Centros de Progreso, Parte 26: Los Ángeles (cine)
Chelsea Follett destaca la importancia de Los Ángeles como un Centro de Progreso por haber desarrollado nuevos estilos cinematográficos que pronto fueron adoptados a nivel global.

Por Chelsea Follett
Hoy presentamos la vigésima sexta entrega de la serie de artículos publicados por HumanProgress.org llamada Centros de Progreso. ¿Dónde ocurre el progreso? La historia de la civilización es de muchas maneras la historia de la ciudad. Es la ciudad la que ha ayudado a crear y definir el mundo moderno. Esta serie de artículos brindará una breve introducción a los centros urbanos que fueron los sitios de grandes avances en la cultura, economía, política, tecnología, etc.
Nuestro vigésimo sexto Centro de Progreso es Los Ángeles durante la Edad de Oro de Hollywood (entre 1910 y 1960). La ciudad fue pionera en nuevos estilos cinematográficos que pronto se adoptaron globalmente, dando al mundo algunas de sus películas más icónicas y queridas en el proceso. El barrio de Hollywood en Los Ángeles es sinónimo de cinematografía y representa a las contribuciones cinematográficas incomparables de la ciudad.
Con unos cuatro millones de habitantes, Los Ángeles es solo la segunda ciudad más poblada de EE.UU. Sin embargo, bien puede ser la más glamurosa, con muchas celebridades y estrellas de cine que residen en Los Ángeles. La ciudad también es conocida por sus impresionantes centros deportivos y locales de música, tiendas y vida nocturna, su agradable clima mediterráneo, un tráfico terrible, hermosas playas y un ambiente tranquilo. Dos famosos puntos de referencia incluyen Disneyland y Universal Studios Hollywood, parques temáticos relacionados con el cine que atraen alrededor de 18 millones y 9 millones de visitantes anuales respectivamente.
El sitio donde ahora se encuentra Los Ángeles fue habitado por primera vez por tribus nativas, incluidas la Chumash y Tongva. El primer explorador europeo en descubrir la zona fue Juan Rodríguez Cabrillo, quien llegó en 1542. La playa Cabrillo de Los Ángeles todavía lleva su nombre. Los colonos españoles fundaron una pequeña comunidad ganadera en el sitio en 1781, llamándolo Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles. El nombre pronto se acortó a Pueblo de los Ángeles.
La Guerra de Independencia de México transfirió el control de la ciudad de España a México en 1821. Luego, después del desenlace de la Guerra México-Estadounidense (1846-1848), el futuro estado de California fue cedido a EE.UU.
Ese mismo año se descubrió oro en California. Mineros esperanzados llegaron a la zona, y cuando California obtuvo la condición de estado en 1850, la migración se intensificó. Fiel a sus raíces ganaderas, Los Ángeles pronto contó con los rebaños de ganado más grandes del estado. La ciudad ganó reputación como la “reina de los condados de vacas” por suministrar carne de res y productos lácteos para alimentar a la creciente población de mineros de oro en el norte.
Si bien la mayor parte del condado de Los Ángeles era ganadera, también había varias granjas dedicadas al cultivo de vegetales y frutas cítricas (Hasta el día de hoy, el área de Los Ángeles sigue siendo uno de los principales productores de brócoli, espinacas, tomates y aguacates del país). A medida que prosperó la industria alimentaria local, la ciudad propiamente dicha comenzó a crecer, pasando de alrededor de 1.600 habitantes en el año 1850 a casi 6.000 personas en el año 1870.
En 1883, un político y promotor inmobiliario llamado Harvey Wilcox y Daeida, su segunda esposa mucho más joven, se mudaron a la ciudad. La pareja quería probar suerte en la ganadería y compraron más de cien acres de albaricoqueros e higueras. Cuando su rancho fracasó, usaron la tierra para construir una comunidad de casas de lujo. Llamaron a la nueva subdivisión “Hollywood”.
Una historia afirma que Daeida se inspiró en una finca con el mismo nombre en Illinois o en una ciudad del mismo nombre en Ohio. Otros teorizan que los Wilcox se inspiraron en un arbusto nativo con bayas rojas llamado toyon, o “acebo de California”, que crece abundantemente en la zona. En tributo a esa teoría, el Concejo Municipal de Los Ángeles nombró al toyon como la “planta nativa” de la ciudad en 2012. Si bien el verdadero origen del nombre “Hollywood” sigue en disputa, Daeida ha sido apodada la “madre de Hollywood” por su papel en la historia (Irónicamente, imaginó a Hollywood como una “comunidad cristiana de templanza” libre de alcohol, juegos de azar y cosas por el estilo).
En cualquier caso, Hollywood comenzó como un enclave pequeño pero rico que en 1900 contaba con una oficina de correos, un hotel, un establo e incluso un tranvía. Un banquero y magnate inmobiliario llamado H.J. Whitley se mudó a la subdivisión en 1902. Desarrolló aún más el área, construyó más casas de lujo y trajo electricidad, gas y líneas telefónicas a la ciudad. Ha sido apodado el “padre de Hollywood”.
Hollywood se incorporó oficialmente en 1903. Incapaz de manejar de forma independiente sus necesidades de agua y alcantarillado, Hollywood se fusionó con la ciudad de Los Ángeles en 1910. Para entonces, Los Ángeles tenían alrededor de 300.000 habitantes. Eso superaría el millón en 1930 y para 1960 crecería a 2,5 millones.
El crecimiento explosivo de la ciudad se puede atribuir a una industria.
La primera película que se completó en Hollywood fue El Conde de Montecristo en 1908. El medio cinematográfico aún era joven, y El Conde de Montecristo fue una de las primeras películas en transmitir una narrativa ficticia. La filmación comenzó en nuestro anterior Centro de Progreso, Chicago, pero al concluir la producción en Los Ángeles, el equipo de filmación hizo historia. Dos años más tarde llegó la primera película producida de principio a fin en Hollywood, llamada In Old California. El primer estudio de cine en Los Ángeles apareció en Sunset Boulevard en 1911. Otros siguieron su ejemplo y lo que comenzó como un goteo pronto se convirtió en una inundación.
¿Qué llevó a tantos cineastas a mudarse a Los Ángeles? El clima permitía filmar al aire libre durante todo el año, el terreno era lo suficientemente variado como para proporcionar una multitud de escenarios, la tierra y la mano de obra eran baratas y, lo más importante, estaba lejos del estado de Nueva Jersey, donde el prolífico inventor Thomas Edison vivió.
Con el control exclusivo de muchas de las tecnologías necesarias para hacer películas y operar salas de cine, Motion Picture Patent Company de Thomas Edison se había asegurado casi un monopolio en la industria. Edison poseía más de mil patentes diferentes y era notoriamente litigioso. Además, la compañía de Edison era famosa por emplear mafiosos para extorsionar y castigar a quienes violaban sus patentes relacionadas con las películas.
California era el lugar perfecto para huir de la ira de Edison. No solo estaba lejos de la mafia de la costa este, sino que muchos jueces de California dudaban en hacer cumplir los reclamos de propiedad intelectual de Edison.
La Corte Suprema finalmente intervino y dictaminó en 1915 que la compañía de Edison se había involucrado en un comportamiento anti-competitivo ilegal que estaba estrangulando a la industria cinematográfica. Pero para entonces, y ciertamente para cuando expiraron todas las patentes relacionadas con las películas de Edison, la industria del cine ya estaba firmemente plantada en California. Edison ha sido llamado “el fundador involuntario de Hollywood” por su papel en llevar a los cineastas del país a la costa oeste.
Hollywood se convirtió en el líder mundial en películas mudas narrativas y continuó liderando después de la comercialización de “talkies”, o películas con sonido, a mediados y finales de la década de 1920. Al principio, tales películas eran exclusivamente cortos. Luego, en 1927, Hollywood produjo The Jazz Singer, el primer largometraje que incluyó las voces de los actores. Fue un éxito. Cada vez más aspirantes a actores y productores de cine acudían a Los Ángeles para unirse a la floreciente industria.
En la década de 1930, los estudios de Los Ángeles compitieron para sorprender al público con películas innovadoras. Los Premios de la Academia, u Oscar, se presentaron por primera vez en una cena privada en un hotel de Los Ángeles en 1929 y se transmitieron por primera vez por radio en 1930. Siguen siendo los premios más prestigiosos en la industria del entretenimiento hasta el día de hoy. Pronto surgieron distintos géneros cinematográficos, incluidas comedias románticas (incluida la querida película Sucedió una noche, que arrasó en los Oscar y cuenta con una puntuación casi perfecta en Rotten Tomatoes), musicales, westerns y películas de terror, entre otros.
Las innovaciones de esa era continúan influyendo en las películas de hoy. King Kong se estrenó en 1933. En 2021, su simio gigante homónimo apareció en su duodécimo largometraje, esta vez luchando con Godzilla. Hollywood le dio al mundo su primer largometraje animado en 1937 con Blancanieves y los siete enanitos de Walt Disney. En 1939, Hollywood popularizó las producciones en color con el estreno de El Mago de Oz. Si bien no fue la primera película en color, fue una de las más influyentes en la promoción de la adopción generalizada de la tecnología.
En la década de 1940, el icónico “letrero de Hollywood” apareció por primera vez en su encarnación actual, reemplazando un letrero que decía Hollywoodland colocado en 1923. Las siguientes décadas vieron la producción de algunas de las películas clásicas más queridas de la historia. Entre ellas se encuentran Citizen Kane (1941), Casablanca (1942), Qué maravilloso es vivir (1946), Cantando bajo la lluvia (1952), Rear window (1954), 12 Angry Men (1957), Vértigo (1952), Psycho (1960), Desayuno con diamantes (1961) y El bueno, el feo y el malo (1966). Muchas siguen siendo producciones mejor calificadas, superando décadas de películas más recientes para aparecer en las 100 mejores películas de Internet Movie Database ordenadas por calificación de usuario.
A medida que se transformaba de un humilde pueblo ganadero al centro geográfico del cine, Los Ángeles llegó a definir una nueva forma de arte. Las películas enriquecen a la humanidad al proporcionar entretenimiento, inspiración, risas y emociones. Además, las películas crean experiencias culturales que pueden unir a las personas, actuar como una salida artística e incluso cambiar las visiones del mundo. Hollywood creó el cine moderno. Por lo tanto, toda persona que haya disfrutado alguna vez de una película, incluso una producida en otro lugar, tiene una deuda de gratitud con Los Ángeles. Es por estas razones que Los Ángeles es nuestro vigésimo sexto Centro de Progreso.
Este artículo fue publicado originalmente en HumanProgress.org (EE.UU.) el 16 de abril de 2021.