC.
No fue hasta el siglo 19 que el saneamiento urbano se volvió algo común. Esos avances, junto con el descubrimiento de la teoría de los gérmenes, son las principales razones para el aumento dramático en la expectativa de vida de los humanos, según el economista ganador del Premio Nobel, Angus Deaton. Mientras que más personas ahora gozan de un saneamiento adecuado que en cualquier otro momento en la historia, incluso hoy, en zonas pobres del mundo, demasiadas personas viven con un saneamiento inadecuado y sus enfermedades relacionadas.
Mohenjo-Daro se considera que fue gradualmente abandonada hace casi cuatro mil años atrás, cuando el río Indo cambió su curso y los agricultores ya no podían depender de este para irrigar sus cultivos. Hoy, Mohenjo-Daro es mejor conocida como la reliquia más grande de la enigmática civilización del Valle del Indo. Porque el sistema de escritura del pueblo del Indo es actualmente ilegible, muchos aspectos de esa civilización siguen siendo un misterio. La religión y el sistema de gobierno aparentemente sin rey de Mohenjo-Daro son desconocidos, así como también lo son las razones por las cuales eventualmente desapareció la civilización del Valle del Indo.
Por desarrollar el alcantarillado y la gestión de las aguas residuales, Mohenjo-Daro se ha ganado su lugar como nuestro tercer Centro de Progreso. Sin baños y sistemas de alcantarillado, nuestras vidas serían mucho más cortas y menos higiénicas.